Desafío

*¿Traición o Democracia?
*Los Políticos muy Ricos
*Una Cárcel o la Libertad

Por Rafael Loret de Mola

Entre colegas y amigos mucho hemos discutido la controversial figura del doctor ernesto zedillo ponce de león, el anterior de los mandatarios pertenecientes al priísmo hegemónico, esto es considerando la llegada de la primera alternancia y el lapso inútil de doce años de gobiernos panistas, y sobre todo sus actuaciones antes, durante y después del proceso electoral que se consumó con la primera derrota nacional del partido otrora insuperable y la eufórica asunción de Vicente Fox, quien siempre dijo que el vencedor había sido el foxismo y no sólo “el panismo” postulante, a la Primera Magistratura del país. Observado a distancia al personaje no podemos dilucidar cómo la nación no se nos fue al caño... bajo las “muchas faldas” de su entorno femenino.

Los priístas alegan que zedillo traicionó al PRI y tal se interpreta, por los panistas y fariseos, como el dolor de las jerarquías institucionales porque el buen ernesto no permitió un fraude mayúsculo ni se interpuso en el trayecto del gobierno recién electo; gracias a él –he escuchado decir a no pocos desbordados-, fue posible mantener la tranquilidad de los diversos sectores, incluyendo las fuerzas armadas, dentro de los controles de la casa presidencial. Y, por eso, precisamente se le reverencia desde el nicho en donde sólo se contempla la realidad desde los umbrales de la impunidad.

El tema volvió a la palestra en 2012 porque no pocos apuntaron hacia una jugada muy parecida por parte del calderonismo con tal de asegurarse el porvenir sin los sobresaltos de las persecuciones judiciales y más cuanto el reguero de víctimas y de sangre no tienen antecedente hasta la época de “la bola”, hace cien años, durante los caudillajes institucionales que nos llevaron al linde de la barbarie para solaz y entretenimiento de los poderosos estadounidenses que luego financiarían la contrarrevolución para simular una invasión de facto a través de militares beodos y chacales sin moral.

¿Estuvo calderón, envuelto en el marasmo de la violencia, preparando su sucesión siguiendo la pauta de zedillo, esto es, posibilitando una nuevas alternancia, sin sobresaltos poselectorales, con la garantía de no ser tocado por la jauría que exigirá su cabeza para paliar en algo “la sed de justicia” de la que hablaba, muchos atrás, Luis Donaldo Colosio y que sólo pudo mitigar con su propia muerte... bajo el signo igualmente de la injusticia atroz? Los escenarios parecen paralelos con una izquierda tocada por el desgaste del discurso reiterativo y la presencia de un candidato repetidor --como lo fue Cuauhtémoc Cárdenas en 2000, por tercera vez--, y una derecha en apariencia beligerante pero más bien sumisa ante los hechos consumados; y todo indica, entre otras cosas, que la presencia de Margarita Zavala, la ex primera dama que dejó de ser discreta, y sus hermanos incómodos, pegará cartulinas pare exaltarse como presunta candidata panista en 2018. Cuanto más lo hace, la brecha de la sospecha es mayor. Lo mismo que la hiperactividad proselitista de su marido, felipe, en todos los estados de la República y como si, de verdad, tuviera prestigio para vender. ¿O es que estamos en una comunidad olvidadiza o de tontos útiles?

El linde entre el ejercicio democrático y la traición, muchas veces, es apenas perceptible. La verdad, después de los comicios de 2000, no faltaron priístas que alegaron que se había dado “un fraude al revés”, esto desde el gobierno para favorecer a la oposición y ni al PRI, su instrumento operativo. Francamente, nunca creí tal versión que se completaba con la presencia de un sólido zedillo resistiendo, con su fuerza institucional, las tempestades que se extendían por todos los veneros priístas, profundamente dañados. Tal circunstancia no se dio, de ninguna manera, considerando el hastío cívico de la población y el júbilo, incluso entre la izquierda, por lo que fue dado en llamarse “la caída del muro priísta”. Una verbena democrática que los rumores, por supuesto, no ensombrecieron.

La traición de zedillo fue de otra índole. Veamos:

1.- Creó las condiciones, de depauperación colectiva sobre todo, para que la población exigiera, a gritos, un cambio; y, por supuesto, se inclinó por el primero que lo propuso, fox, y además con furibunda retórica que luego se debilitó cuando éste ocupó la Presidencia y comenzó a “descubrir” los programas oficiales que él consideró “exitosos” en una especie de disculpa por haber atacado a Zedillo sin conocer algunos de los datos duros de su administración. Fue una parodia estupendamente orquestada.

2.- De común acuerdo con la Casa Blanca y sus operadores, incluyendo la entrometida DEA que con el pretexto de perseguir al narcotráfico mantiene una invasión silenciosa de nuestro territorio, concluyó que la única manera de detener el creciente enfado de la población era a través de una alternancia para aminorar las tensiones sociales y evitar la fragua de conjuras y hasta la posibilidad de un golpe de Estado. Al gobierno de Washington le vino, como anillo al dedo, el análisis de zedillo que se basaba, en primer grado, en desgastar al PRI, señalar a un candidato de bajo perfil –Francisco Labastida Ochoa, quien de plano se entregó en los debates con los demás postulantes en 2000 y luego fue ridiculizado sin piedad-, y respetar la transición hacia la derecha, esto es asegurándose de que los mandos militares, formados académicamente contra la “reacción” –en donde solía ubicarse al PAN- respetaran los escrutinios sin chistar. Para ello, claro, se requería un buen filón.

3.- Zedillo, quien había sido cuestionado severamente por el ejército, hasta que su antecesor, carlos salinas, informó al mando castrense sobre quién era el verdadero progenitor de Don Ernesto, un general de alto nivel que radicó en Mexicali como ya he contado, y se apagaron las hogueras de guerra, a pesar de cierta resistencia. Luego, claro, se extendió la “tolerancia”, como en 1982 con miguel de la madrid, para posibilitar algunos de los negocios negros de la institución: el contrabando de armas, a través de un testaferro de zedillo, el empresario Jaime Camil Garza, y los contactos non santos con los principales cárteles mexicanos. Más que suficiente para saludar con las gorras en la mano y asegurar una fidelidad muy distante al antiguo concepto de patriotismo que tanto exaltaron los mejores oradores del pasado.

Así, fox y el PAN llegaron a la Presidencia... para luego, en 2006, como reconoció ya el propio vicente, el de las botas, usar los instrumentos del poder para hacer descarrilar a la izquierda que iba a la vanguardia de uno de los procesos comiciales más sucios de la historia moderna, a la par –a mí entender- con la usurpación salinista en 1988. Los extremos se tocan: por una parte salinas y fox; por la otra, zedillo y calderón. Lo lamentable de todo ello es que nos ha vendido un engaño de inmensas proporciones como “verdad oficial” aunque la historia, tarde o temprano, sacará de sus páginas, a patadas, la versión vergonzosa –y muy costosa para colmo- armada en Los Pinos con el dinero de los empresarios afines, los mismos muy conocidos ya.

Debate

Siempre ha existido curiosidad por los políticos multimillonarios o los “nuevos ricos” que no se inhiben después de salir de gobiernos o de la Presidencia con bastante más de lo que podrían haber obtenido sumando todos sus emolumentos. Nunca me ha sido digerible que los nombres de los ex presidentes más connotados, en materia de fortunas, no hayan sido mencionados jamás por el semanario Forbes, seguidor de los grandes privilegiados del planeta. ¡Ni modo que sólo “El Chapo” Guzmán, incluso ahora desde la prisión, haya tenido capacidad para hacer dinero en estos tiempos de Dios!

Desde luego, pocos analizan al eminente profesor Carlos Hank González, el mayor de los empresarios-políticos, de la era moderna claro, y jamás investigado a pesar de múltiples señalamientos; llegó incluso al grado de ser “mecenas” de personajes como el ex presidente josé lópez portillo quien, sin estar jamás en la miseria, no podía ajustar su ritmo de vida a los estipendios reglamentarios. Pese a ello, no hay duda de que el gran duelo entre los ex presidentes más ricos se da respecto a los últimos de la lista: carlos salinas, ernesto Zedillo, los fox cuya inversión millonaria en su heredad de San Cristóbal lo coloca en el umbral del mayor cinismo conocido... pero aún así, todavía hay peores... como calderón quien se blinda con dos chalecos: el de Estados Unidos y, claro, el de los grandes “capos” que le han convertido en el mayor de los “intocables”.

Me dicen quienes saben de inversiones financieras, y que no han hecho el papel de prestanombres –Vázquez Raña con echeverría, Hank con salinas, Camil con Zedillo, Arturo Romo con los fox y los cuñaditos incómodos con felipe-, que no hay ninguno más rico y afortunado –porque nadie le persigue- que el señor zedillo, favorito que fue y es de los calderón. Y así es: el ex mandatario referente cuenta con la más extensa red de relaciones públicas a la sombra de la Casa Blanca. Ya es decir.

Así que las mafias, en realidad, no son exclusivas de algún partido sino se extienden; por eso, en ocasiones, nos parecen absurdas ciertas alianzas y más de un acuerdo soterrado. Y de bien poco sirve, a los electores inteligentes, machacar la cuestión para endorsársela a quien va adelante, tan pecador como quienes le siguen en lisa en esto de los enredos subterráneos.

La Anécdota

La última vez que visité a Carlos Hank González, unos meses antes de su fallecimiento –en agosto de 2001-, fue la primera ocasión en que lo hice en su inmensa heredad Don Catarino, cercana a Santiago Tianguistenco. Fue impresionante la experiencia, no sólo por las dimensiones de la propiedad sino por las obras de arte, el campo de golf, el aeropuerto y, en fin, lujos inalcanzables para la ciudadanía que vota y vive al día. Me esperaba en el portón, tras una rotonda que engalanaba una fuente multicolor, casi de fantasía. Y me dijo, a manera de saludo:

--Fíjese que los médicos me han obligado a permanecer aquí, por eso me permití decirle que hiciera usted viaje. Bienvenido, pues, a mi cárcel.
Repliqué, con cortesía desde luego, y conocedor del sentido del humor de Hank:
--Pues, profesor, con gusto le cambio su “cárcel” por mi libertad. Dígame en dónde firmo.
Dos meses exactos después murió... y ya no pudimos hacer el trueque.


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