La justicia no alcanza para todos, el cinismo y la impunidad la acotan
En el Informe sobre Justicia Cotidiana elaborado por el CIDE (Centro
de Investigación y Docencia Económicas) el presidente Peña Nieto se
sinceró y reconoció que la justicia no llega a la mayoría de la población;
que la mayoría de los mexicanos están excluidos de la justicia en sus
vertientes, social, laboral, mercantil y administrativa, generando
espacios de impunidad, ilegalidad, abusos y corrupción. Reconozco
dijo, que la justicia cotidiana está rezagada, olvidada y rebasada. |
Augusto Hugo Peña Delgadillo.
La sinceridad en este caso de parte de Peña Nieto no es plausible y ni siquiera motivo de gozo o reflexión, ya que el presidente, un día sí y otro también, reconoce todo lo que está fallando en el país y con ello cree que al aceptarlo públicamente le va a carrear más confianza de parte de la ciudadanía. Esta sinceridad para mí, no es más que una forma velada del cinismo con que se hace un discurso harto en retórica barata que no convence a nadie, y que en cambio acelera en la ciudadanía la pérdida de respeto y confianza en la figura presidencial.
Hace días Peña Nieto envió al Congreso la ley de transparencia y la del combate a la corrupción, ¿y que creen apreciables lectores? Esa ley, magistralmente amañada le apuesta a que el pueblo de México es lerdo y un tanto estúpido, porque deja en la impunidad al presidente, al ejército, a algunos de sus colaboradores, al legislativo y a gran parte de aparato judicial. Me pregunto, ¿Cómo se combatirá la corrupción y como se hará el ejercicio de la cosa pública más transparente si se deja en la impunidad al propio presidente, cuando él es -según la percepción de la mayoría de los mexicanos- un hombre totalmente corrupto, deshonesto e injusto?
Reconocer que la justicia no llega a la mayoría de los mexicanos es aceptar que tenemos un sistema judicial en manos de ineptos, injustos y corruptos. Peña Nieto dice que reconocer el error es dar el primer paso para solucionarlo. ¡Miente!... no es un error que la justicia no llegue a todos los mexicanos, es un hecho que se ha afincado por sistema para poder tener mayor control de la población. Reitero, la carencia de justicia no es un error, es un hecho elaborado ex profeso para que la población sea controlada por la caterva de funcionarios públicos de toda laya y así, sin más ni más, hacer uso del poder lo mismo que de los bienes nacionales sin tener que rendir cuentas a nadie, porque un ciudadano al que no le llega la justicia, es nadie. Eso es lo que Peña Nieto y la caterva de funcionarios que le acompañan en este mal gobierno deben de reconocer, sí, reconocer que al negarle la justicia cotidiana a las personas, éstas se convierten en un ente equiparable a nada y a nadie, de tal forma que es un sujeto manejable por el sistema corrupto que gobierna.
Peña Nieto, y no porque Carmen Aristegui y Jorge Ramos lo hayan tildado de corrupto, sino porque su historial lo demuestra fehacientemente. Es un corrupto y punto, es un inepto y punto, es un mal mexicano y punto, es una lacra para la ciudadanía y punto, y así podríamos calificarlo hasta llegar al simple punto que es una mala persona, y como tal, no es justo, por ningún medio que se le quiera ver, que él, siendo una mala persona, no tiene nada que hacer en la presidencia. Este es un motivo grave y suficiente para que el Congreso, el nuevo congreso que se configure a partir de las elecciones del 7 de junio próximo, le revoque su mandato, los mandantes lo piden.
Concluyo… el reconocimiento de parte de Peña Nieto o de cualquier mexicano que la justicia no alcanza para todos y sobre todo no ampara a las mayorías, no es un error, es un hecho consumado que se ha elaborado a base de urdimbres procaces tejidos por maleantes con fines perversos. Algunos de ellos son para tener el control de la ciudadanía y acceder a los bienes nacionales, incluyendo a fondos del erario discrecionalmente sin tener que rendirle cuentas a nadie. La falta de justicia es similar a la falta de lo mínimo necesario para subsistir, porque el sistema que niega justicia, niega progreso, desarrollo y crea pobres y… un pobre es igual a un sufragio de bajo precio, y con el dinero que desvían del erario compran los votos de los más pobres, los que ellos y el sistema empobrecieron no por error sino ex profeso. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
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