Votar, anular el voto o no votar, esa es la cuestión
Ya sabemos que cuando hay abstencionismo gana el PRI, pues es el partido que tiene el mayor voto duro. Parte de esta clientela fue ganada con las dádivas que se otorgan a través de los “programas sociales”que el gobierno de los tres niveles compra con dinero de los contribuyentes. A otra parte de esa misma clientela le compran el voto con dinero de los presupuestos gubernamentales. Y esto lo hacen todos los partidos que se cobijan y aman promiscuamente con los mismos recursos de la ciudadanía, y de todos juntos no se hace una organización decente, todos cojean del mismo pie: la corrupción.
También sabemos hasta el hartazgo, que el sistema de partidos que los gobiernos corruptos de México nos ha dado, se pusieron de acuerdo en una conspiración a la vista de todos para secuestrar el poder político de México y por supuesto, sus presupuestos, en beneficio de sus insaciables objetivos de enriquecimiento ilícito, de negocios a la sombra del poder y de despojo de las riquezas nacionales.
Ante todo esto, hay merolicos que afirman que es necesario votar para cambiar las cosas, al fin y al cabo en las elecciones del próximo 7 de junio tendremos 10 opciones para emitir nuestro sufragio, pero lo cierto es que los diez es uno mismo, ahora organizados desde la Presidencia de Enrique Peña Nieto, con grandes cañonazos de dinero, también de los contribuyentes.
Otros payasos insisten en que debemos acudir a las urnas para anular nuestro voto, lo cual no es otra cosa que legitimar el sistema de partidos corruptos que tenemos, pues también los que anulan los votos son considerados en los cómputos finales, al engrosar la lista de quienes acudieron a las urnas. Y como es sabido, el número de votantes que asiste a esa “fiesta cívica” fortalece o debilita a la “democracia mexicana”.
No es lo mismo que acudan a las urnas sólo los votos duros de los partidos, que juntos representan alrededor del 40 por ciento del padrón electoral, o que este porcentaje aumente con los ciudadanos que acudieron a anular su voto, supuestamente para mostrar su hartazgo y como protesta a la situación que vive el país. Aunque a decir verdad, hay mejores, más inteligentes y dignas protestas que la de anular los voto. Pero cada quien.
Algunos mexicanos, considerados por los “demócratas” partidistas como radicales-anarco-terro-comunistas, por proponer que dejemos la “fiesta cívica” del próximo 7 de junio sólo para el disfrute de los votos duros que tienen los partiditos que nos quieren representar. De esa manera dejamos de hacernos tontos, renunciamos a que nos sigan viendo la cara de pendejos, y evitamos que nos engañen, nos trancen o simplemente nos ignoren. Pero los farsante dicen que entonces no debemos criticar, ni exigir, ni señalar, es decir nuestros derechos constitucionales se nos retiran por no votar. Pero de nada sirven, pues los poderosos secuestradores del poder ningún caso hacen.
Por último, es necesario que la ciudadanía que está harta de tanta corrupción, inseguridad, impunidad y cinismo de gobernantes y políticos, desoiga el canto de las sirenas y no acuda a votar, finalmente quedará claro cuáles son los sectores que venden su voto o lo cambian por una despensa de 70 pesos, para legitimar a los que los empobrecen y les quitan la dignidad... |