publicación Online
 
 
el periodico de saltillo
Noviembre 2015
Edición No. 321


La ciudad y los perros

Fidencio Treviño Maldonado.

“La ciudad y los perros” es el título de un libro del escritor peruano, Mario Vargas Llosa, que nos retrata a los entonces estudiantes de las Escuelas Normales Rurales del país, que teníamos un presupuesto de tres pesos cincuenta centavos diarios en 1964-1968.

Para la clase alta en ese entonces y hasta ahora, los que estudiamos para profesores somos los perdedores del país, la profesión o trabajo de bajo perfil, sólo recordado el 15 de mayo por un festejo efímero y un incremento del precario sueldo anunciado por el presidente en turno.

Que lástima que el pueblo hasta ahora sepa que existen y existieron las mentadas Normales Rurales, por los lamentables hechos ocurridos en una de estas normales del Estado de Guerrero, Ayotzinapa, ya que como es sabido a la clase gobernante poco o nada le ha interesado la educación, la prueba es que los hombres fuertes, con recursos monetarios y los que mandan en el país, la mayoría estudiaron en tecnológicos o universidades del extranjero y sus hijos ni se diga, sin embargo se nota, por la situación que guarda el país, que los que mandan en la república, así estén graduados en las mejores universidades y tecnológicos del mundo han servido al menos en México para poca la cosa o casi nada.

Cuando nuestra escuela Normal Rural “Lauro Aguirre” de Tamatán, en Ciudad Victoria, Tamaulipas, le tocaba desfilar era muy común que muchos nos gritaran “perros”, esto no sólo en Victoria, Tamaulipas, sino en todas las ciudades en donde estaban las 32 Normales Rurales del país.

Cuando Luis Echeverría fue presidente del país (1970-1976) comenzaron a morir estas normales rurales, so pretexto de que eran incubadoras de gente alborotadora, y en la llamada Guerra Sucia muchos líderes de estas Normales fueron perseguidos y desaparecidos, otros profesores y profesoras egresados también sufrieron la misma suerte.

En ese entonces el país seguía como ahora dormido, viendo telenovelas, sube Pelayo sube, siempre en Domingo, películas churros, llenas de encueratrices algunas de éstas, amantes de los políticos, que también poco ha cambiado. Las escuelas públicas vivían su auge, con turno discontinuo (mañana y tarde) los profesores eran de hábito y en las comunidades alejadas de los grandes centros poblacionales, eran las normales las que surtían de estos profesores que muchas veces suplían al juez, al cura, al doctor y a otros puestos, en donde los preceptos de la revolución aun no llegaban, aunque a la fecha y a más de un siglo del inicio de esta revuelta 30 millones de habitantes aun esperan las bonanzas prometidas de esta revolución.

El inconmensurable actor y director, Emilio “El Indio” Fernández, en la película “Río Escondido”, retrata a una profesora egresada de una normal rural. Vargas Llosa ilustra la ordenanza en su libro, órdenes del colegio militar peruano, que no se discuten: se obedecen, se acatan y se ejecutan. Libro que sale a la luz hasta 1963 por la ley mordaza en esos países gobernados por regímenes militares.

La ley de libre expresión en México es toda una represión contra quien se atreva a no seguir las reglas del maiceo, como se le nombra en el argot periodístico nacional, a dar dádivas a los medios para seguir con el culto a la personalidad al gobernante en turno.

Para desgracia del magisterio nacional y gracias a sus últimos, impuestos, nefastos y dictatoriales líderes, Carlos Jonguitud Barrios, aquel de la “Vanguardia Revolucionaria” y después Elba Esther Gordillo Morales, cacicazgos éstos que no permitían que ni una hoja se moviera sin su consentimiento, y los que en su época nos salimos de su entorno fuimos reprimidos y “Puestos a Disposición”, casi todos los que se salían de su dogma fuimos egresados de Escuelas Normales Rurales o de la jaula de los perros.

Casi desaparecidas las Escuelas rurales, que dicho sea de paso los egresados no supimos defenderlas, la ruindad, la debacle y la corrupción, no sólo ejerció su poder en los líderes, sino que la apatía y el poco compromiso de miles de profesores ayudó a su liquidación, también en esta perversa y simulada comedia de educación, se fueron aquellos famélicos perros egresados de las Normales Rurales que deambulaban en las rancherías, poblados, aldeas, comunidades; y que ahora en las grandes ciudades los profesores se elevaron a Licenciados en Educación.

En este país respecto a la educación y su sistema, no se puede ser lo que nunca fue, y no por falta de buenos profesores y excelentes profesoras, sino por el oscurantismo que a la fecha con tanta tecnología sigue nuestro país sumido en la ignorancia, por desconocer el por qué y el cómo saber, ésto desde luego sin comprender lo que presuntamente sabemos. Nos quitan asignaturas: Civismo, Lógica, Ética; la Historia la juntan con geografìa, los dueños del sistema llamado SEP se curaron en cultura, aprendiendo a rebuznar.

No cabe duda que falta de empleo para los profesionistas egresados de las universidades, éstos son ocupados como profesores “En lo que sea” de ahí que nuestros niños, adolescentes y jovenes salgan como sea.

L0as jaulas de perros se cerraron, ahora languidecen pocas normales rurales, privadas y públicas, mientras se les dé más dinero a los partidos políticos, nuestra educación así seguirá, pobre país el nuestro en donde la simulación democrática es la educación importante para el pueblo, y la prueba es el dinero que se destina a esta llave de oro...

kinotre@hotmail.com

 
© 2014 El Periódico de Saltillo contacto@elperiodicodesaltillo.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
carton noviembre 09 Noviembre 09 Rufino