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el periodico de saltillo
Noviembre 2015
Edición No. 321


El desaparecido IEPC y el nuevo OPLE son la misma gata con otros gatitos

Armando Montalvo Olivo.

Fueron 14 años de gozo y de alegría. Cobraron elevadísimos sueldos los siete consejeros que integraron el Instituto Estatal y de Participación Ciudadana (IEPC). Nada más 90 mil pesos mensuales. Una percepción económica envidiable. Algunos se enriquecieron, sobre todo el consejero y presidente de este organismo electoral, Leopoldo Lara Escalante.

Una pregunta que mantiene inquieto a los coahuilenses es ¿cuánto ganarán ahora los siete consejeros nuevos como la Consejera Presidente, Gabriela María de León Farías, María de los Ángeles López Martínez, Alejandro González Estrada (único consejero del IEPC que dio el paso de la muerte) Karla Verónica Félix Neira, René de la Garza Giacoman. Gustavo Alberto Espinoza Padrón y Larissa Ruth Pineda Díaz?

Pero no habrá tal autonomía del nuevo Organismo Público Electoral (OPLE) como tanto lo pregona el Instituto Nacional Electoral (INE). Hay que recordar que aunque el Instituto Federal aplicó los exámenes y eligió a los que suplieron a los consejeros del IEPC, presupuestalmente dependerán del Estado para subsistir.

Gabriela María de León, quien hasta hace unas semanas ocupaba la jefatura del departamento de Información Pública de Oficio del Instituto Coahuilense de Acceso a la Información Pública (ICAI), no puede negar que detrás de su nombramiento esta la estrategia que hizo en su momento el ex secretario general de Gobierno y actual diputado federal, Armando Luna Canales, porque ella es amiga incondicional de la consejera y ex presidenta del ICAI, la sabinense Teresa Guajardo.

De antemano, Luna Canales sabía que la propuesta como Consejera Presidenta de María de los Ángeles López iba a ser cuestionada por partidos como PAN y el PRD alegando tener vinculos personales con el Gobierno de Coahuila porque les renta dos inmuebles.

El reto que tiene ahora de León Farías es demasiado, si se considera que el ex consejero y presidente del desaparecido IEPC, Leopoldo Lara Escalante pasará a la historia por permitir el registro local de 14 partidos politicos y la mayoría sin representación ciudadadana, pero eso sí, con acceso a millonarias prerrogativas que le habrán costado a los coahuilenses poco más de 98 millones de pesos en el presente año.

El pasado 31 de octubre, Leopoldo Lara así como sus homólogos, Alberto Arredondo, Rafael Rodríguez Pantoja, Marco Antonio Kalionchiz, José Manuel Gil, Alejandro González Estrada y Alberto Campos Olivo, se embolsaron su última quincena, luego de que los consejeros presupuestaron este 2015, 25.5 millones de pesos para el pago de la "discreta" nómina. Incluso, Lara Escalante juró que no habría liquidación ni bono de salida en la extinción del IEPC. Pero, eso sólo lo saben ellos y el secretario de Finanzas, Ismael Ramos Flores.

Describir a Leopoldo Lara es señalar a quien vapuleó a la democracia en la entidad a su antojo. El Gobierno de Coahuila lo permitió y les aplaudió por más de una decada. Lara Escalante se va con las manos llenas por su relación directa con priistas como el ex gobernador Humberto Moreira Valdés. Una prueba de su mediocridad profesional es que ni siquiera pudo colarse en la tercera fase de la selección de los nuevos consejeros electorales, porque reprobó el examen de conocimientos.

El IEPC dejó de tener funciones y parece que los diputados de José María Fraustro Siller siguen sin apuro para definir el sueldo de los nuevos consejeros, las prestaciones y los mecanismos bajo los que ejercerán la ley electoral local, que sigue durmiendo el sueño de los justos.

Pero, de algo pueden estar seguros, Gabriela María de León y sus homólogos tendrán un jugoso sueldo. Vivirán bajo el yugo de los dineros estatales y entonces ¿Cuál autonomía o capacidad de crítica congruente habrá entre los siete que despacharán a partir de noviembre en el nuevo Organismo Público Local Electoral?

De León Farías debe estar preocupada de los pendientes que hereda del desacreditado Leopoldo Lara quien nada hizo por los sueldazos y la vida de rico que se dio desde el 2006 en el IEPCC, porque deja trunco el proyecto del edificio propio que tendrá el instituto.

Es lamentable, pero Lara Escalante no sabe quién tiene las escrituras de este predio donde los consejeros ni una barda lograron levantar, y en lugar de ahorrar unos pesos para echarle loza y equipar el edificio, prefirieron que no les rebajaran de sus 90 mil pesos mensuales que ganaban.

Pero ¿Y el parque vehicular? Esa es otra de las dudas que surgen con la desaparición del IEPECC. Las deplorables condiciones en que entregarán las camionetas Durango y la Suburban en la que estos años se paseó Leopoldo Lara con cargo al organismo estatal.

También se olvidaron de las multas contra el desaparecido Partido Progresista de Coahuila, que estuvo a cargo de Héctor Acosta Almanza o contra el ex candidato a la gubernatura Guillermo Anaya Llamas por andar haciendo proselitismo en el Palacio de Gobierno, ¿Dónde quedará la imposición de estas sanciones económicas?

Pero la ley electoral y las disposiciones de los consejeros fueron fáciles de burlar por actores de la política en los más recientes procesos que le tocó organizar al IEPCC y donde nadie dijo nada.

Un ejemplo claro, es el PRD quien recibió una multa de 189 mil pesos por violar la ley electoral y los topes de campaña principalmente; pero lo mismo ocurrió con la UDC que en Coahuila lidera Brígido Moreno, quien se hace ojo de hormiga cada que le pregun-tan por los 408 mil pesos que le debe a la instancia electoral por tanta sanción que les aplicaron.

Entre los partidos Mo- vimiento Ciudadano, Social-demócrata, Partido Joven, Progresista de Coahuila, Partido Campesino Popular y hasta el ciudadano inde- pendiente Marco A. Villa- rreal Izaguirre, le quedaron a deber casi un millón y medio de pesos de multas al Instituto Electoral que ya desapareció.

Por esta razón, los siete consejeros electorales se van por la puerta trasera, que serviles al mandatario en turno mangonearon siempre a su antojo la legislación electoral.

Aunque digan que la esperanza está fincada en el nuevo OPLE que organizará las elecciones para gober- nador, alcaldes y diputados en el 2017. Es la misma gata porque no hay independencia presupuestal y los que lle- guen quedan deslumbrados con el poder, y a la orden de quien les permita darse vida de ricos y lujos que jamás imaginaron.

El estado de Coahuila tiene un nuevo organismo electoral que seguramente pasará a la historia en los próximos años con una imagen peor que el célebre IEPCC. Y eso lo sabe la consejera presidenta Gabrie- la María de León Farías, quien llegó al cargo en el último minuto cuando el Consejo General del INE cambió el proyecto original presentado por la Comisíón de Vinculación que había propuesto a María de los Ángeles López, quien ahora será consejera sólo por tres años y no siete.

 

 
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