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el periodico de saltillo
Noviembre 2015
Edición No. 321


La muerte material y espiritual

Os aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda infecundo; pero si muere, produce mucho fruto.
Juan 12,20-33:


José Luis Rodríguez Flores.

Según las creencias de la población, existen dos tipos de muertes, la muerte material y la muerte espiritual; en este párrafo hablo sobre la muerte material, ya que el 2 de noviembre es la fecha memorable del día de muertos, como fieles católicos la mayoría del pueblo mexicano, en lugar de lamentar la partida de este mundo de los seres queridos, lo conmemorámos de muy diversas formas haciendo en las casas altares y ofrendas de muertos; destacar que este año como casi todos los años los alumnos de la Escuela de Artes Plásticas de la (UAdeC) Universidad Autónoma de Coahuila recuerdan a los difuntos con creatividad e imaginación, lo celebran en la Escuela, a partir del 26 de octubre del año en curso con el Festival de Vida y Muerte teniendo como marco inaugural un Tapete en la torre de Rectoría el día 27 del mes de octubre.

Por otro lado tenemos lo que los católicos y cristianos conocen como la muerte espiritual o del alma, según las creencias espirituales de cada quien, que es otro tipo de muerte, la cual se da en términos religioso o de fe, y significa alejarse temporalmente de Dios, hasta obtener el perdón vía la confesión o si no lo hay, la separación definitiva de Cristo, en términos místicos se da la muerte espiritual al cometer un pecado capital y separarse o alejarse de Dios… Para entender el significado del término “capital” analizado que proviene del latín, caput, capitis que significa cabeza, y se les llama capitales, no por la magnitud del pecado o yerro, sino que da origen a otros muchos pecados, los siete pecados capitales: la soberbia, la avaricia, la envidia, la ira, la lujuria, la gula y la pereza.

Por contraparte tenemos y forman parte del catecismo las siete virtudes para que el cristiano sepa como afrontar la tentación de cometer alguno de los pecados capitales, puesto que se contraponen a ellos, y sirven como modo de salvar el alma a saber: humildad, contra el pecado de la soberbia; generosidad, contra el pecado de la avaricia; castidad, contra el pecado de la lujuria; paciencia, contra el pecado de la ira; Templanza, contra el pecado de la gula; caidad, contra el pecado de envidia; Diligencia, contra el pecado de la pereza.

Como 7 son las virtudes y 7 los pecados capitales analizamos lo que envuelve el número 7 que es considerado un número mágico, porque se compone del sagrado número 3 y del terrenal número 4, estableciendo así un puente entre el cielo y la tierra. Si asociamos el número 4 a la tierra con sus cuatro elementos y sus cuatro puntos cardinales, con el sagrado número 3 que simboliza la perfección, llegamos al número 7 que representa la totalidad del universo en movimiento. Aparte de las 7 virtudes y los 7 pecados capitales, hablamos de los siete días de la semana, lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo. Los siete días de la creación.

Los siete dones del Espíritu Santo: Sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad, y temor de Dios.

Las siete notas musicales: do, re, mi, fa, sol, la, si.

Los siete sabios de Grecia.

Los siete metales conocidos en la antigüedad: hierro, cobre, mercurio, estaño, plomo, oro, y plata

Los siete mares: el Golfo Pérsico, el mar Negro, el mar Caspio, el mar rojo, el mar Mediterráneo, el mar Adriático y el mar de Arabia.

Las siete palabras de Jesús antes de morir.

Las siete bellas artes: Arquitectura, Danza, Escultura, Música, Pintura, Literatura y Cinematografía.

Las siete cabezas de la bestia del libro de las Revelaciones.

Los siete días de la creación.

Las siete plagas de Egipto.

Los 7 Arcángeles: Miguel, Gabriel, Rafael, Uriel, Ragel, Sariel, Remiel.

Añado el comentario final, como el grano que cae en la tierra, si no fecunda, muere así es nuestra vida creemos que al morir concluye todo, pues bien, para los creyentes, el alma transmigra a la vida espiritual, muriendo apenas empieza la (Lumen Dei) Luz Divina.

 
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