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el periodico de saltillo
Noviembre 2015
Edición No. 321


Catujanos II

Rufino Rodríguez Garza.

Las pinturas de la Mesa de Catujanos son de las más expectaculares del arte rupestre de Coahuila. Guardando toda proporción compiten en contenido y colorido con las de Chiquihuitillos en Mina, Nuevo León. En anterior colaboración mencionaba que se tenía de un sólo sitio, pero que el compañero Ventura y el que esto escribe, llegamos a 4 sitios más en otros lugares de la misma Mesa de Catujanos.

El primer sitio, el más conocido, es el mejor conservado. A diferencia de los otros lugares destaca por la variedad de la fauna: aves, reptiles, insectos y venados. Lo más llamativo son unas figuras geométricas debidamente enmarcadas, cosa que no sucede con las pinturas de Chiquihuitillos, donde los dibujos están libres, no encerrados como los de Catujanos.

Aparte de las figuras abstractas y de la fauna, también el sitio número uno, destaca por tener una buena cantidad de figuras humanas. Éstas figuras antropomorfas están sumamente estilizadas. Más de una persona que las ha podido observar coinciden en que se trata de representaciones de mitotes o bailes a propósito de celebrar reuniones con otros grupos similares y afines para el intercambio de productos y propiciar enlaces matrimoniales, pues se tenía gran cuidado en no casarse con gente del mismo grupo. Los mitotes se celebraban una o dos veces por año y siempre con un propósito práctico.

En un cuadro se puede observar 6 figuras humanas debidamente enmarcadas o encerradas. En otra parte, en lo alto del abrigo rocoso se ven 10 figuras, unas al lado de la otra, con los brazos levantados y en posición orante. En otro lugar apreciamos unas manos en positivo, pero en la parte inferior del tablero vemos 28 representaciones humanas con la característica de que se dibujaron en dos colores el rojo y el naranja. Todos alineados y con los colores diferentes al rojo en la parte media, quizá se trate de representación de mujeres. En color amarillo un antropomorfo pero se le encimó un reptil, en este caso una tortuga de tierra.

LLama la atención un ave, al parecer un águila, ave abundante en esas regiones. Pero no hay que olvidar que se pudiera tratar de un pavo o guajolote, que aún se localiza silvestre en los municipios del norte como Zaragoza, Múzquiz o Acuña. Vemos también una figura aparentemente abstracta pero que nos remite a las hondas o a un símbolo territorial. Muy socorrida esta figura en localidades de Ramos Arizpe y Mina, N.L.

Los insectos son variados aunque el mejor representado es un cienpiés.También se observan gusanos y otros insectos no identificados. Aquí es oportuno llamar la atención de una araña de buen tamaño y de la que solamente habíamos encontrado en petrograbados. En el tercer sitio, tan o más grande que el primero, se encuentra una pintura que relacionamos con la araña: una telaraña.

Un dibujo para tomarse en cuenta, se trata de un vinagrillo, pariente de las arañas, inofensivo para el hombre pero que arroja un líquido con olor a vinagre, de allí su nombre, un insecto de un realismo a toda prueba. Como representantes de los mamíferos se dibujaron algunas astas y un venado completo, se trata de venados cola blanca.

Ya en anteriores colaboraciones hablamos de “fosfenos”. Se trata de una operación que se logra presionando los ojos o golpeandolos lo que produce visiones de luces y figuras sicodélicas no muy claras pero si muy llamativas. Aquí, en las 5 localidades es lo más abundante; se trata de geometrismo puro, es decir figuras a base de líneas cruzadas, rombos, pero sobre todo de triángulos de diferentes tamaños y colores, que forman figuras un tanto caprichosas. En el segundo sitio, a no más de 50 metros al poniente del primero, en un sitio por demás incómodo, se puede retratar con cierta dificultad unos enormes tableros con dibujos geométricos, donde predominan los triángulos acomodados en líneas horizontales.

Lo dificultoso es porque las rocas de la pared se desprendieron y cayeron quedando las pinturas hacia abajo y sólo entrando acostados y boca arriba por estrechos huecos se puede llegar a estas pinturas. Hubo que usar el flash para iluminar correctamente los motivos allí pintados. Creo, sin temor a equivocarme, que somos de los pocos previlegiados en llegar a este lugar, todo gracias al curioso e inteligente guía que nos descubrió estas nuevas pinturas, Manuel Roque Cázares.

Entre la flora se pintó una planta de maíz, que ya lo había en estas tierras del norte de México, antes de la llegada de los europeos, en el siglo XVI. También pudimos observar elementos que relacionamos con eventos astronómicos. En este caso particular hay 4 representaciones de la luna en cuarto menguante. No dudamos que los tableros con triángulos sean conteos calendáricos del paso de la luna que también se relaciona con el período o regla menstrual de las mujeres y que es de 28 días. Este solo hecho pudiera explicar la enorme cantidad de elementos en muchos de los tableros. En otros sitio los cómputos son a base de puntos cuando se trata de petroglifos. Que se trate de cuentas relacionadas con la luna o el movimiento del sol, es una hipótesis que tendrán que desentrañar los arqueoastrónomos en el futuro. Otro enigma de dificil solución es saber quién o quiénes hicieron las pinturas. A la llegada de los españoles estaban los indios Catujanos, pero las pinturas son mucho más antiguas que este grupo. La antiguedad de los motivos pintados es otro problema que los arqueólogos tendrán que sacar a la luz.

De lo que estamos seguros es que las pinturas de Catujanos son producto de grupos de cazadores-recolectores y de éstos, los jefes o chamanes, (personajes que con el estado alterado de conciencia), fueron capaces de elaborar las indecifrables tableros en su comunicación con sus dioses del cielo o del inframundo.

Otra pregunta de dimensiones enormes es el de descifrar el “para quién” estaban dirigidos los dibujos. En el sitio tres, un largo abrigo rocoso al filo del precipicio, en el polvo de la “cueva” pudimos observar huellas muy recientes de cuando menos un oso. Este sitio es de los más perjudicados por el vandalismo. En el sitio 3 y 4 son de los peligrosos por estar en una zona muy alta y junto al despeñadero. Por último nos preguntamos: ¿Cuál fué la intención o motivación? ¿Sería la de transmitir mensajes, comunicar algo, conmemoración, o guardar la memoria para otras generaciones?

Todo está por investigarse.



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