La increíble y triste historia de un alcalde de caricatura y un pueblo que todo lo soporta (III)

Todo indica que Isidro López ya se creyó en serio la idea que sus allegados le han estado machacando de manera insistente: que puede llegar a ser el primer gobernador de oposición en el estado de Coahuila. Esto explica claramente porque en las últimas semanas el alcalde de Saltillo ha derrochado decenas de millones de pesos de las arcas municipales para promocionar su imagen personal, al presumir como logros propios una serie de reconocimientos que ha recibido el Ayuntamien- to ahora, pero que son producto de acciones de pasadas administraciones.

Sólo para demostrar lo anterior, van dos botones de muestra. Primero, en la pasada reunión de la Asociación Nacional de Alcaldes, Isidro logró a través de sus personeros, cabilderos o lobbysts que los alcaldes panistas del país lo escogieran como su presidente; tan seguro estaba Isidro de haber logrado la nominación que se llevó a Chihuahua, sede del evento, a todo su equipo de asesores, así como a un pull de prensa encabezado por su director de Comunicación Social, Heriberto Medina. Desde allá presumieron la designación a nivel regional y nacional, pero sin aclarar que la presidencia era sólo de los alcaldes del PAN. Los gastos de cabildeo, operativos y de publicidad fueron de varios millones de pesos.

Segundo, de Chihuahua López Villarreal se dirigió a la ciudad de México para, siempre según sus comunicados oficiales, se entrevistaría con funcionarios de la Secretaría de Hacienda del gobierno federal para “exigirles” la entrega de los recursos del Subsemun (Subsidio para la seguridad de los municipios), no sólo en el caso de Saltillo -cuyo monto es de 24.5 millones de pesos- sino también de otros once municipios del estado. Ello, calculaban los asesores de Isidro, le permitiría regresar a Saltillo como el héroe de la película. El triste resultado fue una entrevista con un funcionario segundón que solo le “doró la píldora” al provinciano edil. Por cierto, el alcalde de Torreón Miguel Riquelme intentó hacer lo mismo, con idéntico resultado.

Mientras en Saltillo, el voraz y corrupto tesorero municipal Adrián Ortiz preparaba -con el conocimiento y la anuencia de su jefe- la Ley de Ingresos del municipio para el ejercicio 2016, en la cual se contemplan aumentos de un once por ciento en el cobro del Impuesto Predial, así como nuevos cobros como el DAP, o derecho de alumbrado público y una serie de “ajustes” en otros impuestos. Evidentemente, Isidro López y sus asesores pretenden que el pueblo de Saltillo sea quien subsidie con sus pagos la campaña que, en pos de la gubernatura, ya ha iniciado.

Se hace necesario precisar en este tema, que al llegar al Congreso del estado la propuesta de esta Ley de Ingresos para Saltillo, la mayoría priista ahí, pastoreada por el “inmutable” Chema Fraustro, han tratado de modificarla no tanto para defender a los ciudadanos de Saltillo, como para fastidiar al alcalde panista. Sin embargo, poco podrán hacer ya que algunos alcaldes del PRI, como es el caso de Piedras Negras han pretendido aumentar algunos impuestos hasta en un 200 por ciento. Algunos diputados tricolores como el vociferante y protagónico Pancho Tobías sólo han logrado hacer el ridículo al tratar de disuadir a Isidro López y a su tesorero de moderar sus preten- didos incrementos impositivos.

Por lo que respecta a la recién creada figura de Jefatura del Gabinete Municipal y a su titular Esther Quintana, parece ser que las expectativas que generó su llegada, sólo quedarán en eso: expectativas. El grupúsculo de asesores que rodea al alcalde, encabezado por el incompetente pero siniestro Secretario Técnico, Juan Pablo Valdés, cerró filas y han logrado crear un vacío en torno a la tía Esther, hábil para la retórica y para hacerse de una imagen de mujer dura, honrada y valiente; pero incapaz en la práctica de articular una serie de acciones para mejorar el desempeño del gobierno municipal y, sobre todo, para reposicionar la figura del alcalde en el colectivo ciudadano que cada vez cree menos en el “rescate” de la ciudad que planteara el entonces candidato López Villarreal.

Mención aparte merecen los abusos y violaciones a los derechos de los ciudadanos saltillenses que todos los días perpetran el “mayor” Clemente Yañez, director de la Policía Preventiva de Saltillo y Jorge Salcido Urroz, quién sin nombramiento oficial alguno maneja a la policía y al CIAP, una especie de Centro de Espionaje que ha montado el ex jefe de la policía municipal y ex jefe de vigilancia de PEMEX, para espiar a los ciudadanos y hacer acopio de información con la cual chantajear y amedrentar a los opositores de su patrón en turno.

Los cobros abusivos y desesperados de las fotomultas que se llevan a cabo violando las garantías individuales de los saltillenses y las cárceles municipales llenas a reventar los fines de semanas por humildes trabajadores a los que se les inventan los mas absurdos cargos para llevarles detenidos y luego cobrarles abusivas multas; son sólo dos botones de muestra del abuso de autoridad de quienes utilizan a la fuerza pública para perjudicar a los ciudadanos que pagan sus salarios. Salcido Urroz evidentemente afectado en sus facultades mentales y el “Mayor” Yañez extorsionando con cuotas a sus propios subordinados, para luego derrocharlas en interminables francachelas en la vecina Monterrey, son de quienes nos estaremos ocupando en la próxima colaboración.