El Comal

Manuel Padilla Muñoz.

---¡Hola comadrita, que milagro! ¿Qué anda haciendo en estas oficinas de la presidencia municipal?

--- Hola oficial, aquí nomás, tratando de arreglar algunos asuntos pero llegué extemporánea. Oiga oficial ¿en la tarde no trabajan aquí?

--- No comadrita, en la tarde no vienen; en la mañana es cuando no trabajan.

--- Pero mire, comadrita, va saliendo el alcalde Riquelme, abórdelo.

--- No oficial, ese no pela un chango a mordidas. Fíjese, hace un mes, lo acompañamos a unos de esos paseos turísticos que organiza la presidencia municipal a la zona protegida del Cañón de Jimulco. Allá estábamos cuando el alcalde ve un hermoso pajarillo que se posó en un árbol cercano. Lalo le preguntó al secretario del Ayuntamiento: Señor secretario, ¿cómo se llama ese pajarillo? Lo ignoro, respondió el secretario. ¡Qué bonito ignorito!, finalizó el presidente municipal. Imagínese en manos de quienes estamos. Por eso un comentarista de televisión apodó a Riquelme el alcalde Walt Disney: puros cuentos. Ya ve que esos periodistas de la tele son perversos. Y eso no es nada, hace días estaba el séptimo regidor “El Agonías”, alias Gerardo Alba Castillo, con uno de sus ayudantes y le pregunta: ¿por qué mis compañeros regidores priistas me tienen como una persona muy culta y en toda la ciudad no me bajan de un soberano imbécil? Mira wey ---le dice el ayudante--- eso es fácil de explicar y la respuesta me la vas a dar tú al contestarme esta pregunta. Sobres, pregúuuuuntame ca..ón, pregúuuuntame. Dime el nombre de un importante general francés que montaba un caballo blanco. Ay wey ---dice el regidor--- casi tengo la respuesta pero dame otra pista para no verme tan fregón y parecerme a Rodolfo Walls. Está bien, este general dominó casi toda Europa y cuando conquistó a España, puso a su hermano como emperador y siempre traía su mano metida dentro de la chaquetilla del uniforme militar. Ah, chingáo… los Moreira no, no estaban en España en ese tiempo… la tengo en la punta de la lengua, pero dame otra pista para no decir una tarugada. Te voy a dar una última pista, pero antes ve al refrigerador y tráeme una botella de “Napoleón” para echarnos un trago y verás cómo te acuerdas. Se va el regidor “Agonías” (¿Por qué ese apodo?) al refrigerador y al rato regresa con una sonrisa en la cara y le dice a su ayudante: Mejor pista no me pudiste haber dado, ¡como me voy a olvidar del famoso General Electric!...

--- No manche, comadrita, ora si se la bañó.

--- ¿Qué está leyendo, oficial?

--- Ay, comadrita es que el sueldo de policía es tan bajo que estoy estudiando para prepararme mejor y tengo mañana un examen. Por cierto, ¿podría ayudarme porque no entiendo cuál es la diferencia entre una disolución y una solución?

--- Pues fácil, oficial: meter a un político en ácido es una disolución, meterlos a todos es una solución.

--- Mire comadrita, aquí en la guía de examen hay otra pregunta que no tiene solución. ¿Cuál es la montaña más limpia?

--- También fácil, oficial: Es el volcán, porque echa ceniza y después lava. Ya ve como en esta vida tiene solución.

--- Ora sí se equivocó, comadrita, la muerte no tiene solución.

--- Claro que sí la tiene, oficial. La solución es que no tiene solución. Deje de pensar en ella y no le tenga miedo porque es irremediable. No se preocupe. La preocupada soy yo.

--- ¿Por qué, comadrita?

--- Es que, fíjese, oficial, la ONU acaba de terminar un encuesta mundial que realizó y dio a conocer los resultados y prácticamente ha sido un rotundo fracaso. La pregunta era: Dígame, por favor, honestamente, ¿Qué opina de la escasez de alimentos en el resto del mundo? Primeramente, en Argentina no supieron qué era por favor, en Cuba pedían que les explicaran qué era opinión, en Europa no supieron qué era escasez, en África no sabían qué era alimento, y en Estados Unidos no sabían qué era el resto del mundo y en México, en la cámara de senadores y diputados aun se debate que es honestamente.

--- No, pos si es preocupante eso, comadrita.

--- Y eso no es nada, oficial. El otro día vino a Torreón el gobernador Rubén Moreira. Reunió a miles de laguneros en la Plaza (estafa) Mayor y les informó eufórico: Ciudadanos de Coahuila, vengo ante Ustedes para darles a conocer dos noticias, una buena y otra mala.
--- ¿Cuál es la buena, gritaron los ciudadanos al unísono?

--- La buena, dijo el gobernador de Coahuila, es que la megadeuda de 36 mil millones de pesos que tiene el pueblo de Coahuila con los banqueros, ha sido saldada definitivamente. Los aplausos fueron estruendosos.

--- ¿Y la mala, preguntaron los ciudadanos?

--- La mala es que tenemos 72 horas para abandonar el estado.

Para que vea, oficial, que a las personas con coeficiente intelectual de 4 se les llama señor gobernador o señor presidente. Porque no es lo mismo un metro de encaje negro que un negro te encaje un metro.

Pero hay más, hace días, durante una sesión de cabildo, hasta las afueras de la presidencia municipal se escuchaba: ¡Corrupto!... ¡Cholero!... ¡mula!... ¡Ladrón! En esos momentos, por la Plaza de Armas pasaba un hombre y su hijo. El niño le preguntó a su papá: ¿A quién insultan tanto, papá? No son insultos, hijo, solo están pasando lista a los regidores, le respondió.