Complicado panorama para
el gobierno de
“El Bronco”
Carlos Alfredo Dávila Aguilar.
El pasado sábado 3 de Octubre, Jaime Rodríguez Calderón, conocido ahora internacionalmente por su sobrenombre de “El Bronco”, tomó protesta como gobernador de Nuevo León, uno de los estados más ricos de la república. En el evento, además de dirigir un discurso ante el Congreso del Estado, en el que pronunció frases como “vamos a revisar cada papel y cada cajón”, el nuevo mandatario reafirmó la que ha sido su principal promesa de campaña: castigar a los responsables del desfalco económico del Estado de la anterior administración del priista Rodrigo Medina.
Un día después, “El Bronco” inaugura su primer día de gobierno con una cabalgata en la Arena Monterrey, al frente de aproximadamente 700 jinetes ensombrerados, en un espectáculo verdaderamente grotesco, que sorprendentemente, pocos han calificado de “mesiánico” o “populista”, ya que aparentemente, en México ese tipo de adjetivos están reservados para políticos, los necios que insisten en una redistribución más justa del ingreso nacional. Tampoco el espectáculo de sacar la silla del saliente Rodrigo Medina de la oficina del gobernador, durante su toma de protesta, le valió adjetivos similares.
Pero el controvertido ex-alcalde de García tiene pocos motivos para sentirse seguro. Después de haber construido todo su discurso y su imagen en torno a su condición de “independiente” y a la promesa de meter a la cárcel a Rodrigo Medina, se ha metido en una verdadera camisa de once varas.
Para empezar, su imagen de político independiente no habría podido tardar menos en sufrir su primera abolladura. Desde la presentación misma de su gabinete, Rodríguez sorprendió con al menos dos nombramientos gravemente cuestionables: el de Cuahutémoc Antúnez como Secretario de Seguridad Pública, y el de Raúl González Rodríguez, “El Matemático”, quien fue nombrado titular del Instituto Estatal de la Cultura Física y Deporte.
Si ya es de por sí cuestionable nombrar a un funcionario de formación militar como responsable de una Secretaria de Seguridad Pública (al menos en una sociedad en la que se consideren distintas las funciones militares y las policiales), el nombramiento de Antúnez lo es aún más dada su directa responsabilidad en la impunidad del caso del asesinato de los dos estudiantes del Tecnológico de Monterrey: Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo en 2010. En ese entonces, Antúnez fungía como jefe de la zona militar a la que ambos soldados (aún sin identificar) pertenecían. Hasta la fecha, a pesar de los esfuerzos de organizaciones como la Asamblea de Estudiantes del Tecnológico de Monterrey, CADHAC, Amnistía Internacional, y los familiares de ambos estudiantes, el caso permanece oculto y en la impunidad total.
El caso de Raúl González, pareciera confirmar ciertas suspicacias en torno a la posible cercanía de Rodríguez con el ex-presidente Carlos Salinas, ya que dicho personaje nacido en China Nuevo León fungió como presidente de la Comisión Nacional del Deporte durante todo su sexenio.
Con estos nombramientos, y los de otros tantos personajes de la IP de Nuevo León, ahora miembros del gabinete estatal, ya puede el público darse una idea de qué tan independiente resultó ser “El Bronco”.
En cuanto al segundo pilar de su campaña, es decir, el prometido castigo a Medina y los miembros de su gabinete responsables del endeudamiento del Estado, Rodríguez Calderón ha levantado tanta expectativa con su propio discurso que tendrá que actuar pronto en consecuencia con su palabra, o quedará rotundamente deslegitimado en cuestión de meses ante la opinión pública.
Tomando las riendas de un Estado en quiebra, con una deuda que, según sus propias declaraciones, asciende a los 100 mil millones de pesos, con un nivel de expectativas altísimo por parte de la población, con un Congreso estatal que escapa a su control, y con una relación problemática con algunos de los más importantes medios de comunicación de la entidad; el espectacular ascenso de “El Bronco” en la política mexicana podría desinflarse con la misma rapidez con la que surgió.
Mientras tanto, Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, fantasea con una candidatura presidencial “independiente” que sea capaz de arrebatarle la bandera de verdadera oposición a AMLO en 2018.
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