Si al debate politico entre líderes y partidos
Juan Martínez Veloz.
En días pasados (21 de agosto) con motivo de la llegada del nuevo líder nacional del Partido Acción Nacional Ricardo Anaya se dio un intercambio de “alegatos” entre los diferentes líderes de los partidos mexicanos (Andrés Manuel López Obrador (MORENA), Manlio Fabio Beltrones (PRI) y el propio líder del PAN en los medios de comunicación.
Las opiniones de los citados personajes fueron muy poco respetuosas entre sí (se omite trascribirlos por respeto a las personas), tendientes más a descalificar a sus adversarios y a evidenciar su negativa a debate.
Creemos que la negativa a debatir por parte de los diferentes líderes de los partidos políticos es contraria a la esencia misma de los partidos y al sistema democrático.
Los Consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) guardaron silencio en este tema que no es menos importante que instalar casillas, insacular funcionarios electorales, entregar el dinero del financiamiento a partidos y todos los demás actos relevantes de la organización del proceso electoral.
Es obvio que la intención del nuevo líder panista (Anaya) traía razones especiales al llamar a debatir a Andrés Manuel López Obrador; el tabasqueño encabeza las encuestas rumbo a la elección presidencial del 2018 y “hay que bajarlo”, esa pareciera ser la lógica de los panistas.
Por otro lado los integrantes del partido azul acaban de salir de un proceso electoral interno donde Ricardo Anaya pareció en los resultados prácticamente ser el “candidato único” (formalmente hubo contienda) dado que gano por un amplio margen de diferencia a su adversario. Pensamos que lo pretendió entonces Anaya es legitimarse en el ejercicio del cargo llamando a debatir al líder de las Izquierdas.
No obstante a estas razones políticas que explican porque Anaya hizo el planteamiento del debate; creemos que la posición de AMLO y MANLIO debió ser “Si al debate en los términos que señala la ley y también podemos agendar debates fuera del proceso electoral en temas que sean de interés nacional y para todos los partidos”.
La idea del debate está en la esencia misma del concepto de partido político que busca ganar adeptos (militantes, simpatizantes) frente a sus adversarios (los otros partidos políticos). Negarse a debatir es casi como negar la esencia misma de la democracia.
Basta con trascribir algunas de las definiciones de partido político para darse cuenta de ello:
Ignacio Burgoa, señala que “...el ejercicio de la libertad de asociación origina la formación de partidos políticos, cuya existencia y funcionamiento es una de las características de la forma democrática de gobierno. Representan corrientes de opinión de la ciudadanía sobre la problemática general del pueblo y confrontan, valorizan y censuran la conducta de los titulares de los órganos del Estado” Ignacio Burgoa: Diccionario de Derecho Constitucional, Garantías y Amparo, 2a. edición, Porrúa, México, 1989, p. 333.
Jesús Reyes Heroles expresa “...un partido político es una organización intermedia entre el Estado y la sociedad. Le concierne recoger las necesidades y modos de pensar de sus agremiados y articular esas necesidades y pensamientos en programas congruentes y de posible realización. Le concierne coordinar intereses contrapuestos y supeditar los secundarios a los principales; alcanzar algunos objetivos y diferir otros, dentro de la jerarquización que frente a la realidad debe hacer de ellos”. Edmundo Rodríguez Aragonés: Qué Piensan los Dirigentes Políticos Mexicanos, Fondo de Cultura Económica, México, 1975, p.p. 6-7.
Creemos que la labor del Instituto Nacional Electoral (INE) es pobre en este sentido. Aunque si organizo debates entre candidatos a diputados en los recientes comicios del 7 de junio su labor debe ir más allá.
Por un lado no debe permitir que se ensucie el lenguaje del debate político como sucedió con las declaraciones de los líderes políticos arriba mencionados (pudo haber hecho una respetuosa exhortación) y a la par diseñar mecanismos para facilitar el debate entre partidos en los diferentes medios de comunicación.
Se pueden publicar debates en libros (Compilaciones) o en prensa con espacios que el propio INE consiga como sucedió en el pasado en algunos periódicos y revistas para jóvenes sobre temas de la agenda política nacional.
La conclusión es solicitar respetuosamente a los partidos y sus líderes que deben estar en principio siempre abiertos al debate en las formas que establece la ley y otras que se convengan entre ellos mismos.
Seguiremos comentando
juanmartinez_veloz@yahoo.com
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