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el periodico de saltillo
Septiembre 2015
Edición No. 319


La vigencia del tradicional
Grito de Independencia



Jesús M. Moreno Mejía.

En todas las culturas de las diferentes civilizaciones existen usos y costumbres, sean o no valederas para otros pueblos, e incluso indiferentes para personas de su propia nación, ya sea porque no corresponden a su región o porque hay quien difiere de los demás por algún motivo.

En México consideramos a septiembre como el Mes de la Patria, pues las efemérides nos señalan varias fechas cívicas a conmemorar, pero particularmente el aniversario del Grito de la Independencia, que por tradición se ha fijado para la noche del 15 de este mes, no obstante que todos los historiadores coinciden que el cura Miguel Hidalgo levantó al pueblo de Dolores, Guanajuato, la madrugada del 16 de septiembre de 1810 invitándolo a rebelarse contra gobierno virreinal.

Sin embargo, fue el presidente Porfirio Díaz quien instauró el 15 de septiembre como la fecha indicada para conmemorar el Grito de Dolores, con la finalidad de que todos los mexicanos festejáramos ese hecho histórico y su cumpleaños.

En la actualidad se sigue celebrando la noche del 15 de septiembre el aniversario del Grito de Independencia con bombo y platillo, destinando para ello las autoridades federales, estatales y municipales un gasto extraordinario del erario, para que el pueblo festeje en grande esa fecha cívica, quedando en el olvido recordar el natalicio del héroe de la batalla del 2 de abril de 1967 en contra de los franceses, conocida como la Toma de Puebla por las tropas comandadas por el Gral. Porfirio Díaz.

Sin embargo,no es nuestra intención discutir la precisión de las fechas cívicas o del natalicio del dictador Díaz, sino la vigencia del llamado Grito de Independencia, ya que nuestro país no es soberano al 100 % pues dependemos económica y políticamente de las decisiones de las grandes potencias mundiales, y en especial del vecino país del norte. Para muestra sobran “botones” pero en esta ocasión sólo mencionaremos dos: devalua- ción de nuestra moneda frente al dólar; la eventual entrega de nuestros recursos naturales a través de las llamadas Reformas Estructurales.

Entonces… ¿Será válido que festejemos una supuesta independencia nacional? Si alguien preguntara mi opinión, le diría que cuando era niño así lo creí, pero sinceramente hoy en día no lo considero válido, como tampoco lo piensan de tal manera no pocos amigos personales, y no es que me hayan convencido de ello, pues ha sido producto de un análisis concienzudo de la situación que vive nuestro país de hace un tiempo a la fecha.

Somos un pueblo alegre y bullangero y nadie nos dejará mentir que así somos, lo mismo en un animado partido de futbol, en una fiesta social, etc., y la celebración del Grito de Dolores la noche del 15 de septiembre siempre ha tenido esa clase de demostraciones tras de escuchar a la autoridad m la arenga de Miguel Hidalgo y Costilla en el atrio de su parroquia y los gritos de ¡Viva México y los héroes que nos dieron Patria!

No cabe duda, quienes conducen los destinos de la nación saben lo que le agrada al común de la gente, pues así la mantienen controlada y se olvidan que muchos de los ahí presentes no tienen ni para comer, que existe la inseguridad, la impunidad, la corrupción, etc., motivo por el cual no dudan en destinar un gasto extraordinario en presentaciones artísticas, en luces artificiales y todo aquello que les causa satisfacción a quienes acuden a las plazas públicas de toda la república.

¿Hay acaso una partida especial para darle educación cívica y social que sea de provecho a la generalidad? ¡Es obvio que no! Es peligroso despertar la conciencia de la ciudadanía, ya de por sí harta de tanta injusticia e indiferencia de los malos gobernantes. Es preferible que recuerden solamente que hubo autoridades virreinales abusivas contra las cuales luchó el pueblo oprimido.

De niño fui de la mano del abuelo o de mi padre a unirme al bullicio de la Noche del Grito, a ver los fuegos pirotécnicos, a deleitarme de las aguas de frutas y antojitos, luego vino la juventud y entonces iba en busca de otras manos: las de las muchachas de mi edad, sin interesarme gran cosa el acto ceremonial o las luces artificiales, y ya de adulto sólo fui a la plaza a cubrir la información para el periódico que laboré durante 35 años.

Todo mundo tiene recuerdos de esa conmemoración, buenos o no tan buenos, pero para muchos es sólo motivo de distracción, pues ni siquiera se tiene consciencia del motivo por el cual se lleva a cabo ese ceremonial, máxime que ha disminuido la educación cívica en las escuelas y poco o nada se enseña sobre la historia de México.

Los valores cívicos, lamentablemente, se han perdido en muchas personas, como también ha sucedido con los principios y valores universales, predominando todo aquello que de placer a la gente, como ir y ver jugar al equipo deportivo de su predilección, acompañado de unas frías cervezas, un lonche, o de una simple “botana”.

La generalidad de la gente tiene carencias primarias, pero no dejan de ser alegres y bullangueros, que nada tiene de censurable, siempre y cuando no sean afectados los derechos fundamentales de terceros, mas lamentablemente no siempre eso ocurre y casi a diario nos encontramos con información desagradable, por la mencionada falta de principios que padecemos.

Total, que cada quien asuma su responsabilidad y festeje o no el Grito de Independencia, pero sin olvidar que debemos atender problemas sociales que no sólo a las autoridades les competen, sino también a nosotros.

¡Hasta la próxima.

 
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