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el periodico de saltillo
Septiembre 2015
Edición No. 319


Manlio y la sucesión en Coahuila

 

Armando Montalvo Olivo.

 

“Como una persona que no olvida cuando alguien lo decepciona”, así definen sus allegados a Manlio Fabio Beltrones Rivera, quien desde que llegó a la dirigencia nacional del PRI, se cuentan historias no muy gratas, no sólo en Coahuila, sino en todo el país.

El priismo coahuilense está atento a las actividades que realiza Beltrones Rivera desde hace semanas, porque ahora es considerado como el hombre que representa a los antepasados de un órgano político autoritario y corrupto que rigió por décadas a México.

Opiniones encontradas y controversias se difunden tras el arribo de Manlio Fabio al Revolucionario Institucional al que está afiliado desde 1968, cuando el ahora presidente Enrique Peña Nieto apenas era un bebe de dos años.

Ahora muchos priistas coahuilenses presumen y gritan a los cuatro vientos que han sido amigos de Manlio y de “La Coneja” Alejandro Gutiérrez, pero en realidad es todo lo contrario.

Incluso, estos hombres y mujeres del tricolor antes de que César Camacho Quiroz saliera del PRI Nacional, cuestionaban el pasado de Beltrones Rivera cuando fue gobernador de Sonora, y haber sido el primero que habló con Mario Aburto, el asesino del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio Murrieta, en Lomas Taurinas de la ciudad de Tijuana, el 23 de marzo de 1994.

No se puede ocultar que políticos de Coahuila se incomodaron desde que el sonorense se hizo cargo de la dirigencia nacional. Saben que bajo este escenario Miguel Ángel Riquelme Solís, actual edil de Torreón, no la tiene fácil para llegar a la candidatura priista y aspirar a la gubernatura.

El alcalde lagunero se guía desde ahora con el librito de la política que establece que el goberna- dor Rubén Moreira, Manlio Fabio Beltrones y el presidente, Enrique Peña son quienes van a “palomear” al candidato priista a la gubernatura.

De que existe un apoyo político del aparato gubernamental hacia Riquelme Solís, no se puede negar. Que funcione con los resultados que tienen planeados, nadie lo sabe. Por lo pronto el alcalde torreonense gasta millones de pesos en difundir su imagen y no hay quien le marque un alto.

El Auditor Superior del Estado, Armando Plata Sandoval, brilla por su ineptitud y no le importa lo demás. Está interesado en enriquecerse a costa de los coahuilenses sin cumplir con su trabajo.

Beltrones Rivera está informado de todo, y conoce a quienes, aprovechándose del erario público, se promocionan a lo largo y ancho del Estado. Algunos de ellos son: el diputado federal Javier Guerrero García, José María Fraustro Siller, diputado y presidente del Congreso del Estado; la senadora Hilda Flores Escalera, y Enrique Martínez Morales, delegado de la Secretaría de Economía en Nuevo León.

Entre los colaboradores de Manlio Fabio se encuentran dos coahuilenses que también sueñan con la gubernatura: Alejandro Gutiérrez “La Coneja” y “El Diablito” Fernando de las Fuentes. Y aunque nieguen sus aspiraciones, no hay día que dejen de visitar los círculos de amigos radicados en Coahuila y en la capital del país.

La carrera hacia la gubernatura empezó, y en Coahuila todo se vale. Unos a otros se critican. Funcionarios del estado dejaron de tenerle lealtad al Ejecutivo. Unos apoyan a Riquelme Solís, otros a Alejandro Gutiérrez, unos más a Hilda Flores y el resto a Javier Guerrero.

Se dice que Manlio Fabio Beltrones tiene su carta guardada bajo la manga, y es la de Alejandro Gutiérrez, quien tiene años colaborando muy de cerca con el político sonorense que en la última década a sido ex coordinador de la bancada priista en el Congreso de la Unión y en el Senado de la República. Y ahí ha estado “La Coneja”, a quien se criticas por ser un desarraigado de su estado.

Los escenarios que se pronostican para la sucesión gubernamental en Coahuila son reservados desde que llegó Beltrones Rivera a dirigir el priismo nacional. Y eso, lo saben quienes manejan la política en la entidad.

Hay un rumor que crece día a día, los priistas temen una desbandada en el PRI coahuilense, porque sería parte de una estrategia electoral y no por la falta de liderazgo de diputada local Verónica Martínez García, dirigente gris e inexperta y del cetemista, Jesús Berino Granados.

Este par de dirigentes priistas, simplemente darían la cara como lo hizo en su momento Salvador Hernández Vélez cuando perdió Enrique Martínez Morales ante la panista Esther Quintana Salinas.

En este momento, y a pesar de las deslealtades al interior del gabinete estatal, sólo hay una instrucción: apoyar a Miguel Ángel Riquelme. La estructura priista esta lista para acatar la orden llegado el momento.

Una posible escena sería de que Riquelme Solís de no ser el elegido, tiene dos opciones, separarse momentáneamente del tricolor y recargarse en un partido político de la “chiquillada”, o irse como candidato independiente. Eso, si, con la cargada priista que apoya desde hace una década al grupo político que mantiene el control de todo y que hace y deshace a su antojo.

Cada paso que den quienes aspiran a la gubernatura de ahora en adelante serán vitales en sus carreras políticas. Conocen a la perfección que no hay mañana y que ahora es su momento.

Conforme vaya acercándose el 2017, los coahuilenses serán testigos de la historia cuando los protagonistas serán los mismos que aspiren a la gubernatura de Coahuila. No se descarta, que entre los priistas o de las filas del PAN, algún ciudadano participé como candidato independiente a la gubernatura. Pero, eso está por verse.



 
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