Coaliciones de partidos; sus problemas
Juan Martínez Veloz.
Hoy en día el tema de las coaliciones electorales y de gobierno es uno de los temas relevantes de discusión en la agenda político-electoral.
Haremos algunos comentarios breves sobre los puntos más trascendentes de este tema.
En México hasta ahora las coaliciones (alianzas) entre partidos políticos únicamente son electorales, terminan en el momento que concluye el proceso electoral.
El problema más importante para una presidencia fuerte (lo ideal) con miras a la elección presidencial del 2018 y las próximas elecciones de gobernador en 2017, es atacar “cierta ingobernabilidad “que se presenta en México cuando:
A. el presidente triunfador (o gobernador) no obtiene una mayoría muy clara sobre su segundo lugar (como en 2006 elección presidencial) o;
B. Cuando el partido del presidente (o gobernador) pierde la mayoría absoluta en las cámaras legislativas en las elecciones de diputados intermedias (1997, 2003 y 2009).
Hasta hoy no está muy clara jurídica e institucionalmente la idea de ¿cómo hacer un gobierno de coalición en un régimen presidencial?
Las coaliciones de gobierno y legislativas son más propias de los sistemas parlamentarios y no de de los presidenciales (como México).
El problema político real existe en dos momentos para un presidente (o gobernador) y para México y hay que atenderlos:
1. Si el presidente electo (o gobernador) gana con una mayoría poco clara de electores (0.6% por ejemplo sobre el 2º. lugar) que da lugar a dudas como en la elección presidencial de 2006.
2. Si el partido del presidente (o gobernador) pierde la mayoría legislativa en el Congreso de la Unión o en los congresos locales.
Sobre el punto 1. Mayoría absoluta o simple en la elección presidencial.
El ballotage (segunda vuelta electoral) divide a los partidos mexicanos.
El PAN ha insistido más en ella (formula francesa). Al PRI hasta hoy no le interesa (prefiere “jugar” con el voto útil en la elección presidencial) y las izquierdas en el pasado (2009) no apoyaron esta propuesta.
El objetivo de cualquier reforma al respecto debe ser evitar una elección tan cerrada como la presidencial en México 2006.
Sobre el punto 2. En caso de que el partido en el poder pierda la mayoría en la Cámara de Diputados y el Senado.
En este caso se puede ensayar una “fórmula a la mexicana” de coalición legislativa y de gobierno desde arriba (acuerdo entre partidos) sin embargo habría que evaluar sus efectos en la práctica en los electores.
Se podría también obligar al cogobierno de otra fuerza desde la propia Constitución y hacer obligatorio la celebración de pactos políticos como “Pacto por México” para favorecer la gobernabilidad.
Las coaliciones legislativas y de gobiernos tienen pros y contras; Maurice Duverger las explica muy bien en su libro clásico Los Partidos PolíticosF.C. E., México, 1987, pp. 355-376.
Giovani Sartori en su libro Ingeniería Constitucional Comparada; Fondo de Cultura Económica, México, 1994, p. 197 propone algunas ideas para resolver estas crisis de gobernabilidad de los sistemas presidenciales.
El politólogo italiano se pregunta “¿Bajo qué condiciones funcionan mejor los sistemas presidenciales?
La respuesta es que prefiero el presidencialismo bipartidista, es más funcional que el multipartidista, y que a medida que disminuyen las diferencias ideológicas, la simplificación bipartidista, puede ser favorecida por:
a). El centrismo de la presidencia, es decir la efectividad del poder presidencial;
b). La existencia de partidos que se desempeñan como competidores principales por la presidencia;
c) La exigencia al vencedor de mayoría absoluta (con el sistema de doble ronda electoral) y;
d) La simultaneidad de las elecciones parlamentarias y presidenciales.
APOSTILLA. Ya instalado el nuevo gobierno de Durango, las nuevas autoridades en el Estado deben rendir ante la sociedad un diagnóstico del estado en que reciben la anterior administración. Interesan todos los sectores de la función pública.
En materia educativa, el rezago a nivel profesional es evidente respecto a la Ciudad de México. Tan solo poner el ejemplo de que las tesis de licenciatura no son obligatorias para la titulación, situación que coloca al profesionista en una extrema debilidad para competir con un egresado de la Facultad de Derecho de la UNAM.
juanmartinez_veloz@yahoo.com
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