¡Belisario Domínguez increpando informe
del 16 septiembre de 1913 del traidor Victoriano Huerta!
¿A quién pretenden engañar señores?
¿Al Congreso de la Unión?
José Luis Rodríguez Flores.
El 5 de junio de 1910, después de dar un discurso contra la reelección de Porfirio Díaz en la ciudad de Monterrey, el Sr. Francisco I. Madero fue detenido y enviado el 6 de junio a la antigua penitenciaria de San Luis Potosí; avisado el telegrafista Rubén Durán por el operador de la ciudad de México José H. Portillo del riesgo que corría el entonces candidato del Partido Anti reeleccionista, Madero se fugó de la cárcel de San Luis Potosí hacia la ciudad de San Antonio Texas, junto con Roque Estrada; ciudad donde se firmaría el día 5 de octubre de 1910 el “Plan de San Luis”, convocando don Francisco I. Madero a levantarse en armas el 20 de noviembre de 1910 contra don Porfirio Díaz, uno de los acontecimientos más importantes de la Revolución Mexicana, luego Madero sería electo y ejerció el cargo de Presidente de México desde 6 de noviembre de 1911 hasta su destitución el 20 y muerte el día 22 de febrero de 1913…
Entonces el inmortal don Belisario Domínguez denunció la política de terror ejercida por Huerta, relatando en sus discursos cómo el usurpador Victoriano Huerta traicionó la confianza del ex presidente Francisco I. Madero, quien lo perdonó y sacó de la cárcel haciéndolo jefe de la fuerzas armadas del país; Huerta además ordenó la renuncia del Vicepresidente José María Pino Suarez, en la conspiración tramada desde las más altas esferas conjurando Victoriano Huerta con el entonces embajador de EUA en México Henry Lane, también llamado “pacto de la embajada” que incluyó a Félix Díaz,” complot dado para derrocar al Presidente Francisco I. Madero y al vice presidente José María Pino Suárez en los trágicos acontecimientos de la decena trágica...
Luego de la muerte de don Francisco I. Madero, el senador don Belisario Domínguez, permaneció leal a la causa del extinto ex presidente Madero al no consentir la traición del usurpador Victoriano Huerta, adhiriéndose al decreto número 1421 emitido por el XXII Congreso del Estado de Coahuila, proclamando don Venustiano Carranza el Plan de Guadalupe el día 26 de marzo de 1913, creando el ejército Constitucionalista; su heroísmo al permanecer afín a los más altos ideales de justicia de la nación al emitir sendos discursos los días 17 y 23 de septiembre de 1913, le costarían la lengua y su vida ofrendada a cambio de mantener la justicia y el bien de la nación, fiel a la revolución...
Los días 23 y 29 de septiembre de 1913 don Belisario, intentó leer en tribuna sus respectivos discursos, censurando el falaz discurso dado por el usurpador Victoriano Huerta, al abrir las sesiones ordinarias del Congreso de la Unión el 16 septiembre de 1913, en el que decía que el país estaba en paz, con crecimiento armónico, además Huerta mintió diciendo que su gobierno espurio había recibido ya el beneplácito de casi todos los países del mundo… Don Belisario dijo refiriéndose a Victoriano Huerta: “su cerebro está desequilibrado y su espíritu desquiciado”, incluso a sabiendas que esas declaraciones le costarían la muerte, el senador Domínguez exhortaba a los senadores a presidir una comisión para exigir la renuncia del Presidente espurio Victoriano Huerta; pero al ser don Belisario compelido a no leer su discurso en tribuna, entonces fueron impresos sus discursos el 4 de octubre de 1913 en la clandestinidad, con ayuda de María Hernández Zarco, joven valiente quien también a riesgo de perder su vida distribuyó el célebre discurso que nadie por temor a represalias se atrevía a imprimir...
Entonces el 7 de octubre de 1913 don Belisario Domínguez, al ser aprehendido por agentes de Gobernación en el hotel Jardín, refieren los historiadores que el mismo don Belisario en lugar de huir, se entregó con hombría diciendo “a mí es al que buscan”, sería en aquel tiempo llevado al panteón de Coyoacán, asesinado y quemado por verdugos; la leyenda dice que el Dr. Aureliano Urrutia le cortó la lengua, la puso en un frasco con formol y se la mandó como trofeo a su compadre Huerta…
Sirvan estas modestas líneas para recordar y aquilatar las muertes ocurridas en 1913, de los insignes don Francisco I. Madero, don José María Pino Suárez y don Belisario Domínguez. Luego en el año 1920 se produciría la muerte de don Venustiano Carranza; los referidos, gloriosos estadistas que en su tiempo con honor y valentía inaudita, ofrendaron sus vidas, igual que un gran número de valiosos mexicanos que también durante la revolución ofrecieron sus vidas en aras del los más altos ideales de la patria y del bien de la nación…
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