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el periodico de saltillo
Noviembre 2016
Edición No. 333


Las Jalowinadas y la Incultura

¡Vemos la tempestad y no nos hincamos! No tienen tanto la culpa los centros comerciales por tratar de sacar dinero con cualquier excusa, aun promoviendo festividades extrañas, sino todos nosotros, las escuelas públicas y privadas, los medios de comunicación, por nuestra aberrante incultura. Vivimos tiempos en que todo se vale con tal de sacar dinero.

No contentos con la alienación de que hacemos gala, al insistir y tratar inconscientemente de dejar de ser nosotros mismos, de perder a toda costa nuestra identidad cultural, de seguir con nuestro complejo de inferioridad y nuestra frivolidad e irresponsabilidad al educar a nuestros hijos con antivalores o por lo menos valores extraños, celebramos el Halloween. ¡Eso de que me tienes que dar dulces porque si no te hago travesuras, no es muy edificante!

La asimilación de valores extranjeros cuando son positivos deben ser bienvenidos, pero cuando son negativos o inútiles, deberíamos de rechazarlos o por lo menos no promoverlos. Es ya mucha nuestra ignorancia para aumentar otra superstición más. Todo esto es grave para un país que ya está sometido económicamente, tecnológicamente, sicológicamente, lingüísticamente y ahora culturalmente. A este paso, ¿A dónde vamos a parar? ¿Qué va ser de este país en el futuro? La pérdida de la cultura y la lengua es la última etapa que el colonialismo utiliza para dominar a un país, para terminar de convertirlo en esclavo en todos los sentidos. Al perder la cultura se pierde la identidad y el alma de un pueblo.

Vamos a ver, madres ignorantes chancludas, ¿Por qué no les enseñan a sus hijos la festividad del Día de Acción de Gracias, también extranjera pero muy positiva? ¿A qué no saben cuándo se celebra? ¡Claro que no!, ¡hay que imitar lo negativo! ¿Por qué no imitamos la disciplina, organización y solidaridad extranjera? Esos si son valores positivos y nos hacen muchísima falta.

Las clases altas y medias son las que normalmente empiezan a perder la cultura y tradiciones. Son las clases bajas, pobres las que la mantienen hasta el final, como son, por nombrar las que ya se aproximan como ejemplo: el Día de la Santa Cruz, el Día de los Muertos, el Día de todos los Santos, etc.

¿Cuándo se había visto en este país que sus ciudadanos tenían que aprender el idioma del imperio para sobrevivir? ¿Hasta dónde ha llegado nuestra dependencia? Qué bueno que se estudien idiomas, porque eso también es cultura, pero por las razones que lo están haciendo los mexicanos demuestran ya una forma de esclavitud.

 
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