Luces y sombras de las alternancias políticas
Juan Martínez Veloz.
En un artículo anterior denominado “Coahuila 2017 después del 5 de junio” nos planteamos los posibles escenarios políticos que se visualizan en las elecciones de gobernador en el estado de Coahuila en el próximo año. También el destacado columnista Armando Fuentes Aguirre “Catón” ha tocado el tema, dándole un sentido más en pro de las alternancias en las elecciones venideras.
Creemos que lo que suceda el próximo año en Coahuila no será (necesariamente) un reflejo de lo que fue el escenario del 5 de junio pasado, sino que depende ante todo si el presidente Enrique Peña Nieto se propone ganar las elecciones locales 2017 que casi van en el paquete de “elección presidencial 2018”. Está por verse aún. También de la capacidad de las oposiciones para mantener sus alianzas.
Entre los factores negativos que afectaron al PRI el 5 de junio de 2016, y de mantenerse afectarán el resultado electoral en Coahuila 2017, podemos enumerar:
1.- La mala selección de candidatos en los estados donde el PRI perdió. Fueron candidatos impuestos desde el centro. No hubo consulta a las bases priistas.
2.- La completa libertad con la que operó el ex presidente Felipe Calderón para apoyar a los candidatos de la oposición, sin que existiera alguien en el PRI de nivel que lo enfrentara ideológicamente.
3.- Las alianzas electorales entre PAN y PRD. ¿Intentó el PRI una alianza con el PRD?
4.- La falta de castigo a algunos ex gobernadores que al parecer tienen hechos que podrían implicar responsabilidades: Guillermo Padrés en Sonora y Javier Duarte de Veracruz.
5.- La carencia de una política de desarrollo social que favorezca la imagen del PRI como partido protector de los pobres y opere acuerdos con los diferentes sectores sociales de los Estados que tendrán elección en 2017.
Estos puntos adversos para el PRI en junio de 2016 han empezado a taparse progresivamente. Por ejemplo; salió Manlio Fabio Beltrones del PRI y fue sustituido por un nuevo presidente: Enrique Ochoa; se cambió también al Secretario de SEDESOL (José Antonio Meade) que no obstante a su gran perfil académico se le ubicaba cercano al PAN. Entra a SEDESOL otro personaje más cercano al PRI y al presidente Peña Nieto: Luis Enrique Miranda.
También ya se visualizan algunas acciones judiciales para procesar a los gobernadores que han sido señalados como responsables en presuntas irregularidades administrativas. Aun no se concreta nada con procesos o sentencias definitivas, pero las cosas van caminando.
A los puntos arriba mencionados que serán factor en Coahuila 2017 para decidir si habrá alternancia política o no en Coahuila, agregaríamos otro más:
6.- El despegue o no con fuerza de los gobiernos de coalición de las oposiciones, resultado de las elecciones del 5 de junio pasado. Hay que ver qué traen los nuevos gobernadores en sus agendas.
Está por verse su compromiso con la rendición de cuentas; es decir trasparentar lo que se hizo en los gobiernos salientes y de allí evaluar si existe o no responsabilidad administrativa, civil o penal de algunos funcionarios públicos del pasado. En el caso de Coahuila 2017, por su cercanía a Durango 2016 será un referente “positivo o negativo” que impactará en el ánimo de los electores coahuilenses.
En los primeros 15 días de gobierno del nuevo gobernador de Durango aun no se ven acciones nuevas de alto impacto. Su labor se ha centrado en atender el desastre natural (inundación) que azotó a la capital del estado hace unos días. El tema de la deuda pública estatal es otro gran tema que seguramente lo trae preocupado porque no se ven salidas fáciles.
Parece hasta hoy que el Dr. Rosas Aispuro se quiere llevar la fiesta en paz con el PRI que lidera el Congreso y los municipios más importantes de la Laguna. Esto es bueno mientras no le quite imagen y dinamismo a su gobierno. Creemos que más bien el nuevo gobernador debe meter, con apoyo e impulso de la sociedad, al propio PRI y demás partidos políticos en una dinámica de cambio que mucho la necesitan para superar sus cacicazgos ancestrales.
Creemos que en Durango es necesario pactar la gobernabilidad con el PRI (cosa sensata) pero hay que hacerlo sobre la mesa y de cara a la sociedad sin proteger a malos funcionarios del pasado.
Ahora sí que a quienes más les urge que el nuevo gobernador camine en Durango son a las oposiciones en Coahuila, de lo contrario será un punto en contra para hacer una Coalición en el próximo proceso electoral de 2017.
juanmartinez_veloz@yahoo.com
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