El sueño de un día agitado
Oliverio Ascascius.
Naranjas de nieve
revolotean en las paredes de las casas.
Bocas invisibles engullen las naranjas
y pelan la nieve para chupar las cáscaras.
Beyotas de humo se elevan
por las torres de los castillos.
Duraznos de miel
escurren por el tronco de los árboles.
Sonidos de almendra
rondan por los bosques.
Jacintos imprudentes se atraviesan
por las calles congestionadas de tiburones.
Luciérnagas con anteojos
vuelan sin sentido.
Avellanas rojas
se cuecen en la olla.
Manzanas y toronjas
se dan una mordida.
Payasos y sirenas
se amontonan en las cajas
y niños en burbujas de jabón
recorren la ciudad.
En los templos,
unos monjes torvos
se quitan sus hábitos
para ponerse a bailar
y monjas y beatas se persignan sin cesar.
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