Política aldeana

Business are business.- Ahora que se ha hecho público el involucramiento con el narco de políticos, funcionarios y ex funcionarios coahuilenses aún hay gente que se muestra sorprendida con tal información, y como producto de la doble moral y la simulación que reina en los círculos cupulares de Coahuila, ponen una cara de ¿Cómo es posible Dios mío?, imitando el rostro que pusieron los delatados cuando supieron que sus socios y benefactores los habían descobijado.

Para mostrar su alto nivel teatral, los involucrados inmediatamente desmintieron la información, y para defenderse acusaron de mentirosos los señalamientos, argumentando incluso que quienes los hacían eran delincuentes, por lo que no tenían credibilidad. Para su desgracia nadie les creyó, porque la gente mínimamente informada, principalmente los sectores cupulares, saben lo que ha pasado en Coahuila. La cara de sorpresa tampoco es cierta, pues finalmente los sorprendidos son parte del drama, son cómplices del saqueo y los negocios ilegales. Pero apenas empiezan las delaciones y la información se guardó para hacerla pública cuando así conviniera a los intereses de la partidocracia, en momentos electorales.

Para los hipocritas que se sorprenden del involucramiento en los negocios del narco de conocidos coahuilenses, hay que recordar que esas asociaciones empresariales no son nuevas en Coahuila. Un caso conocido que se dio en nuestro estado a principios de los 90 del siglo pasado es el de Juan Chapa Garza y su constructora Grupo Aztlán.

Desde que Chapa Garza llegó a Saltillo se rumoró sobre su actividad principal: lavado de dinero, aunque luego se chismeó sobre pipas de cocaína y camiones de marihuana, pero aún así desde su llegada fue cortejado por la cúpula saltillense, políticos y empresarios, que querían asociarse con él o venderle propiedades, pues Juan Chapa Garza tenía una eficaz y atractiva manera de hacer negocios: pagaba por las propiedades más de su valor real. Quizás por eso se dijo que Chapa Garza estuvo en un lugar privilegiado en la comida que le organizaron en Saltillo a Luis Donaldo Colosio cuando éste andaba en campaña para la Presidencia.

Siempre se supo que los más destacados personajes de la iniciativa privada y la política coahuilense se beneficiaron con Chapa Garza: los apellidos López, Montemayor, Rodríguez, Masso, Verduzco, Castilla, Martínez, González y muchos más aparecieron en la nómina de negocios del entonces popular empresario, pero éstos lo negaron cuando en octubre de 1994 lo detuvieron en Baja California y lo extraditaron a Estados Unidos, tal como ahora niegan la información que viene de España. Ese caso no tuvo consecuencias, por eso la película se repite.

Hasta ahora sólo se ha “balconeado” a personajes ligados a la política, seguramente porque son tiempos electorales en Coahuila, pero faltan muchos más “notables” y algunos oportunistas que se colaron a esa gran fiesta de hacer negocios muy redituables, aunque fueran ilegales. Finalmente business are business. ¡Viva la libre empresa!...

Modernización defectuosa.- Algunos Notarios están preocupados por lo que sucede en el Registro Público de la Propiedad, sobre todo por la tardanza con que se está manejando el servicio, lo que provoca que el trabajo notarial se retrase en perjuicio de sus clientes. Pese a las declaraciones oficiales, los Notarios tienen escrituras atrasadas de años, y recuerdan, por ejemplo, que antes de que el gobierno pusiera en crisis al Registro, la libertad de gravamen tardaba algunos días y ahora tarda meses.

Según los Notarios, el Registro Público de la Propiedad es la segunda fuente de ingresos más importante del gobierno estatal, pero aún así normalmente no tienen hojas para trabajar, y la lentitud e ineficiencia de la burocracia se ha incrementado terriblemente, y dicen que todo empezó cuando “modernizaron” el sistema, es decir cuando cambiaron de lugar al Registro, le cambiaron el sistema, despidieron a los trabajadores y contrataron a nuevos empleados mal pagados que han mostrado incapacidad.

Aun con la problemática que padecen los Notarios, su líder Armando Prado Delgado hace como que la virgen le habla, y sus tibios reclamos no reflejan la verdad de lo que está ocurriendo en el Registro Público de la Propiedad, tal y como sucede cuando se hace de la “vista gorda” con algunos Notarios que ejercen su función ocupando cargos públicos, lo cual prohibe la Ley de Notariado del Estado en su Artículo 6 fracción I, en donde se establece que la función notarial es incompatible con los cargos públicos.

La consecuencia de esta ilícita práctica es que anula los actos notariales que se hacen. En esta situación -dicen los Notarios- se encuentra el diputado federal Armando Luna Canales, quien al parecer anda ocupado escriturando las propiedades donde hay carbón que han adquirido funcionarios, ex funcionarios y políticos coahuilenses, y argumentan que su líder Armando Prado nada dice de este asunto, seguramente porque su hijo es el secretario particular de Luna Canales, también señalado en el involucramiento con negocios ilegales.

Pero él ya desmintió tal información porque -según dijo- son mentiras para difamarlo (¿dónde escuché esto antes?), y hasta dijo que se había presentado (con fuero desde luego) en la PGR para aclarar el asunto...