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el periodico de saltillo
Noviembre 2016
Edición No. 333


La política corrompida y sin opción en Coahuila

Armando Montalvo Olivo.

Todos se sienten con derecho a seguir dentro del erario público. El tumor maligno político en Coahuila hace creer que trae fuego todavía y la realidad es que poco a poco se apaga. Es admirable porque permite a hombres y mujeres su enriquecimiento desde el puesto que desempeñan. Se olvidaron de los de abajo.

Cada fin de sexenio es lo mismo. La ambición protagónica de unos funcionarios es tanta, que se sienten con la magia enajenadora de que lo saben todo y no aceptan corrección alguna. Ni siquiera a esos lacayos que los adoran bajamente por seguir almacenando riqueza.

Ahora que inició el periodo electoral en Coahuila ya hay nombres de quienes aspiran a ser gobernador. Desde hace tiempo surgió el “golpeteo político” entre ellos y nadie los frena

El gobernador Rubén Moreira Valdez pasará a la historia por relevar en el cargo a su hermano Humberto Moreira, quien sigue moviendo los hilos para que su lumbre siga y lance calores a los políticos que no aceptan escuchar su nombre.

El supuesto bloque político integrado por Jericó Abramo Masso, Enrique Martínez y Martínez, Hilda Flores Escalera, Javier Guerrero García, el “junior” Alejandro Gutiérrez y Enrique Martínez y Morales se ventila ante la opinión pública sólo para ver reacciones. No es otra cosa que una “farsa”, porque tratan de incomodar al Ejecutivo y al “elegido verbal” Miguel Riquelme Solís de que hay inconformismo en el PRI coahuilense.

Hacen creer estos cinco políticos una amistad sincera entre ellos y no es así. En reuniones y en pláticas cerradas que se realizan en los diferentes municipios de la entidad se critican mutuamente hasta el cansancio.

No se puede ocultar que Riquelme Solís y Jericó Abramo Masso sobresalen de los aspirantes a la gubernatura por permitir la corrupción de sus amigos y prestanombres, quienes ahora presumen riqueza a base de trabajo honesto en todos lados.

Hilda Flores no deja de hacerse la víctima dentro del campo político coahuilense y le afirma a todo mundo que es la aspirante natural del PRI y que puede ganar la elección para gobernador el próximo año. Se le olvidó que llegó al Senado sin ensuciarse los zapatos con el apoyo incondicional del ex gobernador Humberto Moreira, que fue quien la encumbró.

Cómo olvidar aquella ocasión cuando ganó una diputación local sin trabajar, cuando un equipo de colaboradores de la desaparecida Secretaría de Seguridad Pública que encabezaba en ese entonces, Fausto Destenave Kuri, le hizo todo el trabajo electoral hasta el convencimiento “arreglado” para que votaran por ella en su distrito.

El que probablemente tiene un puesto asegurado es Enrique Martínez y Morales. Se perfila para la alcaldía de Saltillo sólo por ser hijo del ex gobernador Enrique Martínez y Martínez.

Y es que todos los cargos obtenidos por “Enriquito” en el campo de la política en Coahuila y otros estados se los debe a su papá. A nadie más. Debe decirse que su progenitor salió cuestionado de la Sagarpa, según consta en documentos de la Auditoría Superior de la Federación. Aun con todo esto, lo nombraron embajador de México en Cuba.

Otro que presume sabiduría y honestidad sin serlo es Javier Guerrero. Pregona ser descendiente de familia campesina en el municipio de San Pedro de las Colonias. Pero, desde hace años vive en una realidad económica que nunca en su vida imaginó tener.

En los puestos de primer nivel que ocupó en administraciones diferentes en Coahuila siempre le fue bien. Y no se diga cuando se desempeñó como subsecretario en la Secretaría de Desarrollo Social federal en el periodo de Rosario Robles Berlanga. En esta dependencia la Auditoría Superior de la Federación encontró bastantes observaciones de las cuales conoce Guerrero García a la perfección, pero que ahora ya no se acuerda.

Quien se perfilaba como el “as” guardado del gobierno actual, era Armando Luna Canales. Pero, su desgaste en la política interna del gabinete con María Esther Monsiváis y las encomiendas que resolvió cuando ocupó la Secretaria de Gobierno lo desacreditaron ante la opinión pública.

Incluso, los señalamientos de brindar protección al narco empresario Juan Manuel Muñoz Luévano “El Mono”, y que luego el mismo Luna Canales desmintió la información, lo colocan en una mala posición política de quienes aspiran a la gubernatura.

A esto se le agrega el haberse encargado de pagar elevadas sumas de dinero a bufetes jurídicos por sacar de la cárcel a ex funcionarios y ex jefes policiacos que manejaron la inteligencia en los órganos de procuración de justicia y seguridad. Después, algunos de ellos le reclamaron porque querían una indemnización.

También se le cuestiona el apoyo que brindó a familiares que mantienen intereses en el Instituto de Servicios de Salud, Rehabilitación y Educación Especial e Integral del Estado de Coahuila, cuyo organismo es desconcentrado de la Secretaría de Salud, y que se encarga de vigilar el desempeño de los hospitales y clínicas.

No hay alternancia

En el mismo PAN se cuestiona la honorabilidad de los panistas que aspiran a dirigir el Gobierno de Coahuila. Ellos son: Guillermo Anaya Llamas, Luis Fernando Salazar, Isidro López Villarreal, Gerardo García Castillo y Silvia Garza. De todos no hay a quien irle.

Se asegura que “Memo” Anaya mantiene un pacto con los políticos que manejan los hilos del PRI Coahuila y es un gran negociador. Lo aprendió en los últimos años.

El discípulo del ex senador, ex alcalde, ex diputado y ex aspirante a la gubernatura, Luis Fernando Salazar se ilustró tanto de la lección de Guillermo, que ahora lo hace ver ante la opinión pública como un político con crecimiento.

Actualmente las amistades que mantiene Luis Fernando en el Senado de la República lo dejan bien parado al menos en la dirigencia estatal albiazul. Pero, sigue sin quitarse el cordón umbilical de Anaya Llamas.

Por más estrategia que realiza para aparentar un distanciamiento político con “Memo” nadie les cree. Eso sí, la fortuna de Luis Fernando ha crecido de un tiempo a la fecha, y no por el sueldo elevadísimo que percibe como senador, sino por negocios que ha hecho en gobiernos políticos panistas en diferentes campos.

Están tan desacreditados estos dos políticos que si uno de ellos es el abanderado de su partido, difícilmente conseguirán los votos necesarios para ganar la elección de gobernador.

Hablar de Isidro López Villarreal, actual edil de Saltillo, es describirlo como un alcalde que ha permitido todo tipo de corruptelas de sus subalternos, y donde el principal beneficiario ha sido él. Nadie más. A pesar de que es descendiente de una familia empresarial rica, no tiene llenadera con los recursos públicos.

En el tiempo que tiene como presidente municipal, le agrada el poder, hacer negocios con sus amigos y familiares. Sobre todo disfruta burlarse de la gente a sus anchas y hacerse notar de que es quien manda en la ciudad.

Quiere contender por la gubernatura. No le desagrada que pueda negociar en fecha próxima y llegar a ser senador. A su cónyuge, Lourdes Naranjo le gusta mucho ser la Primera Dama en Saltillo y entre sus planes no se descarta que le “regalen” una diputación local.

El alcalde de Monclova, Gerardo García tiene todo para ganar y nada que perder. Nadie pensaba que iba a ganar y lo hizo. Ahora, le invierte a sus aspiraciones de abanderar a su partido sin dejar de lado que pudiera pactar algún puesto en un futuro cercano para declinar sus ambiciones políticas.

Algo que lo hace diferente es que gasta en su formación política y se prepara. No se distingue de ser un buen alcalde ni mantener unas finanzas transparentes dentro de su administración actual.

Otra mujer con sueños de operar desde la oficina principal de Palacio de Gobierno es Silvia Garza Galván, quien ha conseguido amasar dinero y no lo puede ocultar entre la misma militancia panista.

Hizo política pública con un ex gobernador panista y le fue bien en algunos negocios que le dejaron una tajada importante de dinero. Hace “ruido” de que desea ser gobernadora, pero más bien quiere negociar para llegar -luego de terminar su periodo en el Senado- a la Cámara de Diputados allá en la ciudad de México.

Los coahuilenses no tienen una opción política verdadera. Quienes desean lanzarse como candidatos independientes a la gubernatura, es sólo para proteger sus negocios y no ser molestados. Y los otros para hacer negocios y enriquecerse.

 

 
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