Aunque es “un ratoncillo”, Rosendo
Villarreal se dice “blanca paloma”
Adolfo Olmedo Muñoz.
El vicio, la más de las veces, es sólo un snobismo de los idiotas que creen que no es elegante ser bueno.
Anónimo. |
Alguna vez escribí, en este mismo espacio, al respecto de un tristemente célebre, ex miembro de la grey política, de la más reaccionaria por cierto, calificándole de “Topo de fognatura”, advirtiendo desde entonces a los amables lectores sobre la ponzoñosa y aviesa costumbre de operar, siempre en el cobarde anonimato, además de con premeditación, alevosía, ventaja y engaños, de este badulaque, quien luego de su vergonzosa salida (con la cola entre las patas), de la Administración “ampliada” de PEMEX, donde se “desempeñó” sedicientemente, como “director corporativo de administración”, en la mencionada paraestatal, a donde llegó como una de tantas “regalías” que repartió Vicente Fox, cuando suponían había llegado la era de la alternancia en el poder presidencial.
Si mal no recuerdo, en esa época, la llamada “caja chica” del régimen presidencialista mexicano (PEMEX), había sido o estaba siendo “dirigida”, por otro paisano, también ex “célebre”, como también motejado como ladrón y también oculto por los entretelones de un anodino anonimato, el exgobernador Rogelio Montemayor; y, aunque ambos permanecían cómodamente apoltronados luego, sobre sendos balumbos de riquezas acumuladas en suertes de birlibirloque, lo habrían logrado abrazados en aquella “discreta” conseja de: “no hagan olas”… , hasta que salió la huera y amorfa testa de quien ahora me parece más un “topolino” (ratoncillo), aunque sigue siendo “de fognatura”.
Y pues bien, sí se trata del cobarde e inmoral Rosendo Villareal Dávila, quien en una conferencia de prensa, convocada por él mismo y que tuvo lugar en esta ciudad, la última semana de octubre, trató de deslindarse de su relación con la delincuencia organizada y de toda relación con Juan Manuel Muñoz Luévano, presunto “operador” del cártel de los Zetas, esos que colgaban de los puentes viales, los cadáveres de sus víctimas que no se alineaban a sus pretensiones… aunque en España le estén demostrando su connivencia con el presunto “Mono” acusado de lavado de dinero y organización delictiva, entre otros cargos.
El ahora “tío incomodo” , alguna vez oscuro “agricultor”, luego chantajista negociador político, tanto para el PAN como para los organismos alineados en la pomposamente llamada IP, que para unos es Iniciativa Privada, aunque para otros es: “privados de iniciativa” pues sólo armazones para maquiladoras han sabido fabricar; y que luego consiguió del exgobernador Eliseo Mendoza Berrueto, licencia y “bendición” para llegar a la alcaldía de Saltillo, al enfrentarlo a un mediocre priista que seguramente estuvo ajeno a las componendas de aquellos pillos.
En la Presidencia Municipal donde no se enriqueció tanto como en su paso por la multimencionada paraestatal de PEMEX, de donde salió ya como “flamante empresario”, y dueño ahora de una fortuna de sospechoso origen escatológico, no dejó en su paso por la alcaldía más huella que el motejo de “Bachendo” Villarreal, y el haber escenificado un supuesto homenaje en vida, de Oscar Flores Tapia, quien transformó Saltillo a pesar de la cauda de retardatarios que se le opusieron, pero que hoy son millonarios gracias a él, y quienes junto con el propio Villarreal Dávila, habían “apuñaleado por la espalda”.
Ahora, en la misma conferencia en que se quiso desmarcar del incipiente escándalo delin- cuencial, pretendiendo “petatear”, como dicen en el argot de los tahúres talladores de cartas, soslayó la posibilidad de que existan intereses políticos para, según él, “salpicar” al PAN, ello en un afán soterrado de buscar un “apoyo político” por parte del partido en el que, tan solo por su ambición desmedida, militó hasta que alcanzó el puesto en PEMEX.
Seguramente ya no se chupan, por lo menos el dedo, los políticos del “albiazul” pues saben que cada día que pasa irá en aumento la lucha contra la delincuencia, la corrupción y la impunidad, en todas las esferas, públicas y privadas, pues las ratas, tendrán que saltar del barco o morir aplastadas en ratoneras que por ahora, funcionan más en el extranjero que en nuestro país.
Pero pues como dicen nuestros viejos y sabios refranes (y uno que otro viejo proverbio tibetano): “A toda capillita se le llega su fieste- cita”, y ya hay muchos que acopian pólvora para la fiesta pirotécnica electoral. O aquel que reza: “De lejos lo pare- cía, de cerca, ni duda cabe”.
Y aunque el dirigente estatal del PAN, Ber- nardo González Morales marcó su distancia y dijo que su partido “no mete las manos al fuego” por ninguno de sus militan- tes, no sabemos de lo que es capaz el inmoral Rosendo Villarreal Dá-vila para obligarlo a servirle de apoyo por lo menos mediático.
Si toda su vida ha sido corrupto y corrup- tor, quién sabe que suertes echará; ahora con más lana que antes, aunque sea de dudosa procedencia, pero que igual podría valer para la compra de votos, la compra de posiciones políticas, a veces para la compra de jueces vena- les, pero que no alcanza para acallar a la opinión pública que ya le ha puesto la etiqueta que le acompañará siempre… “mafioso bandolero”, si no que de: “pinché la- drón” (el acento es para dar un matiz argentino, sabés).
Lo peor para él es que ya no esta Mario Vázquez Raña para chantajearle a fin de poder parar lo que para él eran o son: “ataques de prensa” orquestada supuestamente por parte de los “promotores del comunismo”.
Rosendo Villarreal es de esos “listos” que consideran que ser honesto es ser “muy pendejo”.
Seguramente el Partido Acción Nacional en Coahuila, habrá de cuidarse de “las malas compañías”, ellos sa-brán si son de los “listos” o de los “pendejos”... |