Reporte legislativo 2016
Samuel Cepeda Tovar.
Siempre es importante revisar de cerca el desempeño de nuestros representantes, independientemente del ámbito de gobierno de que se trate, el seguimiento oportuno de sus actividades permite observar si están o no cumpliendo con sus objetivos planteados a través de propuestas, así como el cometido general propio del puesto que desempeñan, tal es el caso de nuestro Congreso local, mismo que está conformado por 25 diputados en el siguiente orden: PRI:16, PAN:4, PVEM:1, NA:1, y Partidos Locales: 3.
Es preciso señalar, que según datos del IMCO, el actual Congreso del periodo 2015-2017, opera con un presupuesto anual en este 2016 de 174 millones 30 mil pesos, cantidad que supera los 129 millones 784 mil pesos del 2015; es decir, aumentaron su gasto en 4 millones 424 mil 600 pesos.
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Cabe mencionar que del total presupuestado para este 2016, dicho presupuesto por diputado equivale a 6 millones 961 mil 200 pesos por cada uno de los 25 integrantes, y cada uno percibe un sueldo bruto de 75,776.53 pesos mensuales con derecho a 40 días de su sueldo como aguinaldo (en Tlaxcala, por ejemplo, cada diputado percibe un sueldo bruto de 26,327 pesos).
En efecto, nuestro Congreso ha incrementado su presupuesto en más del 50% en los últimos cuatro años, cifra inversamente proporcional a la producción legislativa de dicho recinto; es decir, se gasta mucho más, pero se legisla menos, y aquí es apropiado señalar, que el año pasado, dicho órgano legislativo rebasó su presupuesto en casi 25%; es decir, además de “gastalones” e ineficientes, son pésimos administradores.
Desde luego que la gran pregunta es saber si estos recursos realmente son productivos laboralmente hablando por los legisladores, y esto sólo lo podemos ver a través de las iniciativas que presentan cada uno de ellos, así como el trabajo que en comisiones desarrollan, y para este caso, existen 25 comisiones permanentes que se supone deben estar trabajando en expresar y proteger los intereses y demandas de los ciudadanos, y es que, además de su sueldo, el pertenecer a cada comisión les significa aumentos en sus percepciones, ello explica la existencia de 25 comisiones cuando generalmente el promedio nacional es de 18.
En nuestro Congreso local trabajan 90 personas, además de los diputados, cuyos nombres, sueldos y funciones se desconocen, y es que el portal de transparencia del Congreso deja ver aspectos importantes, pero oculta o “deja de mencionar” otros que revisten sin duda axial importancia.
Definitivamente, el máximo órgano de representación ciudadana en nuestro Estado observa particularidades que llaman la atención y que sin duda resultan ser falencias tanto operativas como estructurales, y es que rebasar presupuestos anuales, incrementarlos año tras año, crear numerosas comisiones, etc., resultan ser acciones que se alejan de la buena planeación y la eficiencia que debe existir sin duda en dicho recinto, falta, además que se transparente la producción legislativa y su impacto y seguimiento dentro de nuestra entidad, pues sólo la eficiencia pudiera justificar aumentos de partidas para cumplir nuevos objetivos, sin embargo no es el caso en este momento, por lo que sin duda, una buena dosis de planeación, administración y mesura deben permear en el proceder de nuestros representantes en aras del bienestar de nuestro Estado y de quienes habitamos en él.
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