La UAC atenta contra el arte
José Luis Carrillo Hernández.
La pequeñez del hombre se pone de relieve cuando la ignorancia los arrastra a cometer atroces delitos y atentados en aras de satisfacer vanidades y apetitos inconfesables, esto desafortunadamente está sucediendo con el invaluable patrimonio artístico y cultural del que se pretende despojar a quien es el alma y madre de la Universidad Autónoma de Coahuila, el glorioso “Ateneo Fuente”.
Noventa millones de pesos se han invertido para regresarle su belleza, funcionalidad y magnificencia al octogenario edifico ateneísta, el cual además de albergar a más de mil alumnos, cuenta con una serie de tesoros o fondos artísticos y documentales de un alto valor estético y económico que está en un total abandono a las polillas, termitas, carcomas y micelios que en forma silenciosa están destruyendo el valioso patrimonio de los ateneístas y los coahuilenses. Esto ya lo hemos denunciado, así como la forma criminal en que ciertas gentes improvisadas y sin conocimiento se han empecinado en sustraer lo más valioso del patrimonio con que cuenta el Ateneo Fuente.
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Ilegalmente y después de un préstamo o comodato ya vencido, la universidad pretende quedarse con las obras pictóricas procedentes de La Academia de San Carlos y que fueran enviadas por un Presidente de la República ateneísta, don Venustiano Carranza y más de doscientos libros de los más antiguos con que cuenta la Biblioteca José García Rodríguez, varios de los cuales ya padecen la invasión de organismos micóticos y bacteriológicos que reproducidos por la permanente presencia de humedad en el recinto del llamado Recinto del Patrimonio Cultural Universitario, espacio que usufructúan por empecinamiento y para no perder la chamba un sinnúmero de burócratas universitarios como Mireya Ramos Arizpe, que en una acto de ignorancia criminal pretende despojar al centenario Ateneo Fuente de un patrimonio tan valioso, poniéndolo en riesgo de perderse por el deterioro que está sufriendo por la forma irresponsable del manejo y las condiciones adversas del recinto que en forma ilegal las alberga.
Debe quedar claro que la demanda de que regresen este patrimonio a su recinto original, el que escribe la ha hecho desde esta tribuna para denunciar y poner de relieve las graves condiciones que padecen todas estas piezas sustraídas y expuestas fuera del recinto de su propiedad, la biblioteca y la pinacoteca de la Institución, que han sido rehabilitados y están en mejores condiciones que el actual que no les pertenece.
El rector Blas José Flores Dávila debe recordar cómo en su campaña para la reelección, en reunión con los maestros en la biblioteca señalada y ante la demanda que le hiciera el que escribe y señalarle la gravedad de la ilegal y peligrosa estancia de estas piezas en ese recinto inadecuado se comprometió en aquella ocasión a intervenir para solucionar este problema de despojo.
Las autoridades universitarias deben considerar que este atentado que se comete en secuestrar o adjudicarse la obra que el Ateneo ya tenía antes de que pariera a la universidad es patrimonio de la nación, y su edificio está protegido por el INAH y las leyes respectivas por lo que esas obras deben permanecer en su recinto original, aún más por los graves riesgos y deterioro que están sufriendo en ese recinto que no tiene patrimonio propio.
Ya una serie de maestros y alumnos de la institución, están poniendo atención a este problema y la indignación cada vez es mayor, los ateneístas se sienten agredidos ante la negativa de regresar las más de treinta obras de la colección de la Pinacoteca (las más importantes y caras) y los más de doscientos antiguos libros del fondo de la biblioteca, algunos de los cuales tal vez sea irreversible el daño que ahí sufren, en dado caso se tendrían que fincar responsabilidades y sancionar conforme a la ley por el daño al patrimonio de la nación.
Alguien se empeña en contrapuntear al rector con los “Daneses”, quieren hacerlo quedar mal sin entender la dimensión del valor histórico y económico que dichos objetos tienen, la insensibilidad y la simulación parecen ser los puentes que el rector dispuso para el diálogo de problemas que ellos generan en contra de quien le dio la vida a la universidad.
La Leyenda de los Volcanes de Saturnino Herrán, obra valuada entre el millón y medio y dos millones de pesos, recién regresó al Ateneo, regresó a su casa de donde no debió haber salido. Esta bellísima obra del realismo mexicano que fue adquirida directamente con el artista por el propio Ateneo Fuente, cuando era considerada la máxima casa de estudios de Coahuila ya no debe salir de su recinto, al contrario, todo debe regresar a su lugar, y los ignorantes indolentes que están dañando nuestro patrimonio deben estar también en su lugar, no en los lugares caprichosos de quienes sin ser ateneístas pretenden manejar a su antojo sus tesoros.
El Ateneo Fuente parió a la universidad y como no muere, la hija quiere despojarlo de lo que cree su herencia. Qué ingratitud, sin embargo los daneses tienen identidad y celo del patrimonio que sabrán defender, ¡no los alebresten!
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