Desapariciones forzadas
FidencioTreviño Maldonado.
Cuando en otros países ya apagaron las luces, nosotros apenas andamos buscando cera para fabricar pabilos y medio alumbrarnos. Es decir a 9 o 10 años de que el ex presidente, Felipe Calderón le movió a los panales y el avispero se extendió por todo el territorio nacional, los secuestros, extorsiones, ajuste de cuentas, desaparecidos y ejecutados o asesinados rebasaron toda marca mundial, en un país que se supone no está en guerra.
Es oscuro y hasta ridículo que a estas fechas y bajo las circunstancias en que se encuentra la patria, se nombre y agregue otra comisión más a la cascada de reformas, comisiones y otras pendejadas de nuestra bien pagada Casta Divina, y es la de llevar a cabo una comisión sobre desapariciones forzadas, ¿de cuál otra desaparición pueden hablar estos tipos, si no es de la forzada? Tal vez refiriéndose a los políticos ratas o asesinos que “desaparecen” en las narices de los incorruptos órganos de nuestro poder judicial.
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Son miles los desaparecidos (aproximadamente 23,000), aunque la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) tenga sólo 1,367 casos en su muy apretada agenda. Se supone y no se necesita quebrarse la cabeza para saber que miles de asesinados, secuestrados o los llamados levantones, por los malos, por militares u otro órgano policíaco, y si no regresa nunca -por lógica- es una desaparición... y forzada.
Mucha culpa, al igual que los que desaparecen a las personas, la tienen nuestras autoridades en todos los niveles por la burocracia que se cargan, desde las agencias del M.P. cuando llega a presentarse una denuncia, porque la sociedad ha entendido que de poco o nada sirve y la prueba es que de cada cien delitos sólo tres son denunciados, y de esos tres uno o ninguno es resuelto. Las cárceles están llenas de personas con varios años adentro y que aun no les dictan sentencias, decir la confianza que generan estas instituciones es por demás inopia de sus deberes.
Desde el momento en que un miembro de la familia desaparece y es denunciado, es un rotundo y sistemático ”NO” ante quien se pone la denuncia. “Espere unos días, no podemos asegurar que está desaparecida, no podemos aceptar la denuncia aun, etc.” es sólo alguna de las respuestas que dan las diferentes instancias ante quien se hace la denuncia, cuando se supone que la denuncia debe de ser recibida y avocarse a la investigación del caso, pero en muchos de los casos el crimen esta coludido con los impartidores de justicia y no se hace nada al respecto, esto da como resultado que a la fecha sean miles los desaparecidos.
Para el pueblo en general, considerando que la “Voz del pueblo es la Voz de Dios”, la presunción es que muchas de las autoridades están coludidas con el crimen organizado, por dinero, por miedo o por inoperante y de ahí que la justicia es o fue ejecutada por las diferentes pandillas. Es por demás oscuro el panorama que tienen miles de familias desesperadas que buscan a sus hermanos, hijos, padres, amigos levantados con violencia “por alguien”, y ver como sólo son números, cifras y estadísticas las que en los recintos lujosos se manejan cuando se habla de personas desaparecidas, más cuando parece absurdo que la inepta Comisión Nacional de Derechos Humanos sea o al menos parece ser, un tentáculo más de las autoridades y de la hegemonía gubernamental que mantiene en la incertidumbre permanente a miles de familias con sus declaraciones llenas de falacia, indolencia y sobre todo dando una muestra de incapacidad ante este gran problema de las personas desaparecidas en México...
kinotre@hotmail.com
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