 Negro panorama... ¿Para Quién?
Fidencio Treviño Maldonado.
De nueva cuenta el “tripón” Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, gurú fracasado de las finanzas del país. “El peso está más firme que nunca”, dijo el año pasado cuando el dólar estaba a 14 pesos, ahora está a más de 20. Así ha predicho sus ocurrencias en declaraciones ante ramilletes de micrófonos y en todas ha fallado. Ahora de nuevo le hace al “gitano” y muy ufano sentencia, pronostica y adivina que “a México le espera un negro panorama” (Universal, Reforma, Siglo de Torreón, jueves 24 Nov. 2016).
Este señor que vive en el mundo feliz, en la disneylandia que da los generosos sueldos y el dinero de las cajas chicas y grandes del país, no se da cuenta o se hace pendejo de que en este país desde hace décadas estamos en la opacidad, no sólo negro, sino en tinieblas más oscuras que el fondo de la bolsa de un trabajador de cualquier maquiladora, que son 25 millones de mexicanos marginados que no conocen los pesos, menos los dólares.
Mientras nuestra bien remunerada clase política, con aguinaldos de hasta medio millón de pesos se queja de que negro será su destino, de la caída libre del peso, del choque de la economía, entre otras cosas, ya nos podemos imaginar los 46 millones de habitantes del país en donde los que sostienen las familias -padres o madres- nunca en su paupérrima vida han tenido aguinaldo o siquiera un sueldo fijo, sin seguro social ni ISSSTE, sin prestaciones, sin programas, ni siquiera una escuálida despensa al mes, pueblos y comunidades sin servicios, sin caminos ni comunicaciones.
Tal vez el panorama negro del que habla Agustín Carstens, sea para los dueños del país, las 50 familias que poseen el 80% de todos los monopolios y el dinero, para los que juegan a la bolsa de valores y los que tienen compromisos o deudas en dólares, pero para el pueblo, qué importa una mancha más del fango y pus con el que nos salpican los que viven en eterno carnaval con el dinero del pueblo.
Los Estados TODOS sin excepción están endeudados hasta la madre, todos los gobernadores en activo y algunos ya con su periodo terminado, sin distinción de partidos o colores son grandes deudores, ratas de dos patas, de cuello blanco y de cola más larga que aquella que usó en su vestido de novia la inglesa, Lady Diana en su boda, por lo tanto para ellos ¿Cuál panorama negro puede haber?, ninguno.
Son sólo unas “noticias” en la caja luminosa, entrevistas en la radio y algunas notas escritas sobre las deudas o robos cometidos en su función como servidor público, que por cierto si se saben servir muy bien y esto lo demuestran los 246 mil millones de pesos que dice la federación hay como deuda acumulada entre estos ex y actuales gobernadores, y como en los Pronósticos: Más lo que se acumule.
Está si que es una opacidad para el pueblo y negro el panorama para los ciudadanos al conocer que la misma federación lo sabe, lo tiene, lo recontrareconoce y no hace nada por detener y encarcelar a esas ratas, de ahí el enojo y la baja estima en que el pueblo tiene a nuestro aparato de justicia, incluyendo al mismo Presidente de la República, que aunque poca culpa tenga pues en cada encuesta sale reprobado y su función se considera fallida.
Éste es el verdadero Panorama Negro en que se encuentra y vive el pueblo, y no se necesita ir a Harvard o Yale para saber que nuestro destino desde hace décadas es negro y esta misma oscuridad es constante, en aumento, permanente y tangible y lo peor a estas alturas del juego no se vislumbra ni siquiera una pizca o rayito de luz que pueda medio iluminar el panorama nacional.
Los que si tienen luz verde y no entran en este panorama son los de la Casta Divina, que sólo en un año el H. Congreso de la Unión se gasta en galletas, cafés y bocadillos 155 millones de pesos, considerando que están en constante austeridad, entonces sí hay que otorgarle todo el crédito al gordo, Agustín Carstens por aquello de que nos esperan otros años, tal vez muchos de vacas flacas, por aquello de que en el país las vacas gordas se terminan todo el pasto y de paso engullen también como en el sueño del rey que describe el bíblico José a las vacas flacas... ¡No te acabes México!
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