¿Rescatando el pantano?
Guillermo Fárber.
Cada cuatro años, enero 20 es en EUA una fecha mágica: un personaje (nuevo o reelecto) toma en el barco imperial HMS White House el lugar del mascarón de proa (no el camarote del capitán).
Por supuesto y contra lo que suele creerse, durante su periodo este personaje no manda realmente, o manda muy poquito. Las riendas del gobierno las lleva, desde arriba, en el nivel estratégico, el Shadow Government , mientras que por abajo, en el nivel operativo, el Deep State (la enorme y súper mañosa masa burocrática de niveles medio y alto, que realmente maneja el control fino de las operaciones gubernamentales en todos los países).
Por algo decía el presidente López Mateos que todo presidente mexicano tenía tres grandes enemigos de oficio: los Estados Unidos, la burocracia y el estado Mayor.
Entre esas dos tapas del sándwich, la frágil rebanadita de jamón llamado “presidente” decide en el nivel táctico lo poco que le permiten los de arriba y los de abajo. Dentro de estos estrechos límites despliega su “poder”. Pero no me malentiendas. Sí puede hacer muchas más cosas que tú o que yo, pero no es ni de lejos lo que dicen: “el hombre más poderoso del mundo”.
Cuando el saliente gerente de sucursal Barack Obama asumió ese papel hace ocho años, la deuda nacional oficial de EUA era de $10.62 anglotrillones. Hoy esa cifra es de casi $20 anglotrillones. Un espeluznante aumento de 87 por ciento. Sin embargo, esa cifra es engañosa, como muchos analistas llevan años señalando. Ahora, un nombre del establishment, el precandidato doctor Ben Carson, la esgrimió durante las primarias republicanas. Citó otra cifra oficial, bastante menos mentirosa que esa de la deuda: la Fiscal Gap, que según el economista Lawrence Kotlikoff anda en $210 anglotrillones (era de $60 en 2003).
La Fiscal Gap es la diferencia entre el monto total de impuestos esperados, por un lado, y los gastos más los pasivos comprometidos (Seguro Social, Medicare, Medicaid, etc.) por el otro. Entre ingresos y egresos, pues, dicho en términos empresariales. Entre los 315 millones gringos, ese mega agujero negro toca a $666,666.66 por cabeza. Ab-so-lu-ta-men-te-im-pa-ga-ble.
Trump y el mega agujero
Estamos perfectamente conscientes del gran potencial destructivo que tienen las declaraciones de moratoria en las economía. Precedentes los hay por cientos en la historia (Brasil, México, Argentina, etc), pero nunca se ha dado uno del país con la moneda de reserva mundial, en un entorno global de “dinero” puramente fíat, como sería hoy si EUA lanzara ese pavoroso mensaje al mundo.
Esta situación es inédita, nadie sabe cuán catastrófica puede resultar, y es inminente: le explotará en la cara a Donald Trump. ¿Lo sabe él? Al parecer, sí: ha dicho que él es “el rey de la quiebra” y por tanto está mejor capacitado que nadie para afrontar el tsunami financiero que sin duda le tocará a él capotear. ¿Tiene un plan viable para semejante contingencia? Él dice que sí, pero es dudoso: nadie puede estar preparado para un estallido de tales dimensiones y para el cual no hay precedentes.
Todas las opciones (“renegociaciones”, etc.) no llegarían ni a paliativos y hasta la única solución radical, el retorno al patrón oro, es aterradora, pues provocaría la mayor depresión económica global de la historia, al cancelar toda la deuda actual que es el eje del sistema financiero mundial. ¿Está dispuesto Trump a dar este fenomenal salto al vacío? No tiene otra opción, es cierto, pero de todos modos es una acrobacia de tercer grado de dificultad. Y para dar esa megamarometa ha nombrado un secretario del Tesoro que sin duda tiene las calificaciones técnicas necesarias, pero tiene confundidos a muchos por diversas razones: Steven Mnuchin.
¿Quién es Steven Mnuchin? Tiene 53 años, egresado de Yale, donde era famoso porque “conducía un Porsche”. Es un exbanquero de Goldman Sachs (donde fue socio durante 17 años, de sus 22 a sus 40 y acumuló unos $40 millones), fue el jefe financiero de la campaña de Trump y ha sido uno de sus asesores económicos más cercanos. Como secretario del Tesoro tendrá unos 100,000 empleados, la mayor parte de ellos en el IRS (la oficina de cobro de impuestos).
La carrera de Mnuchin ha estado llena de contradicciones. Empezó como un miembro de Wall Street (igual que su padre, que estuvo en Goldman 30 años), antes de dirigir una serie de negocios propios que incluyen su propio fondo de cobertura y un banco de consumo en la costa oeste. Se benefició de la crisis inmobiliaria. En años recientes, ha sido productor de películas en Hollywood, donde ha producido filmes como la serie X-Men y Avatar, American Sniper y Mad Max: Fury Road. Dos veces divorciado, vive en Bel Air, en una mansión de $26.5 millones, con su pareja, la actriz Louise Linton.
Un detalle preocupante, aparte de su origen en Goldman Sachs y su pertenencia a Skull & Bones, fue su paso como gestor de portafolios para el hedge fund de George Soros. Curiosamente, Mnuchin fue demandado por Trump en 2004 por alguna disputa de negocios.
En ese caballo tendrá que montarse el jinete Trump para combatir al dragón. Mnuchin será el tercer secretario del Tesoro con historia en Goldman Sachs, tras Robert Rubin (1995-1999, bajo Clinton), y Hank Paulson (2006-2009, bajo Bushit). |