La renuncia de Agustín Carstens
Augusto Hugo Peña Delgadillo.
Peña Nieto se ha negado a aceptar las recomendaciones de Agustín Carstens
sobre el gasto excesivo y endeudamiento. Ha hecho lo contrario, endeudó al
país y gastó infructuosamente más que todos los presidentes en la historia de
México, y además, él y sus cómplices son quienes más han robado al país
en nuestra historia. Por eso y sólo por eso renuncia al Banco de México. |
Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, quien es descendiente de Agustín de Iturbide y de Maximiliano de Austria -por adopción en ambos casos- no tiene necesidad de robar a la nación ni de hacerse millonario a costa de la gente jodida, él ya es millonario y su codicia no lo empuja a robar como a todos los políticos y funcionarios públicos en México. Se va en julio próximo de gerente del Banco de Pagos Internacionales con sede en Suiza, y aunque se digan muchas cosas sobre los motivos, sólo hay uno, y es que está a disgusto con Peña Nieto porque le ha recomendado discreción en el gasto y precisamente ha hecho lo contrario. El gobierno de Peña Nieto es el gobierno en toda la historia de México que ha gastado más dinero y se ha endeudado más -sólo en estos 4 años- que todos los presidente juntos, desde Guadalupe Victoria en 1829 hasta Vicente Fox en el 2006.
Agustín Carstens no quiere dejar en su palmarés haber pertenecido al peor gobierno jamás habido en la era post revolucionaria, por ello ha preferido renunciar para poder decir siquiera que él no formó parte ni fue cómplice de un gobierno que se distinguió por ser el más ladrón e inepto de la historia de México. La esposa de Agustín Carstens -la que supongo que lo adora porque ha escrito sobre él, considerándolo un príncipe mexicano- sin duda lo ha empujado a renunciar para no aparecer en la historia ligado a Enrique Peña Nieto.
¿Por qué?... ¡Imagínese usted! Peña Nieto ligado a Humberto Moreira, a Carlos Salinas, a Fidel Herrera, a Javier Duarte, a Arturo Montiel, a Roberto Borge Angulo, a César Duarte, a Rubén Moreira y a toda una pléyade de cínicos, ineptos, pillos y sinvergüenzas que pueblan México desde Quintana Roo hasta Tijuana, y de la costa del Pacífico a la costa del Atlántico, el Golfo de México y el Mar Caribe.
Carstens no es santo de mi devoción pero es una persona decente y fiel a sus convicciones, a sus patrones del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional -el Consenso de Bretton Woods- y a su familia. No quiere dejar de herencia a sus seres queridos, el haber estado de acuerdo y ser cómplice del gobierno procaz de un Peña Nieto ahogado en sus propias miasmas corruptivas, pérfidas e infectas. Se va Carstens, eso es bueno para él pero no para nosotros los mexicanos, porque Peña Nieto en su lugar es capaz de colocar a Alejandro Werner Wainfeld, a Luis Videgaray, a Miguel Messmacher o a Manuel Ramos-Francia, los que por muchos años -todos ellos- han sido parte de la corrupción y del hundimiento económico del país.
Eso es lo malo de la partida de Agustín Carstens, lo ideal sería -digo yo- que Peña Nieto fuese el que pidiera licencia para permitirnos rehacer al México que el movió hacia el desbarajuste.
Comencé comentando que Agustín Carstens era descendiente de Agustín de Iturbide, esto es tan cierto como lo puedes comprobar en un libro escrito por su esposa, en el que narra detalle a detalle las peripecias de los hijos -adoptivos- de Iturbide, y de ahí, de uno de ellos desciende el actual gobernador del Banco de México. Eso no lo hace noble, lo que lo hace es su decencia, su formalidad y mesura. Por ello renuncia, porque le ha dicho una y mil veces a Peña Nieto a través de su secretario de Hacienda -Luis Videgaray y ahora José Antonio Meade Kuribreña- que sea cauto en el gasto y, ¿Qué han hecho Peña Nieto y sus secretarios de Hacienda? Todo lo contrario, subieron la deuda de 5 billones 400 mil millones que dejó Calderón, a más de nueve billones tan solo en cuatro años, lo que equivale a que cada día Peña Nieto endeudó al país con más de 2 mil 800 millones de pesos. Sí, leíste bien estimado lector, Peña Nieto nos endeudó cada día en sus 4 años de gobierno, con más de 2 mil ochocientos millones de pesos. De ahí nuestras miserias, de ahí la renuncia al Banco de México de Agustín Carstens. O, ¿Tu qué opinas, apreciable lector?
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