Qué tiene Fidel que los
americanos no pueden con él
Sócrates A. Campos Lemus.
Mi amigo Mario me hace reflexionar sobre Fidel Castro Ruz que sobrevivió a once presidentes
de los Estados Unidos: Eisenhower, Kennedy, Johnson, Nixon, Ford, Carter, Reagan, Bush padre,
Clinton, Bush hijo, Obama... pero no soportó 15 días a Trump... Así de jodida está la cosa. |
El Viernes Negro (Black Friday) se deriva de la esclavitud. Fue el día después de Acción de Gracias, cuando los comerciantes de esclavos los vendían rebajados… para la temporada de invierno… de ahí el nombre de “Black Friday”. Algunos reaccionarios ponen chistes diciendo que Fidel Castro era muy anticapitalista pero muere en el Black Friday, sin entender su origen… es cierto, Fidel se sigue cagando en los gringos… “Fidel, Fidel, que tiene Fidel que los americanos no pueden con él”…
Contar reuniones o visitas a la Habana y tener el gusto de mantener el sabor de algún encuentro con Fidel, no vale la pena ni las fechas ni los días, porque todo, con Fidel, es eterno.
Hace años, en una reunión donde estaba el Comandante Fidel Castro, de pronto cambió la plática y quitándole lo pomposo, se puso a contar algunos chistes anticastristas, todos eran en contra de él, él reía y los contaba con mucha gracia. Algunos de los presentes, políticos mexicanos o a la mexicana, solemnes y pomposos, pendejos, procuraban no reír. Yo reía a gusto, gozaba el momento y pregunté: “Comandante, ¿por qué razón cuentas tú los chistes en tu contra que salen de los anticastristas residentes en Miami?... él con ese vozarrón y con esa alegría y visión de todos los actos humanos y políticos, con la alegría del que cuenta y enseña, dijo: “Mira mexicano: esto es como los apodos, si te enojas, se te quedan”…
Y en esos tiempos nosotros éramos jóvenes, ahí, en el 26 de julio, día de la Revolución Cubana, con el Ché Guevara pintado como un Cristo en guerra, con sus ojos visionarios y la esperanza en la mirada, inicia el movimiento de 1968. Estábamos los de la Escuela Superior de Economía cansados de que los burócratas del Partido Comunista que solamente se dedicaban a andar denunciando con las policías a los que no comulgaban con sus acciones, con los que les decíamos que eran stalinistas por dogmáticos y pendejos, preferimos, en vez de salir a las manifestaciones donde solamente hablaban ellos para justificar su “turismo revolucionario”, pagado por las embajadas de los países socialistas o por la misma secretaría de gobernación para tener contentos a sus dirigentes, hacer una velada musical y poética donde nos apoyó la maestra Rosario Castellanos.
Ahí, en el auditorio, pasaban los poetas y los cantantes, los bailarines, se hablaba de la gesta heroica de Fidel y del pueblo cubano para sacar a patadas a Fulgencio Batista y a los gringos que le acompañan y todos al grito de: Fidel, Fidel, qué tiene Fidel que los americanos no pueden con él. Los jóvenes lo veíamos como el verdadero héroe antimperialista, el verdadero revolucionario, no a los “robolucionarios” desgastados por el poder y por los políticos en el poder del país.
Todavía traía el sabor de la sal de Varadero, la música en los pies en las calles de la vieja Habana, el sabor del ron cubano, del verdadero Bacardí, de la cerveza con hielo y limón, el sabor de los chupitos de café fuerte para despertar del sueño y de la pendejez, el platillo de moros con cristianos, esos sabrosos frijoles negros montados en arroz y con plátano macho verde cortado en rodajas que se fríe como si fueran papitas, el valor de las reuniones y los viajes para apoyar el trabajo voluntario que se hacía en varias partes.
Cómo reíamos cuando recordamos que en una de las fábricas a las que fuimos a envolver caramelos, en el jardín estaban unos grandes árboles de mango petacón, grandes y enormes, entonces, uno de nuestros compañeros que era muy pomposo y estirado, como tenía hambre y para el caso estaba ahí un mango a la mano, lo tomó, y cuando le pretendía dar la mordida, apareció uno de los críos de la revolución y le dijo muy formal: “Compañero, no sea usted egoísta, no sea usted como los viejos capitalistas, usted no ha realizado trabajo para que esos mangos se den, usted viene y los roba como si nada, no tiene derecho porque el que quiera mango de aquí los tiene que cuidar”.
El compañero que al paso del tiempo se convirtió en el director de una revista de espectáculos y de “cultura”, no sabía qué hacer, a lo mejor se quería meter el mango en el trasero y evitar que el chiquillo aquel le siguiera diciendo que era un vulgar ladrón y capitalista, lo que al final de cuentas, resultó cierto... visio- nario aquel niño de la revolu- ción cubana…
Cada vez que, ahora, al paso del tiempo, veo llegar a un grupo de “intelectuales” a las afueras de la embajada y se pasean para ver a qué horas les reciben y se las dan de “revolucionarios”, me imagino retorciéndose en las tumbas a muchos de los revolucionarios que en verdad luchan diariamente, aún en la muerte.
Hoy, parece que en las embajadas lo que abundan son los oportunistas que se dan golpes de pecho diciendo que son revolucionarios y en el fondo son pinches pequeños burgueses vomitivos que sólo quieren ir a Cuba para ir de pachanga y ver a qué mulatita buena se llevan a la cama por unos pesos y que no les vea la señora fodonga que tienen en su casa.
La perversidad es enor- me, el oportunismo es brutal, incluidos los políticos que dijeron pues: “comes, y te vas” y se fue, es verdad, con dignidad, mientras el idiota de Fox entregaba los traseros a Bush para que le diera mayor nivel a la Coca-Cola…. y a las aguas negras del imperialismo yanqui.
Total, solamente nos queda ya el canto de: Fidel Fidel que tiene Fidel que los americanos no pueden con él… y como que ya nos chingamos… al parecer el oportunismo y el egoísmo son mayores y destruyen los sueños de una vida mejor.
Pues sí: si te encabronas, se te queda… por esas experien-cias, Alejandro Murat, se mantiene alegre y solamente se encabronan los rateros que serán perseguidos y los políti- cos que sólo mamaron del presupuesto con los puestos y presupuestos… pero ellos, encabronados, no se quedarán.. |