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el periodico de saltillo
Enero 2016
Edición No. 323


Año nuevo, las mismas ilusiones

Fidencio Treviño Maldonado.

De nueva cuenta, otra vez las hojas del calendario cayeron, caducas, perennes, y los retoños del nuevo año apenas se vislumbran, se fueron los pesares, las alegrías, las promesas convertidas en ilusiones se renuevan, los vientos fríos traen cálidas nuevas y los juramentos reciclados de hace muchos años son los mismos sueños fallidos de siempre.

Llegamos al 2016 y a comenzar a comernos el pastel con 365 velitas que el tiempo y año nos da, a maldecir porque nos va mal y ni siquiera acordarnos de Dios porque nos fue bien, renegar de la calor, de la lluvia y del polvo, del frío o por tener mucho trabajo, sin acordarnos que siempre hay que agradecer al tiempo que nos permite ver el sol, las estrellas, la lluvia y recordar que polvo somos y al mismo vamos a retornar, que el trabajo tarde que temprano da frutos y que cuando nos gusta ni siquiera es trabajo, es diversión. Todos vamos y estamos de paso, así como lo son los minutos, las horas, los días y los meses, el equipaje es sólo una leve, pálida  y liviana sombra, somos masa y desechables a la vez unidimensionales. 

Vemos con lástima que algunos ni siquiera agradecen a la vida estar felices, porque llorar también nos dice que estamos vivos y por eso cantamos, bailamos o que una o dos veces al año esta- mos enfermos, aunque sea una gripe pasajera, para darnos cuenta de que esa gran máquina que es nuestro cuerpo necesita una pequeña reparación y saber que estamos vivos. 

Llegamos al término de un año, un festejo más que nuestra vida galopante y mercantil nos ofrece ofertas y demandas, donde las promesas anteriores son de nuevo recicladas y el llamado “Reiki” aquel que formó el doctor japonés, Mikao Usui, se sintetiza en lo cotidiano,  el Sólo por HOY 1.- No me preocupo. 2.- No me enojo. 3.- Soy amable. 4.-Trabajo duro y honradamente. 5.- El Sólo por HOY, Soy agradecido...

Meditar, pensar y practicar estos principios facilita mantener un estado de salud equilibrado y ver la vida de manera sencilla y diferente, sin olvidar lo esencial en la existencia, usar el sentido común que parece que lo tenemos extraviado o de atiro perdido. El futuro, presente y pasado en el orden que se quiera ver está en nosotros y no en la lectura de barajas o cartas, ni en ver las rayitas de las manos, mucho menos en una esfera para saber el destino, ya que como dijo el poeta, no culpar a nadie porque “Nosotros mismos somos los arquitectos de nuestro propio destino”. 

No hacer castillos en la arena, ni edificar casas de papel en el mar, sólo buscar la concordancia con nosotros mismos y por añadidura vendrán los buenos tiempos y soplarán vientos de buenaventura. Así que a copiar al montón de políticos que dominan el entorno nacional, cuando de promesas se trata, cuando se sabe de antemano que todo queda en tristes y muy pálidas ilusiones, las mismas que seguimos pregonando desde hace años cada vez que termina  o principia un año.  

Los presagios para la población no son alentadores, como nunca en este país lo han sido, menos si nos ponemos a llorar, sino nos levantamos podemos seguir dormidos, pero eso si con la certeza de que del cielo nada nos va a caer. Sin embargo es bueno tener propósitos, no cometer los mismos errores, para no repetirlos, no hay que claudicar en nuestras promesas, sobre todo no perder la ilusión ni la esperanza de que algo bueno va  a pasar, aunque las de los años anteriores fueron las mismas promesas y no las cumplimos , tal vez ahora si podamos... ¿Por qué no?

kinotre@hotmail.com

 
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