El INE, una coladera ideada para hacer trampas
Augusto Hugo Peña Delgadillo.
En las pasadas elecciones el INE demostró ser una coladera donde se fuga hacia los caños del totalitarismo nuestro sistema político, el que no tiene nada de democracia ni legalidad comicial. No es democracia donde al ciudadano le han robado su derecho a ser votado ni tampoco en donde “alguien” puede votar ante el INE con credenciales electorales sin que su dueño lo sepa.
“No es la política la que hace a un candidato convertirse en ladrón, es tu voto el que hace a un ladrón convertirse en político”. Sin embargo no es necesario tu voto ni el mío para convertir a un ladrón en político. Me explico: En Chiapas hubo un candidato del partido Verde a diputado en las elecciones pasadas, me refiero a Roberto Pardo quien con la complicidad de su primo Vicente Mansur, dueño de la empresa DSI Elecciones, S. A., con la del partido Verde y del gobernador de Chiapas, Manuel Velazco Coello, no necesitó de que le otorgasen el voto los ciudadanos que le dieron el triunfo. Su primo Vicente Mansur y la dirigencia del partido Verde lograron que “alguien” votase utilizando el nombre de chiapanecos radicados en EEUU, en Singapur, Vietnam y en el propios Chiapas. Ese delito electoral fue sacado a la luz por mera casualidad.
El que la casualidad haya sacado a la luz este ilícito electoral nos indica que la corrupción sigue siendo el eje transversal de la vida política mexicana y de los mafiosos que la componen, y que la impunidad aún converge en el punto de inflexión donde la legalidad es rota por un sistema político electoral nacido 15 o 20 años antes del 20 de Noviembre de 1910, fecha señalada por Francisco I. Madero para emprender la lucha armada en contra de Porfirio Díaz, en caso de que este no dejase la presidencia. Este sistema político es un entramado de ideas confusas con apariencia de claridad, envueltas en leyes, acuerdos y pactos políticos entre personas y partidos todas ellas, clara y absolutamente anticonstitucionales, y que han navegado durante más de un siglo, auto transformándose y cambiando de nombre hasta llegar a nuestros días con la denominación de INE (Instituto Nacional Electoral).
Al hacerse de la opinión pública el ilícito en el que incurrieron el candidato y sus cómplices para ganar un diputación federal por Chiapas, se destituyó al candidato, dejando su curul vacía en San Lázaro. Lorenzo Córdova y sus consejeros, raudos como un rayo “solucionaron” el problema destituyendo al tramposo diputado y le dieron vuelta a la página, cosa que no debieron hacer porque este caso demuestra fehacientemente que el INE es una coladera ideada específicamente porosa para permitir a las fuerzas políticas nacionales hegemónicas (PRI, VERDE, PANAL, HUMANISTA y “convenientemente” en veces el PAN y el PRD de los Chuchos) hacer todo tipo de trampas, tranzas y chanchullos, con fines absolutamente claros, mantenerse en el poder.
Si esta trampa se pudo llevar a cabo sin que las autoridades la detectaran a tiempo, quiere decir que cualquier trampa electoral puede hacerse dentro de las normas establecidas en el nuevo sistema electoral, el INE presidido y aconsejado por inútiles que ganan millones sin hacer nada, y demostrando la poca calidad y la carencia de bonhomía y escrúpulos de Lorenzo Córdova.
Antes que el INE existió el IFE, el que igualmente era una coladera que sirvió para legitimar los fraudes electorales del 2006 y del 2012, y luego de perpetrar ambas fechorías, y ante un desprestigio total ante la ciudadanía, el PRI y sus cómplices de la oligarquía y de otros partidos, urgentemente cambiaron su denominación a INE con nuevas reglas inteligentemente elaboradas para seguir trampeando y engañando a los mexicanos con el cuento de que vivimos dentro de una democracia. Democracia es donde el voto del ciudadano cuenta y no donde el voto del ciudadano pobre es obligado por sus precarias condiciones socioeconómicas a venderlo, tampoco es un país demócrata en donde “alguien” vota por otras personas, como es el caso del falso diputado del Verde, Roberto Pardo quien consiguió que ese “alguien” votase a nombre de chiapanecos radicados en EEUU, Vietnam, Singapur y en el propio Chiapas, sin que los dueños de las tarjetas electorales estuviesen ni si quiera enterados. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
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