Qué es el terrorismo, por qué existe y por qué no lo entendemos
Vamos a suponer que la guerra es una naranja, ¿y qué es el terrorismo? Es solo un gajo de esa misma guerra. Se dice rimbombantemente que hay que combatir al terrorismo y declararle la guerra, y si el terrorismo según Jacques Chirac ex presidente de Francia, hace tanto daño como los cañones y misiles, ¿por qué alguien no tiene derecho a declararle la guerra a los cañones? |
Augusto Hugo Peña Delgadillo.
Cada vez que hay un acto terrorista surgen expertos que nos lo explican aunque ellos mismos no lo entiendan; el terrorismo es una arma que daña igual que los cañones y los misiles, sin embargo al terrorismo se le declara la guerra, entonces ¿a los cañones y misiles, por qué no? Esto nos dice que terrorismo es el miedo y terror que nos provocan los otros, los de allá, sin embargo los de allá, los otros, consideran que los de acá, los nuestros, los occidentales, son los terroristas que les imponen guerras terribles que causan mil veces más terror e infunden más miedo que los ataques que ellos, los de allá, traen hacia nuestras puertas y ciudades como meros desquites vengativos.
Terrorismo es todo lo que causa terror y punto. Si partimos de ahí, ¿podríamos encontrar diferencias entre los ataques que EEUU, Gran Bretaña, Qatar, Arabia Saudita, Francia e Israel perpetran en Siria, Irak, Afganistán y Yemen, con los perpetrados en París, Nueva York y Beirut? Sí, hay muchas diferencias, aunque ambas son ilegales pero legítimas según sus perpetradores. Me explico: EEUU y cómplices que no aliados, atacaron a Irak y Afganistán pretextando los ataques a las torres gemelas de Nueva York y el Pentágono en Washington, pero la realidad es otra, EEUU tenía años programando esas guerras y solo buscaba un pretexto que encontró el 11-S.
Del otro lado, los 19 jóvenes que se inmolaron en cuatro aviones secuestrados para perpetrar los ataques al Word Trade Center y al Pentágono tenían motivos claros y no pretextos. Ellos lo hicieron porque Washington implantó en Arabia Saudita bases militares, pisando con sus sucios pies la tierra que ellos consideran sagrada y suya, porque hay que recordar que de los 19 jóvenes que se inmolaron en sendos aviones, 17 eran sauditas, uno marroquí y el otro libanés, todos ellos dolidos contra Occidente porque mancilla sus naciones. En el caso del viernes 13 de noviembre en París sucedió de igual manera, fueron respuestas a los ataques que Francia estaba efectuando desde un año y medio antes. Estos terroristas de París eran en su mayoría franceses y no eran ni más terroristas ni menos que los pilotos de los aviones franceses que bombardean Siria e Irak.
La diferencia entre los terroristas de París y los pilotos franceses que bombardean Siria es que los primeros son musulmanes y los pilotos son franceses cristianos o judíos montados en aviones bombarderos Mirage fabricados en Francia por el judío francés Marcel Bloch quien cambió su apellido a Dassault, y quien tiene dentro de sus mejores pilotos a judíos como él y a cristianos. Hay otras diferencias: Los pilotos no se inmolan y cobran altos sueldos, y después de asesinar con bombas y misiles a cientos de personas, niños y mujeres entre ellas, regresan a sus hogares y duermen plácidamente al lado de sus esposas e hijos, sin embargo los terroristas ni ganan sueldo ni regresan a sus hogares, se inmolaron en el acto, ya que de no hacerlo y en caso de ser tomados presos, serían torturados y luego asesinados.
El terrorismo existe porque hay hombres dispuestos a matar a sus semejantes con tal de adueñarse de bienes ajenos, de territorios y voluntades políticas, como es el caso en Siria; a EEUU le importa Siria por su petróleo, por su punto estratégico para ahogar a Rusia y porque Bashar El-Assad –presidente de Siria- no se ha sometido a los designios de Washington. ¿Por qué no lo entendemos? Porque de cada medio millón de habitantes de este mundo, ni siquiera uno tiene en su conciencia qué es el poder hegemónico ni tampoco saben que las guerras siempre han existido al igual que las mínimas respuestas que ahora les llaman terrorismo, y porque los hombres que ostentan el poder global no saben ni entienden nada sobre La Regla de Oro, la que de manera eufemística está plasmada en un hermoso mural de un salón de la ONU y que reza: “No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti.” O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
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