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el periodico de saltillo
Febrero 2016
Edición No. 324


Vox populi, vox Dei; ¿Será?

Humberto Moreira en boca de todos, pero sigue apoyado por su partido

Adolfo Olmedo Muñoz.

A pesar de su presencia en los medios de comunicación, Humberto Moreira no está, como dicen los políticos tradicionalistas, “en el Candelero”, sino en la “caldera”, a pesar de que, por el momento se le ha abierto un “in pass” que ha dejado, a más de muchos, con la boca abierta y el rosario en las manos, pues después de tantos improperios que le lanzaron varios actores de la política aldeana y nacional, sin duda temen que en breve, el exgobernador tome venganza.

Y con un posible encabezado de: “Venganza tras venganza”, el tema se presta más para hacer un especulativo argumento cuyo escenario sea el de la política profunda de los grandes intereses entre grupos de poder que han hecho, desde siempre, del “under ground” del tráfico del dinero, una superestructura en torno al poder de las mafias: tanto de la política, del capital, del arte, de migrantes, de personas y muchos otros rubros.

Por el momento, cabe hacer un breve análisis del comportamiento de la opinión pública sobre la captura, encarcelamiento y luego excarcelamiento y viabilidad para retornar a nuestro país, en medio de inmensas interrogantes.

Es o no es, como muchos (creo que cabría mejor el “muchísimos) aseguran, un ladrón, ahora de cuello blanco como muchos prominentes hombres de negocios del sector privado que seguramente se beneficiaron de las aplicaciones del dinero que dicen malversó Humberto Moreira cuando fue gobernador de Coahuila.

El asunto se halla en los tribunales, de México, Estados Unidos y España, en un intríngulis del que sería muy temerario, por ahora, sacar conclusiones, pues como quedó demostrado en España: “faltan elementos” probatorios de que el indiciado, sea culpable de los delitos que se imputan.

De la misma manera, amplios sectores de la opinión pública andan “hechos camote” y sin saber de qué manera pueden aprovechar, a favor o en contra, el que Moreira, ex dirigente del PRI, esté apuntado por el dedo de muchos “comunicólogos” que dieron rienda suelta a su sardónica burla, por la captura en España, del político mexicano.

No cabe tampoco un reproche a los que opinaron que la justicia se había tardado en detener a un presunto delincuente; tenían derecho pues al fin y al cabo, según la Real Academia, a la sazón española, Opinar es, entre otras cosas, “Hacer conjeturas”.

Merced a ello, permítanme elucubrar aunque parezca un desatino.

Parece ser que no gustó, en algunos altos círculos de la mafia internacional, no les agradó el tono sardónico con que dio a conocer Enrique Peña Nieto, aquello de “misión cumplida”, pues al parecer se tomó como una afrenta.

Por ello se movieron algunos hilos en la Unión Americana para que excitara a la justicia española, pues se sabía que ahí se localizaba el multimencionado político mexicano y se armó un expediente al vapor, que fue base de la acción de la justicia española, pero también el motivo de su excarcelación, pues la “falta de méritos” es, en este caso, un expediente incompleto o falso.

Por ello, nuestra conjetura (que significa presunción fundada en probabilidades) es que el asunto fue promovido no por abogados serios de los grandes bufetes, conocedores de las políticas de Estado, sino tinterillos al servicio de malhechores.

No podemos sustraernos al hecho de que una de las acusaciones que se le hacen a Humberto Moreira es, por lavado de dinero, o sea, quitarle “lo sucio”. El dinero sucio ¿de dónde proviene?, pues de fuentes indecentes que probablemente no quedaron satisfechas con haber liquidado a uno de sus hijos.

El exgobernador Moreira no es una blanca paloma, aunque tampoco un idiota que pueda ser subestimado o sentenciado sin juicio, ante tribunales previamente establecidos, como marca la ley.

Y lo único cierto en esta “telenovela” es que no se le ve fin, aunque por lo pronto y dígase lo que se diga, Moreira Tres, sus anteriores amigos o socios; Uno…

Y existe un punto que no debemos dejar de lado por mucho tiempo, y es que Moreira, a comparación de muchos otros trashumantes involuntarios de la política, no va de partido a partido. Se ve que su partido, el PRI está dispuesto a brindarle su apoyo, no sabemos si condicional o no, ni por cuanto tiempo, por lo menos, hasta que terminen las elecciones del próximo mes de julio.

 
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