Lo que nos cuesta la corrupción de nuestro gobierno
Salvador Alcázar Aguilar.
Estando sentado en un salón inmenso en la Ciudad de México durante La Quinta Jornada Mundial de la Discapacidad, con unos audífonos especiales inalámbricos y convertidores del lenguaje en automático, escuchando a los ponentes en mi idioma; así mismo compartiendo experiencias con gente del medio: médicos, fisioterapeutas, traumatólogos, neurólogos, terapistas y gente afín de muchos países como Japón, Alemania, Francia y Estados Unidos, conversamos sobre las últimas novedades en rehabilitación: máquinas impresionantemente pequeñas y los sistemas más avanzados, así como las bondades de las instituciones que como el CRIT, se preocupan en rehabilitar a nuestros niños que por alguna causa, motivo o razón transitan en la vida con alguna discapacidad física, psíquica, motora, visual o auricular, disminución de su capacidad intelectual, ciegos, débiles visuales, sordos o silentes con lesión medular, p.c.i., Down.
Ponderando el gran amor por su tarea, que con un cariño inmenso realizan médicos, enfermeros, voluntarios, padres y madres de los pequeños, donando su valioso tiempo y humanismo digno de imitar, cuando de pronto la comitiva del Sr. Presidente de México y su Sra. esposa se acercan muy afectuosos, me abraza Ernesto Zedillo y nos tomamos la foto, misma que aún conservo y de la cual he recibido de mis amigos comentarios de que esa foto “tiene truco” en fin, qué bueno que no entiendo de eso.
Regresando a nuestro trabajo por el cual estábamos allí, pero hinchado como un pavorreal, les presumo a mis amigos extranjeros, comienzo a hablar de las maravillas de nuestro hermoso CRIT, éstos se miran a la cara y me dicen con asombro “En mi país no hay CRIT… Mi gobierno se hace cargo de todos los hombres y mujeres que tienen una discapacidad y existe un programa muy serio para protegerlos desde que nacen hasta que mueren, siempre están atentos al bienestar de sus ciudadanos, pagan un buen sueldo a médicos, enfermeras y profesionales que pasan por ellos para atenderlos.”
Si te pones a pensar que esos países pasaron por guerras y después tuvieron que superar un Hiroshima y Nagasaki, ya te imaginarás el gran problemón… Pues no, su Gobierno se hizo cargo.
Otro dato por demás relevante y muy conocido es que un ciudadano de Estados Unidos que padece Diabetes merece por su condición una comprometida y responsable visita diaria, que bajo un programa Nacional de Salud mantiene la solidaridad del Gobierno para con él.
Una enfermera llega a su casa en la mañana para ver como amaneció y al anochecer otra profesionista hace lo mismo para ver en qué condiciones va a dormir, esto es totalmente gratis, sin costo, sin honorarios o sea con cobertura amplia o bien para hablar claro tiene el enfermo “Un derecho Constitucional”.
Y Si… Hasta entonces entendí cuánto nos cuesta la corrupción de un Gobierno como el nuestro: Dónde el pueblo le hace la tarea a quien debería de velar por nosotros. El mismo Juan Pueblo que sufre y muere sin ninguna consideración, por malos e irresponsables políticos que con cinismo salen en las fotos como si fueran “La Madre de la Caridad”. |