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el periodico de saltillo
Febrero 2016
Edición No. 324



Lo importante de la visita papal: Los 43 de Ayotzinapa y los curas pederastas

Hay indicios que el Papa Francisco se entrevistará con los padres de los 43 normalistas
de Ayotzinapa desaparecidos por el estado mexicano, pero también hay gubernamentales
reticencias que intentan encapsular su visita. El sumo pontífice tiene que moverse en dos ejes
temáticos: el de la pederastia y su encubrimiento y el de los 43 normalistas de Ayotzinapa.


Augusto Hugo Peña Delgadillo.

En México hay muchos problemas, muchos, muchos, muchos, todos ellos ligados a la injusticia, a la falta de probidad del gobierno, a la ineptitud de quienes gobiernan, a la corrupción galopante, al contubernio entre empresarios, políticos y funcionarios públicos y a la impunidad que encubre y recubre de demagogia todas y cada una de las palabras emanadas de los discursos de Peña Nieto y sus cómplices en el gabinete.

Éstos que gobiernan y con quienes están coludidos, sacan raja de todo, sobre todo del erario y de la gente menos pudiente. Del ejército de más de 65 millones de pobres que moran en esta república representada por un simbólico lábaro en el que un águila mantiene entre sus garras a una serpiente. Águila que en la realidad representa a un nefasto gobierno que devora y rasga con sus garras a un pueblo configurado como esa serpiente que repta de hambre y sed de justicia.

El pueblo de México en su mayoría es huérfano, inválido y náufrago que requiere de un padre que le guíe, una madre generosa que le sostenga y un hermano desinteresado que fraternalmente le dé a beber el líquido vital de la solidaridad; todo eso, padre, madre y hermano puede ser el Papa Francisco si se lo propone, sus alcances morales y mediáticos son enormes y sí él quisiera, tan solo con entrevistarse con los padres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, obligaría a nuestro gobierno a abrir las puertas de la verdad en tan horrendo caso, y todo este caos en el que se encuentra el gobierno de Peña Nieto inmerso por su malevolencia, podría si no en su totalidad, sí sustancialmente, encarar sus responsabilidades ante el pueblo de México que siente como está defraudado por una recua de políticos que creen que están gobernando.

El Papa Francisco tiene que afrontar en México dos ejes que le hagan servible este viaje, pues de no ser así, ¿A qué vino?... ¿a pasearse, a hacer proselitismo religioso y a avalar con sus presencia a la canalla que mantiene en vilo su responsabilidad por crear un mundo de problemas a este nuestro país y a estos nuestros conciuda- danos? Los dos ejes a los que me refiero son: En primer lugar a empaparse del caso de Iguala, de los 43 normalistas de Ayotzinapa que han sido desaparecidos por el estado mexicano, no para encontrarlos con vida porque hay certeza que fueron asesinados, pero sí para esclarecer el caso, encontrar los restos y que sus familiares se reencuentren con la paz perdida desde esos nefastos 26 y 27 de septiembre antepasado en que fueron masacrados por un gobierno que no sabe comportarse de forma humana cuando se trata de gente que protesta ante este estado de cosas terribles que pasan en México.

Francisco, este Papa argentino, sabe mucho de este tipo de desapariciones y ejecuciones sumarias de los gobiernos espurios, él es argentino y tiene mucha experiencia en estos asuntos, por ello debe darle la cara a los padres de los 43 de Ayotzinapa, ¿si no, a qué vino?

El segundo eje obligatorio de su visita está relacionado con su iglesia, con nuestra iglesia, con la iglesia de la mayoría de los mexicanos, y tiene que ver directamente con los jerarcas eclesiales como lo son el cardenal y arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera y una bola de obispos y arzobispos que se han mantenido sordos, ciegos y mudos ante el flagelo de la pederastia y han encubierto no a decenas de sacerdotes pedófilos que han abusado de centenares de niños, sino a cientos de curas que por sus inclinaciones torcidas y su moral mellada, han hecho mal uso del sacerdocio no sólo ensuciando a la iglesia sino echando a perder miles de vidas inocentes. La impunidad lo sabemos, reina en México en el ámbito gubernamental, ¿acaso con su venida el Papa Francisco va a sufragar porque esa impunidad prevaleciente también permee a la iglesia que dice querer reformar? Tiene que hacer algo al respecto y meterse en la cabeza que no destituir a Norberto Rivera por encubrir a curas degene- rados, es una bofetada a las víctimas y un pésimo mensaje a los mexicanos porque al cubrirlo con el manto de la impunidad, nos dará a entender que su función es igual que la de nuestro gobierno que exonera a gente como Humberto Moreira zahiriendo los más caros sentimientos de los fieles. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?

ah.pd@hotmail.com


 
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