Pon tus barbas a remojar...
Fidencio Treviño Maldonado.
Dice el refrán que “cuando veas a tu vecino rasurar pon tus barbas a remojar”; es decir, prepárate para lo que está por venir o que sin saber ya llegó, y las elecciones en Coahuila están a unas cuantas hojas del calendario. Primero escoger bien a los candidatos, no los que vengan ya palomeados, que tarde o temprano el pueblo, los ciudadanos y los que votan están cansados de los mismos, como dijo una viejita -que ahora sea otro el que robe, que al pariente más cercano le toca o que sea el que diga el que sale-. Lo que ha pasado en otros Estados en donde se han celebrado elecciones y en este caso el PRI ha sido el perdedor, ha salido raspado, es una muestra de lo que se puede hacer, más en este país en donde aun está muy lejana la democracia, con el populismo y la nefasta oferta de venta y compra de votos es el uso común y de costumbre.
Miles de ciudadanos ya están hasta la madre de que se juegue con ellos, las promesas que nunca llegan y se quedan como oprobios y mentiras, que sólo los dueños de los partidos políticos tengan la bendición de ser los escogidos y que los “Jefes” vivan como reyecitos y la tropa ande como pata de perro y asoleados.
Hace años (2006) para hacer perder a López Obrador se unieron los priistas y panistas; sale Felipe Calderón de presidente, 6 años después ante la derrota anunciada de Josefina Vázquez Mota candidata a la presidencia por el PAN, otra vez la contienda era a favor de López Obrador, pero para acabar con el Peje, se une la cofradía pan-pri y en acuerdo de cúpula gana Peña Nieto (revista Proceso mayo 2016).
Esto viene a colación por aquello de que las alianzas en nuestra cara y simulada democracia han sido y son una burla para la gente que acude verdaderamente a votar. No a vender o condicionar su voto. Es decir, no deciden ellos por quien van a dar el sufragio, sino son los líderes de los partidos los que les ordenan, les compran o en su caso los obligan a votar por quien ellos se comprometen, inclusive poniéndole precio a la cantidad de votos que el dueño o presidente del partido descaradamente oferta y después salen los títeres del sistema diciendo que hubo elecciones limpias, democráticas, que los ciudadanos cumplieron con un deber cívico, que hay que festejar esto y aquello, y más palabras por los bufones y jilgueros del corrupto INE.
¿De cuáles elecciones limpias hablan?, si desde hace décadas son más sucias que el overol de un limpiador de chimeneas. Sólo por citar las pasadas elecciones del domingo 5 de junio, hubo quema y hurtos de urnas y boletas, gente repartiendo dinero, pleitos en casillas, cuentas y recuentos de boletas falsificadas, más de mil impugnaciones que sólo servirán para que los del Instituto electoral se limpien, y sobre todo mucho dinero tirado a la basura por parte del INE. Aproximadamente unos 21 mil millones de pesos nos costó a los mexicanos esta elección y Lorenzo Córdoba, presidente consejero del INE, se embolsa unos 300 mil pesillos por mes, es decir 10 mil pesos diarios, más gastos de presentación, dietas y otras cositas por ahí, ¡El mundo feliz! cuando este señor Lorenzo Córdoba, que odia a los nuestros hermanos indígenas, debería por vergüenza renunciar ya que sólo votan en cada elección cuando mucho el 54% en general de los más de 78 millones de ciudadanos con credencial y derecho para emitir el sufragio, un claro rechazo del 46 % de los ciudadanos que no creen en la democracia nacional, ni confían en el INE.
Coahuila ya se prepara para elegir al gobernador y a los presidentes municipales en los 38 municipios, pero las cosas no están bien en el Estado, los pequeños y medianos comerciantes están molestos por los altos impuestos que pagan, toda una persecución tributaria; por la promesa del gobierno de quitar la tenencia y no cumplirla; por el malestar causado y prepotencia de los diferentes cuerpos policíacos en todo el Estado; por el alto índice de crímenes, robos, asaltos, secuestros, violaciones; por los hechos ocurridos en los Ceresos y por la falta de leyes o reformas estatales que beneficien a la población en general, aunado a esto la deuda tan grande contraída por la clase gobernante.
Y si eso esta pasando en Nuevo León, en Tamulipas, en Chihuahua y Durango donde la población (muy poca por cierto el 57%) fue capaz de hacer cambiar de partido y de color a sus Estados. Coahuila ahora queda en medio de estas entidades y tampoco se ve o muestra muy halagüeño su porvenir por los motivos ya conocidos, más otros anotados arriba de estas líneas. Así que si ves a tu vecino rasurar, pon tus barbas a remojar.
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