Causas y justificaciones de la derrota priista
Sócrates A. Campos Lemus.
“En el triunfo todos quieren ser los padres, en las derrotas solamente se culpa al visible”. |
En lo particular se nos hacen las declaraciones de los políticos, “sencillitas y cursis”, son como las dadas, no las dejadas, de las viejitas quedadas, donde todos llaman a la reconciliación nacional y que nos olvidemos de las razones por las que se dieron los acontecimientos, como si el encabronamiento de todos, solamente, fuera por declaraciones y no por acciones que directamente nos afectan.
Que no me venga, el presidente, de que ahora hay un absoluto respeto y compromiso con la libertad de prensa, porque en varios estados, principalmente en Veracruz, su esbirro, Duarte, ha ordenado asesinar a muchos de los compañeros por el simple hecho de que éste les ordenaba a los sicarios del crimen organizado que liquidaran a los periodistas porque estaban atacándole y despresti- giándole, como si el desprestigio y el tufo a podrido se pudieran ocultar.
Si en verdad se requirieron los miles de millones de pesos en préstamos con los bancos comprometiendo los ingresos fiscales, los goberna- dores no se mandan tan solos, y nadie se explica el hecho de que el secretario de Hacienda se hiciera de la vista gorda con sus cuates en eso del endeudamiento con la banca privada, donde todos sabemos que los gobernadores y los secretarios de Hacienda de los estados son los que se llevan una buena tajada que les dan los banqueros y que se guardan en cuentas privadas y selladas por ellos.
Si en verdad quieren saber cómo están las tranzas en eso de los préstamos, no han de batallar mucho y andar buscando, hay que tomar a algunos banqueros y que les apliquen algo de las bases de interrogatorios que les ponen los policías a los ciudadanos, con eso del agua de Tehuacán con chile y toques en los testículos o en el ano, y ya veremos que sueltan la sopa, incluyendo a los altos personajes que ahora se espantan por lo sucedido alegando que de ellos no es la culpa del encabronamiento general, que es culpa de los corruptos e ineficientes gobernadores que dejan al país en cueros.
Que no nos venga, el presidente y sus funcionarios así como los dirigentes del PRI, que no sabían lo que sucedía y que confiaron en los dichos y propuestas de los gobernadores, y que al hacerlo, se dieron cuenta de que se los llevaba y nos llevaba a todos el carajo.
Ahora, los panistas que todos los días tragan santos para defecar diablos, dicen que es gracias a su santidad que el país se pinta de azul, que no se cuelguen de esto, tal parece que no entienden que todo es el resultado del encabronamiento de la raza, del infeliciaje y que en ello, además, se colgaron los curas integrantes del clero político para condenar y satanizar al presidente, alegando que ahora si nos llevó el tren, porque se acerca el fin del mundo al aprobar los matrimonios entre jotos, como si entre las sotanas no abundaran y necesita- ran legalizarse.
No, los mexicanos, votamos por encabronamiento y no por creer en ellos, ya sabemos que ahora, cuando se destapen las masacres y los asesinatos de lesa humanidad que se buscan en el extranjero, sabremos la responsabilidad que tiene en los asesinatos de más de 150 mil mexicanos, en las desapariciones de más de 32 mil, en los desplazamientos de más de medio millón, en los huérfanos y viudas, la acción criminal emprendida por Felipe Calderón, al iniciar la guerra contra el narcotráfico, para justificar la compra masiva de equipo bélico y armas a los gringos y para darles tiempo a que se organizaran para que, ellos, legalizaran el consumo de drogas y se quedaran con el negocio.
Ahora también sabemos que la famosa reforma educativa que pregona con voces del fascismo, Aurelio Nuño, no es otra cosa que el buscar darles o dejarles el negocio de la educación al clero, para que ellos salgan de la crisis económica y no se anden jodiendo las limosnas y tengan ingresos que controlarán los banqueros como Harp Helú y sus secuaces.
Está bien que el presidente se quiera limpiar el trasero culpando a los gobernadores ineficientes y ratas por la derrota y el encabronamiento del mexicano, pero no debe dejar de ver que ya sabemos que él tiene mucha culpa y que el primero que debe cambiar, ser eficiente y honesto es él con sus gentes, incluyendo a su familia que gusta mostrarse en contra de la “chusma”.
México debe de cambiar, que den gracias, decimos e insistimos, en que los mexicanos votamos en vez de tomar las armas y sacar a los políticos a patadas como lo hacen en muchos países. Si no quieren una sublevación social y paramilitar de los mexicanos que dejen de chingarnos y cumplan, que ya no roben y no se jodan los recursos y fondos públicos para hacer sus negocios privados.
Que recuerden, desde el presidente hasta el pinche muchachito del PAN, que son nuestros empleados, no nuestros salvadores… que si quieren tragar santos para defecar diablos, es su bronca, pero que no quieran ensotanarnos y ponernos a rezar, porque eso es una cuestión personal en un país laico, no obligación del estado. |