La raza de bronce
Fidencio Treviño Maldonado.
--Un basta, no basta, necesitamos algo más -dijo Demetrio-.
"Los de abajo" Mariano Azuela. |
Los mexicanos somos aguantadores hasta el cansancio, soportamos los infaustos programas y noticias tamizadas que nos regala la caja luminosa, somos buenos para dar limosna, votamos por la figura bonita o por quien diga la mentira más grande y sobre todo, aceptamos callados y ovejunos lo que nos manda la cúpula sin objetar. Nos indujeron muchas reformas que a años de su decreto nada ha pasado en ninguna, al menos en el mejoramiento social.
La REFORMA laboral fue una llamarada de algodón impregnado con alcohol y, una mala copia a la de los gringos: 8 horas de trabajo, salario mínimo muy mínimo y sin gratificación, sin Seguro, sin aguinaldo ni utilidades. Llega la Reforma de Educación con más leyes que reforma, pruebas para el profesor, muros, trancas, pantanos, vallas y trabas para conseguir la plaza, y mientras miles de escuelas cayéndose a pedazos, también nos rasuraron y cepillaron con la REFORMA ENERGÉTICA, con la promesa de que la gasolina, la tarifa de la luz y el gas butano no aumentarían de precio, esto jurado y firmado ante notarios públicos, y que empresas extranjeras entrarían al quite y PEMEX -entre otros monopolios nacionales- competiría en calidad y precio de los combustibles (gasolina, gas natural, diésel, etc. ), y como dice la canción -mentira, todo fue mentira- y grave la decepción para aquellos que le creyeron a los voceros, delfines y coperos que tiene nuestro muy endeble sistema institucional y seudo/democrático.
Llega después el nuevo jefe de SEDESOL, porque la señora que antes estuvo de directora y de Coahuila para variar una tal Rosario Robles Berlanga salió brava pa´rapiñar y como siempre en nuestro gabinete a nivel nacional, con sólo cambiar de nombre y persona más no de mañas arreglan todo y ahora don , José Antonio Meade Kuribeña, después de meterse el dedo en la nariz y sacar un moco duro, dice que el aumento de los combustibles no afectará para nada la economía del pueblo. ¿En qué país vive este señor? Pues en el que viven miles de funcionarios de este vasto país, en la república de la maravillas o en Disneylandia.
Hasta hace años aguantamos todo, masacres, rapiña, hurtos y sofismas entre otras marañas, vemos a nuestros gobernantes cómo nos hablaban, abriendo sus fauces como lobos hambrientos y con sus miradas de ofidios aniquilaban una sublevación, pero de años o tal vez meses a la fecha la RAZA DE BRONCE ,y no por el color, como nos bautizó José Vasconcelos, sino por el aguante, a siglos de tanta maldad y soberbia por parte de nuestros gobernantes y , donde la religión también puso su látigo, pues esta mentada Raza de Bronce, ya está por doblarse y rebelarse, y si antes al indio le pegaban y se agachaba para recibir otro "Chingazo", ahora cuidado, si alguien le pone un dedo en la espalda a ese mismo indio, lo más seguro es que este se voltee y te lo devuelva con un buen puñetazo si te va bien, si no y está medio enojado, hasta con un guaparrazo (machetazo).
La gasolina, el gas butano para uso doméstico y la luz eléctrica -aunque el jefe de SEDESOL diga lo contrario- llegaron para empobrecer a la de por si miserable población, cayeron como el chauixtle le cae al trigo o al maíz, una plaga que llega desde el gabinete, a un pueblo en su mayoría con el tatuaje del conformismo colectivo "sea por la voluntad de Dios " , o protestar y defender a los mediocres Ratones Verdes, porque no "Fue penalti" con el abandono desolador y la tristeza de un pueblo silencioso, sin siquiera esbozar un suspiro amargo en su magnificencia del dolor, caminado como una colmena andrajosa bajo el yugo de su opresor, masa en su mayoría esta sumisa, abonada a la mustia muchedumbre que soporta y aguanta todo por ser la Raza de Bronce, somos los mexicanos una figura que se transfigura en una simple y ridícula caricatura, aunque la tristeza sobre humana lo agobie, parece que nuestra raza de bronce no está ni en el cielo ni en la tierra, sino rendido en el limbo, cada día más insignificante y desdichado, ciego a las culpas y dolores ajenos, aunque este mismo destino caiga sobre él. Soportamos la realidad del anacronismo y la anarquía que por siglos nos impone "La Casta Divina", tal vez porque desconocemos la historia tamizada que nos impusieron y la estamos repitiendo infinitamente por así convenir a los intereses de unos cuantos.
Pero tal parece que La raza no está respondiendo al espíritu, aquel que reza en el escudo de la UNAM, y de Juan Pérez Jolote, pasamos a ser el Juan Diego, siempre el último después del último...
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