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el periodico de saltillo
Julio 2016
Edición No. 329


La reforma laboral en México

Salvador Alcázar Aguilar.

Nos la impusieron y no dijimos nada. Recuerdo una famosa frase que se le atribuye a Bertold Brecht que decía más o menos así:

Cuando los nazis vinieron por los comunistas, no protesté porque yo no era comunista;
cuando vinieron por los gitanos, no dije nada porque no era gitano;
cuando se llevaron a los judíos, tampoco hablé porque no era judío;
Cuando me llevaron a mí, nadie dijo nada porque ya no había quien protestara.

Cuando apareció la Reforma Laboral neoliberal del PAN de la mano de la iniciativa privada, o sea a modo, el guadalupano Carlos Abascal se impuso con voz de trueno siendo secretario de Trabajo y Previsión Social.

No hubo tiempo de montar en su caballo, pues falleció pero dejó la consigna de luchar por la patria a los políticos que ni tardos ni perezosos, después de desdeñarla la revisaron bien -eso es un decir- la rasuraron y la hicieron suya PRI, PAN, PRD y todos la aprobaron de facto con el voto de los partiditos satélites levanta dedos del sistema político mexicano.

Aprobada, la disciplina paga; la CTM y la CROC se opusieron, pero sólo de dientes para afuera, porque nuestros políticos votan en bloque y “comprometidos con México”.

Ellos saben, y lo saben bien, que desde los tiempos de Miguel de la Madrid los tecnócratas iniciaron el desmantelamiento y desaparición del sindicalismo en México, pues el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional así lo sugirió junto con el gran capital.

No fue casual que al encarcelar a Joaquín Hernández Galicia “La Quina” sometieron al sindicato de petroleros y se adueñaron totalmente de Pemex. Vicente Fox incorporó al Suterm al corporativismo sindical, luego Felipe Calderón mandó a un puñado de valientes soldados del ejército mexicano -bien armados- que a punta de bayonetas y macanas sacaron a los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas en la madrugada. La verdad, no era nada personal, era contra el sindicalismo en México. La élite política ni se inmutó ni protestó, porque dijo el presidente que estos trabajadores estorbaban . Así ni petroleros, ni electricistas, ni los divididos mineros, ni la CTM ni la CROC, hicieron nada.

Cuando vinieron por Elba Esther Gordillo, la verdad no iban por ella, fueron por el poderoso sindicato de los profesores, y muchos de ellos aplaudieron la acción, porque ya era demasiada vanidad y cinismo. Pusieron un pelele a modo, perdón un héroe, porque muchos aplaudieron ese acto de cobardía… perdón de valentía. A la CNTE le convenía que le quitaran poder al SNTE, después del manotazo pensaron para sí: a nosotros nunca nos va a pasar eso… porque somos combativos.

La CNTE, máxima creación del gobierno federal

Con embutes y prebendas es como corrompe el gobierno, y tan solo por eso llegaron a tener treinta mil profesores bien pagados, muchos de los cuales nunca conocieron un pizarrón o un gis, pero comisionados para agredir a los propios profesores, como porros dispuestos a agredir a su gremio, a su estado y a su país.

Cuando les aplicaron la Reforma Laboral, perdón Educativa, papa gobierno les quita los privilegios y les cuentó las faltas de asistencia, eso de plano no les gustó; y no contento con eso, el gobierno les cerró el chorro de dinero que por carretadas les llegaba a su organización.

Es esta una Reforma Educativa… perdón Laboral, que impulsaron Fox y Calderón, pero no la aprobaron por miedo a los costos políticos. Peña Nieto, por su parte, dice que hoy estamos mejor; que tenemos más oportunidades: de un primer trabajo por horas, sin compromiso para el patrón, sin prestaciones laborales ni servicios de salud, educación, vivienda, ahorro, liquidación, jubilación o finiquito. Tampoco tendrán derecho de huelga o pago de salarios caídos por más de un año… Pero tenemos Afores, un negocio privado que cuida el dinero de los trabajadores… y así todos ganan.

Hoy es pan de cada día corridos y despedidos al por mayor. En Pemex, CFE y dependencias del gobierno federal. Estos despidos injustificados son sólo para adelgazar la nómina que ellos mismos engordaron.

Si acaso usted es uno de los que se tomaron foto con los líderes sindicales, por favor consérvela en buen estado, pues puede llegar a valer mucho como algo de la prehistoria, o puede guardarla como un recuerdo del Big Bang antes del sindicalismo.

 
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