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el periodico de saltillo
Julio 2016
Edición No. 329


Los vicios crónicos y la quiebra del IMSS

Augusto Hugo Peña Delgadillo.

Mikel Arriola Peñalosa, director general del IMSS y amigo íntimo de Carlos Salinas, justifica
la quiebra del IMSS a males crónicos. Los males son la colusión de funcionarios y políticos con
empresarios. Por lo mismo no es extraño -aunque conociendo a Peña Nieto esto se esperaba-
que él, bajo la presión de los empresarios cómplices del saqueo del país, vete la ley 3 de 3.

 

El IMSS tiene problemas graves, pero no es porque existan males crónicos sino vicios crónicos por la colusión de ciertos empresarios deshonestos con políticos y funcionarios públicos deshonestos. Los males provienen pues de deshonestidades. La más común y es la que tiene postrado al IMSS con el gasto corriente y con una deuda por pensiones que según Mikel Arriola es de dos billones de pesos (dos millones de millones de pesos) es, la generada por el contubernio entre autoridades de Hacienda, del IMSS y la clase patronal. Esta última tiene registrados a sus trabajadores -60% de ellos- con sueldos y salarios menores de los que realmente les pagan, hiriendo de muerte al IMSS que recibe cuotas muy por debajo de las que debería recibir.

También el Infonavit y otras dependencias, debido a este pago que evaden y eluden los patrones, son afectadas al igual que los trabajadores mismos, porque su ahorro para el retiro está siendo afectado por la deshonestidad de los políticos y funcionarios públicos que acuerdan subrepticia y deshonestamente con la clase patronal, para robar al fisco, al Infonavit, al IMSS y sobre todo a los trabajadores.
Entonces Mikel Arriola, el actual director del IMSS tiene la clave para que el Instituto reciba más dinero y pueda cubrir el gasto corriente y además, recuperarse de la deuda pavorosa de las pensiones para el retiro de los trabajadores.

No son entonces males crónicos sino deshonestidades que quedan impunes cronológica-mente debido a que los patrones y el gobierno son deshonestos, evaden y eluden sus responsabi- lidades fiscales, y con sus trabajadores. Así dejan en el desamparo al trabajador, al IMSS, al Issste e Infonavit. Y por supuesto al erario que deja de recibir sumas importantes de IVA e ISR, que el patrón se roba.

El empresario roba al fisco de mil maneras, la más socorrida y en la que participan los grandes empresarios y no pocos PYMES, es la que se da cuando le es otorgado un contrato de obra del gobierno al empresario o cuando se le compran productos de toda índole para abastecer las necesidades de las instituciones, como la compra de medicinas -por poner solo un ejemplo- para el abastecimiento del IMSS e Issste.

En estas operaciones los políticos y funcionarios públicos coludidos con industriales y comerciantes, roban miles de millones de pesos del erario. Por eso mismo se ha tratado de implementar una ley anti corrupción como la 3 de 3, la que se aprobó hace días y en ella se incluyó -como debe de ser- obligar por esta misma ley a los empresarios al igual que a los funcionarios públicos para que manifiesten sus haberes.

¿Y qué creen? Peña Nieto presionado por la Coparmex, por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y sobre todo por los 50 hombres más ricos de entre las filas del CCE, entre las que podemos encontrar nombres como Eduardo Tricio Haro de Leche Lala, a Alberto Bailleres de Peñoles, a Germán Larrea de Grupo México y a Ricardo Martín Bringas de Soriana, etc., etc., vetó dicha ley.

Vetar la ley 3 de 3 para proteger a los cómplices de los políticos y funcionarios públicos en los cuantiosos robos que perpetran al erario, es exactamente lo mismo que abogar porque siga la corrupción, porque continue el delito del que hablamos y que se da entre políticos y funcionarios públicos que entran en contubernio con empresarios para robar al país, vía compras, obras, empréstitos y otras modalidades.
Eso exactamente es lo que ha hecho Peña Nieto al vetar la ley 3 de 3 que implicaba también a empresarios, encubrir con el manto de la impunidad a empresarios rateros es encubrir a políticos y funcionarios públicos ladrones. Esta es la única lectura que le doy a este veto inmoral y tramposo, que deja impunes a unos para que roben y a otros no.

Sin embargo, al dejar en la impunidad a los empresarios, al mismo tiempo se protege a los políticos y funcionarios públicos deshonestos que se coludieron con ellos para robar a la nación. Para eso y no para más, me gustaba Peña Nieto. Como encubridor de rateros. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?

ah.pd@hotmail.com

 
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