Mirando a fondo

Desgaste de Peña Nieto

Víctor González Avelar.

ENTRADA.- ¿Qué hay tras el larguísimo conflicto laboral de los maestros pertenecientes a la CNTE? ¿Qué pretenden, que buscan o hasta donde quieren llegar? No hay duda de que tratan de desacreditar la reforma educativa promovida por todos los partidos políticos y auspiciada por el presidente Peña Nieto. La impugnación proviene de un pequeño grupo de maestros, que finalmente no son nada más que empleados al servicio del estado que pretenden derogar una norma constitucional por sus propios pantalones.

La ley que tanto les duele ha logrado terminar y acotar los ilegales e indebidos privilegios de que gozaban los maestros del SNTE y la CNTE. Se trata de una norma que removió hasta sus mismas entrañas el mundo de privilegios que existían en favor de los maestros y que tantos millones de millones de pesos costaban al país.

SOPA.- El origen de todo aquello deviene de que en cada revisión del contrato colectivo de los mentores, estos fueron imponiendo al gobierno federal y también de los estados, una serie de ilegales prerrogativas nacidas al amparo del viejo sistema político corporativo mexicano, y que cada año aumentaban en aras de mantenerlos tranquilos y satisfechos.

Ese mismo sistema se estableció para los trabajadores al servicio de las empresas descentralizadas tales como los sindicatos de ferrocarrileros, de la Comisión Federal de Electricidad, de Petróleos Mexicanos o de la desparecida Compañía de Luz y Fuerza del Centro, entre otras.

PLATO FUERTE.- Como hemos visto durante estos dos últimos años, grupos minoritarios han venido oponiéndose con férrea tenacidad a la pérdida de sus ilegales privilegios y aplicación de la reforma educativa. Con movilizaciones permanentemente por todo el país, muy especialmente en los estados de Oaxaca, Chiapas y Michoacán, los maestros han paralizado (sin ser realmente la mayoría sindical), los servicios de la educación pública y dejado a millones de niños sin clases.

Estos paros, marchas y bloqueos de las vías públicas por parte de algunos maestros, han tenido entre otras consecuencias, el deterioro en la imagen del Presidente Peña Nieto y su gobierno.

Decía Nicolás Maquiavelo, un estudioso de la conducta humana y del poder de los príncipes, que no existe asunto más difícil en la vida de un gobernante como promulgar leyes que quiten privilegios a determinados sectores por una razón toral: Los beneficiados con esas leyes nunca manifestarán su conformidad o pleno apoyo al Príncipe a quien dejarán solo con sus reformas; sin embargo, los privados de sus privilegios por la nueva ley la atacarán e impugnarán.

Igual suerte ha corrido con las otras reformas estructurales que promovió. En todos esos casos el presidente ha tenido que pagar un muy alto costo político, no así el reconocimiento de la población beneficiada con las propias reformas.

Han sido dos actos de sospechosa corrupción de la familia presidencial y otro de su secretario de hacienda, para que Peña Nieto perdiera la confianza de sus gobernados y lo hayan colocado en una tan bajísima calificación de aceptación como presidente del país. Paradójicamente los que no se han desgastado son los líderes.

Es igualmente lamentable el caso Ayotzinapa, (en donde él no tiene absolutamente nada que ver), que ha servido para devaluar su régimen y golpearlo inmisericordemente al interior y exterior del país. ¡Hasta la ONU ha intervenido en tan manoseado caso!

POSTRE.- Aunque la buena noticia para el país es la acertada intervención del Secretario de Educación Pública Aurelio Nuño en el conflicto. Ha sabido fajarse los pantalones frente a los disidentes faltistas, pero también con los politécnicos de las vocacionales en un paro loco que según los que saben de esto, fue promovido por el mismísimo “Peje” que buscaba darle una caladita al Secretario.

DIGESTIVO.- Toda implementación de una reforma es difícil y desgasta a su promotor, de ahí que habríamos de reconocer la voluntad política de Peña Nieto para aceptar y pagar el costo político que aquellas implican.