La “nueva” fuerza policiaca

JABA.

Fue el pasado 10 de marzo cuando el gobernador presentó la nueva corporación, Fuerza Coahuila, en un evento donde se tiró la casa por la ventana, presentando todos sus elementos, sus armas, unidades de traslado, incluido un helicóptero, la Banda de Música del Estado y hasta un grupo de liderezas que se encargaron de vitorear al gobernador a su llegada al lugar.

Fue también aquél día de clima imposible, cuando amaneció Zapalinamé nevado y una lluvia inclemente azotaba a la ciudad… ¿mal augurio?

En ese discurso, el gobernador se encargó de satanizar a los que toman alcohol a deshoras y a los marihuanos; hizo alusión al gobierno federal anterior -panista-, culpándolo de la violencia y el crimen organizado; dijo que Coahuila requería mayor seguridad.

Días pasaron, y con ellos la acumulación de acusaciones por homicidio, abuso de autoridad, violación a los derechos humanos, allanamientos, intimidación y más. Diversos sectores de la población ya han denunciado que Fuerza Coahuila tiene un mando voluntarioso, que se llevan acciones arbitrarias y fuera de la ley.

En aquel evento donde el gobernador anunció la nueva corporación, se dijo que dicho grupo táctico estaba al servicio de la ciudadanía y que su misión era mantener la paz y el orden social. Sin embargo, en la cotidiana realidad ha sido lo contrario.

En este contexto surgen preguntas relevantes: los dineros, ¿cuáles fueron los beneficiarios del gasto que representa? Se anunció desde el año pasado que la primera inversión sería de 50 millones de pesos, pero no se sabe quiénes fueron los proveedores beneficiados. ¿Cuáles son las facultades, alcances y limitaciones de la corporación?, pues parece que tienen permiso de hacer lo que quieran.

En relación a su agenda, se les ve involucrados, tanto en retenes carreteros, abatimientos de presuntos delincuentes, embargos, redadas en bares y restaurantes… ¿En verdad es necesario un grupo de tácticas especiales para acompañar a Protección Civil en sus labores de supervisión de reglamentos?

Ahora se han anunciado nuevas inversiones para esta corporación, mientras se reducen los presupuestos para la Secretaría de Cultura, en específico para el festival anual de música; mientras hay un plantón de maestros de la UAAAN y la UAdeC por el robo de los dineros destinados a pensiones.

Abuso, intimidación y violencia excesiva son algunos calificativos de las personas, al referirse a Fuerza Coahuila, usando esta fuerza incluso para fines recaudatorios, como el retiro de autos con adeudos en placas.

¿Está Fuerza Coahuila para cuidar por el bienestar de la sociedad o está para que gobiernos impongan sus agendas y dinámicas de convivencia social?, ¿Es necesario cambiarle el nombre a lo mismo -GATES-, solo para justificar más gasto en materia de seguridad? Con el pretexto del “monstruoso” narcotráfico -un enemigo abstracto e indefinido-, Fuerza Coahuila se ha permitido imponer su propia ley, adjudicando su conducta violenta y antisocial, justamente para preservar la paz social; una paradoja absurda.