Elecciones en la UAdeC, pasadas y futuras
José Luis Carrillo Hernández.
La elección de Blas José Flores como can- didato único fue el resultado de una negociación no de universitarios sino de externos o similares. Heredero de la dinastía del ITESM logró conservar por tres años más los privilegios que guarda la administración central de la UAdeC. El pretexto: evitar riesgos, desprendimientos, posibles disensos y lograr una candidatura priista de unidad, ante un panorama electoral donde los patricios caciquiles desplazados y no tan desplazados por el actual grupo en el poder estatal, aceitan en lo obscurito un Frankestein independiente con cabeza de priista, brazos y pecho panista y pies y piernas perredistas, los hemos visto a todos juntos en cumpleaños y bodas convertidas en pasarela política y round de sombra, antes del inicio de la pelea final, la elección de gobernador.
Y aunque faltan varios eventos por venir y definir, como la elección del próximo 5 junio en distintas entidades donde se podrá medir con mayor precisión la tendencia de los independientes como una moda electoral. Sabemos que ésto sólo importa a los partidos políticos y más al partido en el poder, pues será un termómetro e indicador de ciertos escenarios que obliguen a más negociación o más concesiones ante la necesidad del PRI y sus facciones de presentarse monolíticamente con su ungido en la elección de 2017.
Disidentes que jamás fueron intuidos ni imaginados, mucho menos deseados. Sin embargo en la cerrazón y la ceguera, la cúpula universitaria hacía sus cuentas, muy alegres, sabían que la Unidad Torreón era y es enteramente institucional y disciplinada, salvo honrosas excepciones. Que la Unidad Norte, desarticulada geográficamente, era y es fácil de controlar.
En la Unidad Saltillo la historia es otra, el asunto no quedó resuelto con la elección de rector, porque afloró un número importantísimo de disidentes, pues luego de tres décadas de ejercicios feudales y caciquiles llegaron a su agotamiento, se extinguieron, perdieron su base docente y administrativa, como es el caso de los Braham, entre otros, cuya fortaleza fue Ciencias Químicas, donde fracasaron lastimosamente pues ganó la opción de nuevas elecciones, sin embargo ese no es el único pecadillo, pues también recientemente perdieron la dirección de esa prestigiosa Facultad en un referéndum que demandaron los alumnos estatutariamente.
Uno de ellos, Edgar, ya fue director de Asuntos Académicos y actuó como coordinador de campaña y el otro, Rubén, tiene entre sus haberes -gracias a la bendición oficial- de ser ex líder sindical, ex director de la Facultad de Ciencias Químicas, actual coordinador de la Unidad Saltillo y candidato auto destapado para el mismo puesto. Ellos ya habían hecho sus cuentas, al más puro estilo partidista como si las escuelas y facultades fueran colonias, sin embargo en la Universidad no hay programas sociales y los pronósticos les fallaron. Le fallaron a su mecenas, pero a ciencia cierta no se sabe a quién sirven si al de la torre de Rectoría o al del palacio del Congreso estatal.
Se informó al principio de la eleción para rector que la Universidad tiene un total de 36 mil electores alumnos y 3,000 docentes, los que hacen un universo de 39 mil electores, y aunque las cifras son muy confusas y demasiado escasas, al final del proceso electoral se dio la cifra de 37,500 universitarios con derecho a votar lo que hace una diferencia de 1,500 electores.
Considerando un padrón de 37,112 electores como dato más real, según nos dijeron votaron 29,660 (el 79 % del padrón), de éstos correspondieron a Blas José 23,971 y 5,688 votaron por nuevas elecciones, en porcentajes de 80.82% y 19.18%, pero como la opacidad en la información no nos permite acceder a los resultados, ésto son especulaciones, pues el número de votos nulos no los pudimos conseguir, lo que pone en duda los resultados.
Saltillo tiene un padrón de 17,300 electores, de los cuales -según dicen- votaron 13,255 (76%) y 3,674 por nuevas elecciones, le restan 401 votos que serían los nulos, que sumados al anterior hacen 4,075 votos contrarios o que no simpatizaron con el candidato único, suma altísima pues viene de una serie de escuelas donde las elecciones de director fueron ganadas por docentes que llegaron sin la bendición oficial del rector, lo que los liberó de todo compromiso político real.
La ausencia de un verdadero liderazgo y un verdadero ejercicio político que involucrara a todas la partes, es la muestra también de la falta de un verdadero proyecto universitario, pues el rector se ha rodeado -o lo han rodeado- de un montón de inútiles oportunistas que gozan de grandes salarios y que aportan menos que un intendente, mientras que los docentes son desplazados por esta caterva de burócratas.
El rector nunca tuvo quien le operara políticamente la Universidad, los viejos cuadros de sus padrinos ex rectores estaban anquilosados, oxidados, decrépitos y corrompidos, muy alejados de la base universitaria, de sus espacios y de su gente, aislados en su torre, la de Rectoría y la que le construyeron los responsables de estos reveladores resultados, pues hay que recordar que Blas José Flores no tuvo contrincante.
Por el mes de noviembre viene un nuevo proceso electoral en la UAdeC, la elección del coordinador de la Unidad Saltillo, la situación es delicada con ocho escuelas perdidas porque la línea no operó, con un resultado que no es dado a conocer tal vez por temor a exhibirse.
Sin embargo los universitarios dieron una muestra digna de tomarse en cuenta, la autoridad está desarticulada, cuestionada seriamente con votos de castigo, los universitarios están al punto del hartazgo, la Unidad Saltillo está en crisis y si les repiten otra vez la misma fórmula de candidato único en las nuevas elecciones, seguramente el resultado será peor o similar. |