Quienes contaminan el agua también están atrás de su
privatización

Augusto Hugo Peña Delgadillo.

Es un hecho que varios municipios en diferentes estados de la república han privatizado el agua potable; las razones no son muchas. Una es que a los alcaldes y sus cómplices se les plantea un jugoso negocio en el que ellos serán beneficiados en lo particular, “prometiéndoles” que se harán grandes inversiones en la infraestructura para mejorar el servicio y hacer llegar el agua a los hogares de forma expedita y a costos más bajos para los consumidores, cuestiones ambas, de absoluta falsedad. Este panorama sobre la privatización de los servicios del agua potable en el mundo y en México por supuesto, obedece a lo siguiente:

A.- A que el agua es hoy en día mejor negocio que el petróleo y de ahí que los grandes financieros (Morgan Stanley, City Group, Merrill Lynch y otros más) por ser judíos están mudando sus inversiones a Israel para el negocio del agua en lugar del petróleo y sus derivados.
B.- El negocio del agua es más limpio que el del petróleo y ofrece mayor hegemonía sobre la gente en lo particular y en lo global, y sobre las naciones, particularmente sobre los países que carecen del líquido vital o que lo tiene de manera limitada.

C.- Que el agua potable como los alimentos, las armas, los energéticos, entre ellos el uranio, los metales y las finanzas, son parte sustantiva de la política global para que EEUU y sus cómplices o aliados continúen manteniendo la fuerza hegemónica necesaria para dominar la política global, y de ello se deriva la política de la privatización del agua potable en los países como el nuestro, que no es socio ni aliado de EEUU sino un cliente muy susceptible de ser expoliado.

D.- Ciñéndonos en particularidades como el agua potable en La Laguna de Coahuila, no debemos olvidar que el alcalde anterior, Eduardo Olmos y seguramente por órdenes de Humberto Moreira en principio, y luego por Rubén Moreira, SIMAS, el sistema de agua potable estuvo en manos de cuates del sistema político, Jesús Campos entre ellos, y lo único que hicieron fue enriquecerse a costa del municipio y no se hizo nada para garantizar que esa agua potable que distribuyeron, no tuviese los altos índices de arsénico que todavía hoy marzo del 2016 contiene, y este nuevo alcalde que ya se siente el próximo gobernador de Coahuila, no sabe, no quiere o no le interesa lograr que el agua potable sea bebible sin riesgos de cánceres al consumidor.

Pero no… La poca información pública con un sentido restringido y mal intencionado sobre la calidad del agua que los laguneros bebemos, no está en manos solamente del alcalde, Rubén Moreira la restringe, y los medios -TV, Periódicos y Radio- la ocultan con $u$ complicidades.

Antes de desplomarse el precio del petróleo, Rogelio Montemayor se asoció con Rubén Moreira en una A. C. (Asociación Civil) para llevar a cabo una organización que controlase la producción de Gas Shale en base al sistema fracking consistente en demoler el subsuelo rocoso utilizando hasta 80 millones de litros de agua por cada pozo, y además, inyectar sustancias contaminantes a los mantos freáticos. Lo que es un hecho, es que Rogelio Montemayor y Rubén Moreira son piezas menores en este negocio; los principales socios son Germán Larrea, Alberto Bailleres, Ancira el de Altos Hornos, Carlos Salinas su socio y otros pocos. Lo bueno es que este negocio les va a dejar mucho dinero a los mencionados asociados y lo malo es que los habitantes de Coahuila, sobre todo de La Laguna y de la zona carbonífera (Monclova, Sabinas, Rosita, etc.,) vamos a tragar más veneno vía las aguas contaminadas que consumiremos, y ello hará más viable que la ONU y las trasnacionales intervengan, y con eso, los sistemas distributivos de agua potable sean privatizados, cuestión que poco favorecerá a los ciudadanos que la consumen, y eso es que ellos, en todas las instancias son los verdaderos dueños del vital líquido. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?

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