Mirando a fondo
Narco corridos
Víctor González Avelar.
Entrada.- Parte de la conducta de los miembros de una sociedad es formada muy especialmente por lo que ve, lee o escucha. Si un integrante del grupo social desde sus primeros años de existencia va conociendo la comisión de delitos y que éstos no son castigados, forzosamente se formará en su conciencia el concepto de que la impunidad reina y es parte misma de su sociedad. Pero si ese menaje se hace repetitivo en los medios con los que tiene contacto aquel sujeto durante los años de su desarrollo, aquella percepción llegará a formar parte de la cultura de ese individuo.
Sopa.- Todo esto viene a colación con motivo de la proliferación y popularidad de una serie de corridos que hacen una peligrosa apología de los delitos, conductas y forma de vida de los narcotraficantes o de aquellos que forman parte del crimen organizado.
Plato fuerte.- Y es que el horno no está para bollos. El país se ha visto inmerso en inacabable guerra en contra del tráfico y producción de estupefacientes, que a la fecha ha dejado más de 60 mil víctimas. Como la yerba mala, a la detención de un capo surge otro de inmediato que va a surtir la demanda del mercado, especialmente de los drogadictos norteamericanos, que se dice suman ya más de 30 millones de seres.
A lo anterior, se suma una nueva expresión popular manifestada principalmente en los llamados narcocorridos que ejecutan nuevas y conocidas “bandas norteñas”. Por desgracia este tipo de música y especialmente sus letras, han venido penetrando en el imaginario colectivo, especialmente de clases populares, que como consecuencia de ello, van reconociendo las conductas de los personajes del crimen como cosa natural, admisible, permisible y hasta admirable.
Nuestras leyes han tipificado este tipo de conductas en el artículo 208 del Código Penal Federal que dice: “Artículo 208.- Al que provoque publicamente a cometer un delito, o haga apología de éste o de algún vicio, se le aplicarán de diez a ciento ochenta jornadas de trabajo en favor de la comunidad, si el delito no se ejecutare; en caso contrario se aplicará al provocador la sanción que le corresponda por su participación en el delito cometido”.
Ahora bien, qué se entiende por apología: Es un discurso mediante el cual se alaba, defiende o justifica a alguien o algo generalmente de forma encendida o vehemente. Alabanza, defensa o justificación generalmente encendida o vehemente de alguien o algo.
Los corridos del narco no ayudan en nada a restablecer la paz en nuestra sociedad, por el contrario, festinan los éxitos de los narcos, su riqueza y el modo espléndido como pueden vivir siendo criminales. Contienen una importante carga de violencia y de admiración por la vida criminal y nada de esto puede contribuir a mejorar la paz en nuestra sociedad.
No se trata de restringir las libertades de expresión ni las ideas, se trata de que las ideas que conlleven a la admisión tácita de la violencia, a la apología de los delitos o la exaltación de quienes los cometen se sujeten a la norma penal relacionada.
Ojalá y los medios muy especialmente la radio y la televisión que tan preocupados se dicen por la violencia que abate a nuestro país, reconsideraran la trasmisión de ese tipo de corridos apologistas que en nada ayudan, pero que sin embargo si posicionan como cosa normal, admirable o tolerable de conductas delictivas que tanto daño y muerte han causado a nuestro abatido país.
Postre.- Serían muy bienvenidos corridos que señalen y descalifiquen la vida narco. Esos sí podría ayudar a la paz en nuestro estado.
Nota.- La conducta de algunos chilangos de ir a festejar en el Monumento a la Independencia el Oscar de Leonardo de Caprio, es verdaderamente materia de un profundísimo análisis psiquiátrico. |