La otra realidad de
Humberto Moreira
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Instalado en humbertolandia, Humberto Moreira Valdés no se ha
dado cuenta que todo mundo está convencido del gran saqueo que perpetró
al erario de Coahuila con la cómplicidad de su padilla de corruptos y buenos
para nada, muchos de los cuales aún se encuentran medrando en las nóminas
oficiales. Humberto dice que la gente lo quiere, seguramente porque les dio
dádivas o les permitió saquear el erario durante los cinco años que duró su
conspiración para enriquecerse y empobrecer a Coahuila.
Luego de la comedia de su aprehensión en España, ya nadie duda en
México, salvo la gente que ama a Humberto, que el ex gobernador de
Coahuila está protegido desde Los Pinos, desde donde Enrique Peña Nieto
ha desplegado su manto protector para el corrupto y desmemoriado
Humberto Moreira, quien olvidando sus saqueos, está convencido que sus
acusadores han dañado seriamente su inmnaculado honor. Flores Tapia,
con quien gusta compararse Humberto, nunca aludió a su honor cuando fue
acusado de enriquecimiento inexplicable. Sabía que eran palabras mayores.
Esta amnésica actitud ha provocado que Humberto no logre ubicarse
en su realidad y siga creyendo que engañó a todo el mundo. Precisamente
cuando cerrábamos la presente edición, se informó que uno de sus
inumerables socios en el saqueo de Coahuila, Rolando González Treviño,
se encuentra en libertad condicional por cinco años luego de que la “justicia”
norteamericana le quitará dos millones de dólares (ladrón que roba a
ladrón...) de su riqueza malhabida, algo así como 36 millones de pesos.
También es cierto que los coahuilenses, los que no están afiliados a
los programas asistenciales del gobierno, conocen a muchos de los ladrones
que integraron el gobierno humbertista y que se enriquecieron a la sombra
del poder, muchos -insisto en mi prédica en el desierto- aún siguen pegados
a la ubre presupuestal, a las nóminas gubernamentales, y siguen haciendo
de las suyas, pues parece que no han llenado de robar.
A Humberto Moreira le falta mucho para que sus aciagos días
terminen. Falta que se den los nombres de las decenas de corruptos que se
enriquecieron con su anuencia. Aún no se dice nada sobre el enorme saqueo
que sufrieron muchas de las instituciones de Coahuila, como las universidades
estatales y las pensiones.
Aún no se sabe cuánto dinero le dio Felipe Calderón al gobierno
humbertista, por los excedentes petroleros. Todavía no se dan a conocer a
los prestanombres que “administran” las radiodifusoras, canales de televisión
y periódicos impresos que forman parte de las inversiones a donde fueron
a parar parte de los enormes recursos saqueados. Falta saber cuánto recibió
Enrique Peña Nieto de ese dinero robado a los coahuilenses para su campaña
presidencial, pues hay quienes aseguran que fueron entre 10 y 15 mil millones
de pesos, cuando menos para saber cuánto costó la presidencia del PRI. |