Democracia social participativa

Luis Fernando Hernández González.

Los partidos políticos son un referente del sentido teórico sobre los cuales se desea una participación perceptiva de la sociedad, al configurar distintivos esquemas ideológicos sobre acciones, compromisos, planes, objetivos y metas, que bajo sus trazos de alineamiento ofertan en su marco de visión, sobre los cuales se pretenden inducir y conducir al mayor número de integrantes del conjunto social.

En México muchos de los partidos políticos existentes, como lo dijeran los revolucionarios europeos: son sólo tigres de papel, fundamentan sus plataformas de difusión en el solo hecho de los espacios en medios informativos que les brindan las prerrogativas pautadas que el mismo Instituto Nacional Electoral les otorga, conforme a su asignación natural por el solo hecho de estar constituidos en opciones de carácter electoral, otro sentido con el que obtienen este tipo de espacios publicitarios, es aquel que por porcentaje les brinda el número de sufragios que obtuvieron de su competencia electoral sea ésta federal o estatal.

El artículo 41 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, establece en su primer inciso que los partidos políticos son entidades de interés público, además que los partidos políticos tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, contribuir a la integración de la representación nacional y como organizaciones de los ciudadanos, hacer posible el acceso de éstos al ejercicio del poder público, de acuerdo con los programas, principios e ideas que postulen y mediante el sufragio universal, libre, secreto y directo. Con el fin de lograr la superación en todos los sentidos de la base social, al presentarle alternativas, esquemas y proyectos de adelanto general a la misma sociedad.

Situación que contrasta en el comportamiento ordinario que tienen en sus quehaceres algunas de estas organizaciones políticas, al actuar de forma ordinaria frente a la coyuntura mediática y el escándalo enardecido, que utilizan con un sentido eminentemente electorero, impropio al sentir que la misma ley les confiere, conforme a su responsabilidad social de ser impulsores de mejores condiciones de organización y de sentido de perfección general de la misma comunidad, así surgen los llamados partidos provocadores, que buscan como plataforma de sus acciones la irritación social, al ser eminentemente electoreros, compuestos por elementos delirantes y psicópatas con una actitud facciosa sobre todo lo que esté contrario a ellos en sus intereses.

Existen otras organizaciones políticas por el contrario que trabajan cercanos a la población y sobre todo apoyando a quien más lo requiere y los necesita, identificándose en sus demandas, planteando políticas públicas de amplia visión social, identificándose y atendiendo los 365 días del año a sus militantes y en general a la sociedad, haciendo de su ejercicio un procedimiento de unión solidaria que plantee alternativas de identidad y superación colectiva, que su esfuerzo lo traducen a la búsqueda permanente de nuevos y mejores valores que dé impulso a una mejor y superior sociedad, en la búsqueda del bienestar y la felicidad como hoy en día lo plantean los organismos internacionales con base a los derechos humanos que todos privilegian.

Por esa razón cuando hablamos de México, de cualquier entidad de la república o particularmente de Coahuila, es indispensable clarificarnos como ciudadanos nuestra voluntad electoral, que nos ayude a propiciar e impulsar un establecimiento de un orden social incluyente, un sentido económico distributivo, un desarrollo productivo regional y sustentable, un mayor y mejor abanico de oportunidades de realización para los jóvenes, en el que se acredite la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, en donde prevalezca la seguridad y certeza jurídica en relación al trabajo y a las oportunidades en las distintas actividades de su desempeño, a una justa remuneración, a una vivienda digna, en donde despunte la salud, la previsión social, la educación y la seguridad, sin discriminaciones de ninguna especie.

Ese es el México y el Coahuila que se busca mediante la política, esa es la oportunidad para seguir creciendo como nación y como entidad, como sociedad democrática participativa y como sociedad demandante que espera visión y responsabilidad de la política y sus actores.