La UAdeC y la rebelión electoral
José Luis Carrillo Hernández.
Un triunfo de la apatía y no de la empatía es el triunfo de Blas José Flores en la elección donde compitió en una boleta electoral en el que aparecía su nombre y el de nuevas elecciones. Proceso donde el candidato gana con un poco más del 80% contra un poco menos del 20% que votó por nuevas elecciones.
Estas cifras parecieran ser normales en proporción a la presencia de una sola candidatura que no tenía más rival que competir contra nuevas elecciones, sin embargo no es así, ese 20 % tiene distintas lecturas que deberían llamar la atención a los que con sus decisiones obligaron estos resultados y comprendan la respuesta de una comunidad de jóvenes universitarios, desligados totalmente de la política y sus vínculos con los grupos que tras bambalinas se reparten anticipadamente las posiciones y feudos ante la eventual posibilidad de un desmembramiento de la militancia priista ante el eminente proceso electoral y competencia por la gubernatura del estado, ante la futura oferta de candidaturas auspiciadas por los patricios priistas o grupos hegemónicos, en la que caben hasta los seudo independientes, ex priistas del PRI de los Moreira pero no del PRI de los patricios caciques.
Desde el Registro de Blas José la falta de convocatoria fue evidente pues sólo las porras del Ateneo Fuente y la prepa diurna Mariano Narváez se escuchaba, ya que los contingentes clásicos en parvadas se redujeron a grupos de menos de 10 gentes y en algunos casos me parecen muchos.
Sin embargo fue el Discurso vacío, carente de propuestas y lleno de halagos lo que dominó en los oradores designados en representación de los estudiantes que no estuvieron por ahí presentes. Los que asistieron permanecieron ajenos, distantes, como acudiendo más por disciplina al estilo priista que por empatía, parecía que había más funcionarios universitarios, de los cuales la mayoría no vota, triste favor le hicieron al candidato, al encapsularlo
El mensaje del candidato fue improvisado y muy corto sólo agradeció a los presente su asistencia. Iniciando así su campaña, no dijo nada más. Sin embargo fue la ocasión para que Rubén García Braham, micrófono en mano y a pecho abierto se auto destapara como candidato para reelegirse como coordinador de la Unidad Saltillo. Y aunque las expresiones de apoyo y proselitismo de un funcionario universitario deberían estar al margen del proceso, ahí expresó abiertamente el apoyo de los universitarios de la Unidad Saltillo.
El resultado: ocho escuelas perdidas donde triunfo la opción nuevas elecciones, como Ciencias Químicas supuesta fortaleza de Rubén García y su primo Edgar Braham coordinador de campaña y corresponsables de estos desafortunados, pobrísimos y adversos resultados en las escuelas y facultades de la Unidad Saltillo.
Una reunión tuvo el candidato con estudiantes escogidos de cada una de las escuelas, cerca de cuatro horas los tuvieron en mesas de trabajo y plenarias donde discutieron e hicieron sus propuestas al candidato a rector, acompañados de alimentos chatarras, refrescos y un burrito por persona, los jóvenes universitarios salieron desilusionados, con hambre y con el deseo de convivir con el candidato.
Algunos de los asistentes comentaron: el candidato habló poco, no convivió y permaneció alejado de los alumnos, no hizo Clic, no logro conectarse, desde ahí los universitarios permanecerían alejados del proceso electoral, pues nada ni nadie los entusiasmó, sólo el tradicional control parcelario que de sus huestes estudiantiles hacen los directores de las escuelas para lograr un objetivo u otro, en este caso hacer que los chavos y chavas votaran por Blas José.
Los liderazgos naturales estudiantiles que se acercaron con el ánimo de participar permanecieron al margen del candidato, pues estaba cooptado ya por lo funcionarios beneficiados de su gestión, los que formaron una sólida e infranqueable barrera que impidió darse cuenta de lo que estaba pasando, no quisieron escuchar, sólo querían palabras de apoyo e incondicionalidad, los recorridos por los salones y recintos universitarios así fueron, flemáticos, grises y lerdos. Los universitarios, ausentes, no se sintieron incluidos, nadie se los hizo sentir, sólo unos cuantos estudiantes controlados por el grupo de los ocho directores fieles y comprometidos más con el proyecto del maximato universitario que del reelecto rector.
Sin embargo nadie ni nada pudo asegurar el control de los demás directores y sus huestes estudiantiles, pues la academia de directores está compuesta por un gran número de elementos que fueron electos sin el conceso y en contra de la alta burocracia universitaria o primer círculo del rector. En tres años de gestión el hoy reelecto rector jamás tendió lazos con la comunidad estudiantil ni docente, al contrario tuvo serios disensos en los procesos electorales que se desarrollaron precisamente en las escuelas donde votaron por nuevas elecciones, como fue en la Unidad Saltillo: Ciencias Químicas, Jurisprudencia, Ciencias de la Comunicación, Ciencias Sociales, Psicología, Medicina, Economía, además de Ciencias Políticas de la casi monolítica y disciplinada Unidad Torreón.
Llama la atención que son las escuelas de ciencias y las de sociales donde se pondera la razón, el pensamiento científico, analítico, histórico y crítico las escuelas donde ganó nuevas elecciones, de las demás escuelas preparatoria y profesionales los resultados, han sido restringidos, no son dados a conocer, se comenta de los escasos márgenes con los que ganó el rector, aun mas hay quienes comentan o sugieren, que hubo casos de votos ilegítimos.
Los universitarios saben que Blas José Flores no es un individuo mediático, pero también saben que no es un hombre de ciencias y lecturas, sin embargo la falta de un piso parejo y un verdadero ejercicio democrático le permite reelegirse con el apoyo de Las unidades Torreón y Norte donde la disciplina es más hacia el gobernador en turno que al grupo en el poder de la rectoría.
El control político y la paz universidad fue la oferta del grupo que controla a la UAdeC desde hace 21 años, frente a los tiempos electorales turbulentos que se avecinan, pero el resultado pone en serias dudas la capacidad de este grupo para responder a situaciones críticas y emergentes, la distancia entre universitarios y autoridades ha generado un vacío y un divorcio donde emergen grupos disidentes e inconformes que por falta de quien los liderara se manifestaron simple y llanamente en la secrecía del voto y en favor de nuevas elecciones.
El rector dice que atenderá a estas escuelas y facultades, sin embargo no tiene verdaderos operadores políticos, nunca los ha tenido y difícilmente hará lo que no hizo para su reelección. La política seguida por los rectores miembros del maximato es la de dejar de hacer y caer en el autoengaño, los resultados lo demuestran, los universitarios de Saltillo dieron una muestra bastante amplia de que las cosas no están como ellos creen.
Seguros estamos que nadie hizo campaña por nuevas elecciones, el rector y su equipo compitieron contra sí mismos, nunca han lograr consensos con trabajo y participación, durante los 21 años los universitarios han visto minada su democracia y autonomía. Víctima de las imposiciones, la academia se ha demeritado y la investigación es un mero acto demagógico que deja a la universidad al margen de la calidad y de su declaración de principios que le justifican y sustenta.
El rector ya enfrenta su primera prueba y primera crisis, y precisamente la elección del siempre gris pero muy bien pagado puesto de Coordinador de la Unidad Saltillo. Rubén García Braham ya dijo: “hay voy de nuevo”, la rebelión electoral ya explotó en ocho o nueve escuelas, las demás parecen ollas de presión que pudieran explotar en esa próxima elección, la situación es de cuidado, pues la garantía de control y paz universitaria que llevó a Blas a la reelección está seriamente cuestionada.
Sin embargo el Rector hoy por hoy tiene la oportunidad de reeditarse, de seguirse sacudiéndose esa vieja guardia heredada del servilismo y oportunismo que se ha anclado en torno al presupuesto universitario, hay nuevos cuadros que están esperando que voltee a verles, de lo contrario su inmovilismo será su sentencia, pues en el ajedrez de la sucesión ya pusieron a la UAdeC, y en Saltillo tiene su mayor debilidad, los resultados son lapidarios.
¡Hay una emergencia en la UAdeC llamando al Santo! |
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