Los salarios de hambre
impuestos por el PRI
Augusto Hugo Peña Delgadillo.
Todo mundo percibe y sufre los embates del mal gobierno, el que achaca nuestros males a cuestiones
venidas del exterior, sin embargo nuestros males son endógenos, la ineptitud, la corrupción y la
impunidad son las causas. ¿Cómo logró el gobierno llegar hasta el límite de la ineptitud?
El congreso de Coahuila, sobre todo, es la muestra fehaciente del problema. |
De los malos gobierno en los últimos 33 años, destaca como el peor, el actual con Peña Nieto al frente. En efecto, ya son demasiados los problemas que aquejan a los mexicanos, todos ellos derivan de los pésimos gobiernos que se impusieron a base de fraudes electorales.
En cinco sexenios, tres han sido fraudulentos en cuanto a los comicios y el peor ha sido éste, el de Enrique Peña Nieto, quien por todos los medios, a falta de inteligencia y a sobra de ineptitud y corrupción, ha intentado con reformas a la Constitución, con el ejército en las calles y con leyes secundarias, todas ellas tramposas, mantener el sistema político encabezado por el PRI, para el control de la ciudadanía y no para gobernar medianamente siquiera.
El salario de hambre impuesto como mínimo, es el más bajo en el mundo. En California el mínimo es de 15 dólares la hora, en México es de 51 centavos. Esto es lo que ha provocado la hambruna y la miseria inherente. Todo ello fue planeado desde el sexenio de Salinas de Gortari con el fin de hacer más competitivo al país ante china y otros países más productivos.
Lo único que se logró fue una macroeco- nomía ficticia, la que 82% de ella es extranjera. Por ello la pobreza se ha expandido por todo el país dejando una estela de miseria que ronda ya por el filo del hambre. Los ricos son más ricos y los pobres más en número y más miserables cada día.
Miserable el salario, tanto a más miserable que el presidente del PRI. Un tal Manlio Fabio Beltrones el mafioso. Quien dijo en Baja California que “gracias a Peña Nieto y el PRI”, el capital y la mano de obra coincidieron para garantizar sueldos honorables a los obreros y empleados” ¡Sueldos miserables y de hambre, debió haber dicho!
¿Cómo es que estos gobiernos han logrado mantener al país en la miseria tanto tiempo? ¡Fácil!... Controlando a los otros poderes. El judicial y el legislativo. A jueces y magistrados se les han otorgados salarios de 600 mil pesos mensuales. A los legisladores lo podemos contemplar a plenitud viendo lo que sucede en el Congreso de Coahuila. A continuación lo explico:
Los diputados en Coahuila tienen un salario bruto de 91,402.63 pesos mensuales; se les dan despensas por 1,900 pesos y más de 101 mil pesos de aguinaldo. Además por cada participación en sesiones y comités se les pagan 1,800 pesos, y otros 1,800 pesos por sesión ordinaria.
Estos pagos y otros han logrado que los legisladores en lugar de ver por sus representados -el pueblo- dediquen su trabajo en concentrarse por ganar dinero y no legislar. Sólo levantan la mano para no perder sus canonjías e ingresos, de ahí que los diputados se sumen a intereses y conveniencias del gobernador, en este caso de Rubén Moreira.
El esquema de pagos lo impuso Humberto Moreira para mantener prácticamente de sirvientes a los diputados, los que por ello, prefieren mantener su nicho de bienestar que servir al pueblo, por ello en Saltillo gritan: ¡Vivan, vivan los Moreira!
Este esquema de compra de diputados ha generado en Coahuila que la pandilla que gobierna tenga el control de la ciudadanía, comenzando por controlar a jueces, magistrados, legisladores y a otros funcionarios, incluyendo a los de derechos humanos, para “asegurar” la “transparencia”, cuestión inexistente.
Esto que sucede en Coahuila, acontece en otros estados en donde el PRI gobierna, y es, lo reitero, para que el sistema político podrido que gobierna, pueda extenderse en el tiempo y hacer cuasi eternos los padecimientos de la población.
A pesar de esto, el sentir de la gente está vivo en su inconformidad pero no encuentra una salida viable para deshacerse de estos pillos que gobiernan. Intentan impulsar a candidatos indepen- dientes para las siguientes elecciones.
Como respuesta, el PRI y otros partidos granujas tienen bajo su nómina otros candidatos de su partido disfrazados de independientes. ¿Qué hay que hacer? Lo ignoro pero ya habrá alguna forma de sacudirnos a esta caterva de maleantes, “rompiendo el sistema político podrido” que nos gobierna.
O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
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