La coalición de partidos:
¿Más de lo mismo?
Rigoberto Losoya Reyes.
| Que lance la primera piedra el partido que no ha sido corrupto… |
Durante la campaña política del licenciado José López Portillo a la presidencia de la república, el lema político se fundamentó en la frase “La solución somos todos”, sin embargo, dicho enunciado fue corrompido por la Vox pópuli y terminó como: “La corrupción somos todos”, como resultado de que la corrupción en el sistema político, ya formaba parte de la propia idiosincrasia mexicana.
La degradación política de los funcionarios fue tan familiar, tan normal que nos burlábamos hasta de nuestra propia desgracia.
No es una falacia que los partidos políticos han dejado de representar el interés del pueblo, de sus ciudadanos. Se han enfocado a luchar por sus propios intereses económicos, por vivir del sistema.
Las dietas de los Diputados tanto locales como federales son un insulto al pueblo, de la mayoría de la sociedad que sobrevive con tan escasos ingresos, que en ocasiones son víctimas de las campañas donde se regalan despensas a cambio del apoyo para un candidato.
Se aprecia en la actualidad un alejamiento del representante popular y sus representados, sus actos bochornosos en la Cámara legislativa y el apoyo a las iniciativas de Ley que agobian más al contribuyente, es un claro ejemplo de que su lealtad es totalmente institucional a su correspondiente partido político debiendo ser al interés de la comunidad que votó por ellos.
Definitivamente los tiempos han cambiado, ya no es fácil engañar a los ciudadanos quienes están cada día más informados a través de las redes sociales, quienes ya reclaman su emancipación de los grupos políticos que han monopolizado el poder y quienes se solapan unos a otros en sus corruptelas, dejando a sus municipios y estados en un endeudamiento que difícilmente promoverá el bienestar de la sociedad.
Una sociedad educada, difícilmente será engañada y razonará cada vez su voto, urge un cambio, sí, pero por candidatos honrados, leales a su pueblo, ajenos a las prebendas de sus partidos políticos.
Urge un cambio, sí, pero por políticos honrados y honestos. El problema es que… ¿Dónde están? |
