Petroglifos de La Puerta
Rufino Rodríguez Garza.
La Puerta fue un rancho que vio mejores épocas, aún se conservan ruinas de casas habitación y cuartos de adobe donde se guardaban herramientas de labranza. Se aprecian bordos para retener el agua, antiguas parcelas que fueron utilizadas para la siembra de maíz y frijol, y ahora todo en el abandono; el pozo se agotó, las lluvias se hicieron escasas y el rancho de temporal se acabó.
Todavía se ven los antiguos surcos y en las inmediaciones algunos árboles, mudos testigos de pasados esplendores, resisten el paso de tiempo.
En este momento, agosto, verano del presente año, todo, tanto el llano como el lomerío, están muy verde pues las lluvias en esta pasada canícula fueron “abundantes”.
Entendemos por canícula el período de 40 días en que la estrella del “Can Mayor” aparece en el cielo del norte en los meses de julio y agosto y que son por añadidura los días más calientes del año.
Muchos mitos y creencias además del temido calor acompaña a la canícula: Que las heridas no sanan en esta temporada, que no llueve y que la gente puede quedar inconsciente debido a las altas temperaturas, son sólo algunas de las creencias de nuestros antepasados y algunos campesinos, por el inicio de esta temporada, pero en esta ocasión fue una canícula llovedora, generosa.
El sitio mencionado, La Puerta, está en los alrededores de Paredón y el acceso es por un camino borroso, que dejó de usarse hace muchos años, lo que ha permitido que la maleza lo invada y que las lluvias lo deterioren. Como dice el viejo refrán: “lo que no se usa se atrofia”. El que no ha recorrido este sitio, seguramente se perderá o se tiene que regresar para que un guía lo acompañe al escondido lugar.
Todo es llegar y de inmediato intuye uno que está en un sitio de vocación chamánica, pues los petroglifos literalmente “saltan” por todas partes.
Al observar los motivos uno aprecia que fueron grabados en muy diferentes épocas, así lo indica la oxidación de las rocas o lo que los especialistas llaman “la pátina” (William Breen Murray).
La loma se prolonga por más de un kilómetro y en todas están los antiguos mensajes dejados por aquellas tribus que se hacían vivir en estos apartados y difíciles lugares.
Aquí en las partes bajas se puede aun ver sus antiguas chimeneas o fogones en donde los nativos preparaban sus alimentos, se alumbraron por las noches y se calentaban en invierno.
Los grabados son muchos y muy variados, pues así podemos ver astas de venado y borrego cimarrón o también y perfectamente grabados huellas de venado, bisontes y osos.
Los petrograbados que ven hacia el norte están siendo invadidos por el liquen, esa rara asociación entre un hongo y una alga que conforme va creciendo, cubre los motivos rupestres. Estos microorganismos subsisten porque las rocas orientadas al norte son la parte más “húmeda” y ayuda al crecimiento de esta plaga que daña y oculta el grabado; el liquen va de color amarillo, naranja o verde. Si a ésto agregamos que la mayoría de las lomas y sierras tienen una posición oriente-poniente, ayuda a que todo los grabados que están en el lado norte sufran de la invasión de dicho organismo.
Aquí podemos ver una buena cantidad de grecas, ese ornamento que consiste en figuras donde el motivo se repite en más de una ocasión; podemos observarlas también con motivos rectos pero también con elementos ondulados.
Este es el más alejado lugar donde pudimos localizar una “vírgula”. En las culturas mesoamericanas, es la voluta que significa “exhalar, comunicar la palabra, orar, adorar”.
Éste y otros elementos localizados en el sureste de Coahuila nos indican intercambio con culturas del centro de México y tlaxcaltecas a partir del siglo XVII.
También aquí se observan representaciones faunísticas en cantidad y variedad. Estos grabados van desde aves, mamíferos y algunos reptiles.
Entre las aves podemos observar animales rapaces y hasta un colibrí. Entre los reptiles se representaron víboras y algunas lagartijas. Pero los mamíferos fueron los más representados pues vemos astas de venados cola blanca, borregos cimarrones. También dejaron huellas que van desde osos, venados y bisontes.
Encontramos también representaciones humanas donde se aprecian figuras muy esquematizadas o elementos como manos, brazos con manos y pies.
Entre la fauna del lugar destaca un coyote que tiene una característica única: el dibujo nos muestra un coyote con sus dos orejas y el hocico, pero al girarlo 180 grados, aparecen patas en el lomo y las orejas se convierten en las fauces.
Hasta el momento no habíamos encontrado un grabado semejante.
El investigador José Guadalupe Flores Ventura, cree que no se grabó así en un principio sino que fue tiempo después que se le agregaron las extremidades en la espalda. De un lado o de otro es un mismo cuerpo y una sola cola. Lo que cambia es que de un lado se ven las orejas y el hocico cerrado, en cambio, al girarlo las orejas se convirtieron en el hocico abierto. No deja de ser un ejemplar único del arte rupestre de la región, o como decimos coloquialmente: Todo un caso.
La Puerta es rica en grabados numéricos. Las cuentas a base de puntos se observan por decenas. Éstas pueden ser 4, 6, 10 o cientos de puntos. Las interpretaciones de los especialistas son variadas y en algunas ocasiones encontradas. Para unos son cómputos astronómicos o representaciones de la bóveda celeste, con sus estrellas y planetas o el paso de la luna y los múltiplos de 28 días.
Para otros investigadores es la cuenta de las presas cazadas o los miembros de la tribu. En lo personal me parece más sensato lo de las cuentas calendáricas.
Otro motivo abundante es el de los “hongos”, esas extrañas figuras que para nosotros son símbolos territoriales y que están muy localizados en una sola área del municipio de Ramos Arizpe.
Las armas para diferentes usos están suficientemente representados y podemos ver proyectiles (flechas), lanzas y el temible Atlat o propulsor.
A todo esto habrá que agregar los grabados abstractos, motivos de difícil explicación pero que están allí y algo quieren decir, y además son muy atractivos visualmente hablando. Algunos son cuadrículas, otros son líneas paralelas tanto verticales como horizontales, líneas quebradas simples o paralelas, y una abundancia de círculos tanto sencillos como concéntricos.
El vandalismo es relativo, solo algunos nombres, fechas, fierros de herrar; que nos remontan y recuerdan a propietarios, pastores y vaqueros.
El sitio lo localizamos el compañero Ventura y un servidor hace algunos años y nos ha permitido mostrarlo a conocedores como el antropólogo Lorenzo Encinas Garza, que le pareció un sitio con alto contenido chamánico, un sitio de alcances rituales, y digno de un profundo estudio.
También pasantes de arqueología de Zacatecas, y los investigadores independientes Alejandro Arizpe y Ariel Colín M.
El sitio es de suma importancia como para que el INAH tome nota y lo estudie a profundidad.
www.CoahuilaRupestre.com.mx
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